ROSA AQUINO
Viajar de forma rápida y segura. Esos son los beneficios de utilizar los buses del Metropolitano, pero fuera de ellos la situación cambia. Además de lo caótico que es embarcarse en el terminal Naranjal, en Independencia, ¿sabía que ese lugar no tiene certificado de Defensa Civil?
De las 38 estaciones que forman el Corredor Segregado de Alta Capacidad (Cosac I), Naranjal es la de mayor demanda con 81.800 pasajeros al día.
Sin embargo, opera al margen de la ley pues, al no haber pasado la inspección de seguridad, resulta imposible tramitar su licencia de funcionamiento. En igual situación se encuentra la estación Matellini, en Chorrillos, que recibe a 29.960 personas. Ambas concentran el 26% de usuarios.
En Naranjal no hay extintores, pulsadores de alarma contra incendios ni señalización de rutas de escape o de zonas seguras. Lo que salta a la vista, en cambio, son las rejas metálicas y mallas naranjas que cercan a los pasajeros, bloquean accesos y dificultan la evacuación. Matellini tiene apenas un extintor y resulta insuficiente para un local de esas dimensiones.
Pero las estaciones no son las únicas que operan poniendo en riesgo a los usuarios. Los patios Norte (Comas) y Sur (Chorrillos), donde se guardan y abastecen de gas los buses, tampoco tienen autorización, ni del distrito ni de Defensa Civil. Esta última bajo la administración de la Municipalidad de Lima.
El gerente de Pro Transporte, Ítalo Fernández, afirma que corregir las fallas y deficiencias en las estaciones ha retrasado la obtención de los certificados de Defensa Civil.
“Levantar las observaciones toma su tiempo. Hacemos expedientes técnicos, perfiles de factibilidad y luego ejecutamos. Eso requiere una etapa de maduración”, explica.
La Subgerencia de Defensa Civil de la Municipalidad de Lima expidió en diciembre del 2012 los certificados de las 18 estaciones intermedias del sur. No obstante, a la fecha ninguna tiene licencia. Tampoco las 8 estaciones del centro y 9 del norte que hace tres semanas pasaron la inspección de Defensa Civil.
Los permisos deben otorgarlos las municipalidades de los 11 distritos donde se extiende el corredor segregado, pero Fernández admite que estos aún no han sido gestionados. “Estamos trabajando en eso. No lo hemos descuidado. A fines de año esperamos tener las estaciones y los patios con las certificaciones de seguridad”, afirma.
Walter Guillén, regidor metropolitano por el PPC, critica esta negligencia. “Hay una corresponsabilidad porque los concejos distritales no están fiscalizando. ¿Cómo Lima puede exigir el respeto a las normas si ella misma las vulnera?”, opina.
El municipalista Julio César Castiglioni indica que la oficina de Defensa Civil debería intervenir de oficio. Advierte que, sin los documentos al día, las pólizas de seguros podrían no aplicarse en caso de siniestros.
El experto en transporte Lino de La Barrera precisa que se pudo haber negociado el pago de la prima por un monto mayor al convencional, debido a que la potencialidad del riesgo es mayor en esas condiciones.
“Acá tampoco hay un riesgo inminente”, dice Fernández.
Frente a esa respuesta y la tardía reacción de la actual gestión, solo nos queda rogar para que no ocurra alguna tragedia.
MÁS GASTOS EN CONSULTORÍAS S/.60 mil Se destinarán a dos consultorías para elaborar los expedientes técnicos de Defensa Civil de las estaciones Naranjal y Matellini. Según el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado, ya se pagaron S/.71.494,53 y S/.50.000 en asesorías para otras estaciones.
8% De lo recaudado por pasajes va a las arcas de Pro Transporte y 1% adicional a Invermet, de la Municipalidad de Lima. Con esos fondos se debe mantener la infraestructura.
80% De la flota de ómnibus trabaja en la vía troncal, pero solo durante las horas punta, el resto del día lo hace solo el 40%, según Lima Bus.