El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo hoy que el mejor homenaje que el mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, puede hacer al fallecido Nelson Mandela es sacarle de la lista de terroristas de ese país, documento del que el ex presidente sudafricano fue retirado hace cinco años.
El histórico saludo de Obama y Raúl Castro y el último adiós a Nelson Mandela de parte de líderes y famosos [FOTOS]=
Morales lamentó en rueda de prensa en el Palacio de Gobierno que por falta de coordinación e información no pudo acudir al servicio religioso en honor de Mandela, que se celebró este martes en Johannesburgo, ya que inicialmente la información que recibieron es que sería el próximo domingo 15.
El gobernante insistió en que si (Obama) quiere rendir homenaje al fallecido líder la mejor manera es sacándole de la lista de terroristas.
Mandela dejó de ser oficialmente un terrorista para EE.UU en 2008, cuando el entonces presidente George W. Bush borró su nombre de la relación de criminales políticos.
Hemos perdido un patrimonio de la humanidad y () el mejor homenaje de Obama es no invadir los países del mundo, aseveró Morales.
MANDELA ANTIIMPERIALISTA A juicio del mandatario boliviano, Nelson Mandela era conocido como un hombre de paz pero con posiciones por supuesto antiimperialistas.
Escuchando a Obama (quien intervino hoy en los funerales del expresidente sudafricano), quienes realmente deberían rendirle homenaje son personajes que luchan por la paz con políticas sociales, quienes luchan contra la discriminación, el racismo y la segregación, sostuvo Morales.
También atribuyó a Mandela frases referentes a la invasión estadounidense de Irak, como: si nos fijamos en estos asuntos llegaremos a la conclusión de que la actitud de EE.UU es una amenaza para la paz mundial o todo lo que (EE.UU) quiere es el petróleo iraní.
Estas frases demuestran que Mandela era un hermano antiimperialista, insistió Morales.
Para el gobernante boliviano, mientras haya políticas de invasión, armamentistas o de bases militares nunca habrá paz ni justicia social