Milagros Asto Sánchez
Habla Jacques Bounin, director de admisiones del Institut Le Rosey (Suiza) desde el 2002: Al igual que mi abuelo, mi padre y ahora mi hija, yo también estudié en Le Rosey, ubicado en Rolle, Suiza. Estoy pensando en escribir un libro porque he visto pasar más de dos mil postulantes al colegio. Todos fueron muy agradables e interesantes. Muchos lugares quieren replicar el modelo, entre ellos China y Dubái, pero no se puede porque es más difícil lograr que vayan ingleses, franceses o peruanos a estos países, y parte de lo que caracteriza al colegio es la internacionalidad.
Entre los estudiantes más destacados de Le Rosey figuran los reyes Alberto II y Balduino I de Bélgica; el príncipe Rainiero de Mónaco; el príncipe Eduardo, duque de Kent; el Shah de Irán Mohammad Reza Pahlavi y el Aga Khan IV. También el desaparecido Dodi al Fayed, miembros de la familia Rothschild y Rockefeller, así como el diseñador Jimmy Choo, Julian Casablancas, líder de The Strokes, y Sean Lennon, hijo del líder de los Beatles.
Desde la fundación de Le Rosey en 1880, ocho peruanos han pasado por sus aulas. Entre ellos, los hermanos Alfonso, Jorge y Max Arias-Schreiber Pezet. Actualmente hay dos compatriotas estudiando allí, pero sus nombres se mantienen en reserva.
— Usted dirige el área de admisiones de un lugar en el que se forman algunos de los líderes del futuro. ¿Siente responsabilidad por ello? No hay nada más frágil que el éxito. Ellos van a ser líderes mañana. Nuestra responsabilidad es estar seguros de que, si van a serlo, sean buenos. También depende de la personalidad. No todos se convertirán en líderes.
— ¿Cuánto énfasis ponen en su formación humana? En principio, los estudiantes tienen entre 8 y 18 años, pero nosotros nos aseguramos de que ellos comprendan que son privilegiados. Buscamos que tengan conciencia de su posición y que sean conscientes de que tienen también una responsabilidad. Les enseñamos a que sepan comportarse con su dinero.
— ¿Cuál es la importancia de un colegio como este para el mundo? Una parte de los estudiantes son hijos de grandes empresarios, entonces, probablemente van a asumir el control de esas grandes multinacionales. Cuando formas a estas personas en un ambiente como nuestro colegio, con una apuesta multicultural, ellos aprenden a cohabitar y convivir con personas de diferentes culturas y se fomenta un espíritu de tolerancia.
— ¿Cuál es la dinámica de ingreso? Primero el postulante tiene que visitar el colegio y pasar una entrevista. Podría ser que te entrevistes con un ex alumno en tu país de origen. Si pasas esa etapa, tienes que dar examen. Todos los alumnos tienen que saber que van a competir con otros.
— ¿Qué disciplinas son indispensables en la enseñanza? La música es obligatoria, el arte, el diseño. Todos tienen que estudiar teatro o música. Además, cada estudiante tiene su horario particular: la formación es individual. Hay un profesor por cada cuatro alumnos y hacen una combinación de materias de tal manera que el colegio pueda potenciar el talento natural.
— ¿La formación multicultural distingue al Rosey de otros internados del mundo? Para empezar,tenemos un sistema de cuotas que no permite que haya más de 10% de estudiantes de una misma nacionalidad. Nuestro internado es multicultural y bilingüe [enseñan inglés y francés además de la lengua materna].
— ¿Dentro de la población de 400 estudiantes, cuánta es la población de latinoamericanos? Solo 5 %, es poco; por eso he venido para acá para incentivar que haya más alumnos.
— Es la segunda vez que viene como parte de los esfuerzos para tener estudiantes peruanos No es ningún esfuerzo. Es un placer. Tenemos una red de ex alumnos muy grande que, precisamente, es una de las fortalezas del colegio. Existe un departamento que se ocupa de los cerca de 4 mil estudiantes egresados y también hay peruanos. El trabajo para seleccionar alumnos es discreto a través de la red de contactos personales.
— ¿Qué le gustaría que aporten los estudiantes peruanos? En Francia hay un dicho muy famoso que dice “vale un Perú”. Si puedo conseguir un estudiante que aporte la cultura peruana y sudamericana, sería muy beneficioso. Porque cuando dices “es de Perú”, es como decir que es un tesoro. Espero que cuando lleguen los peruanos sean la prueba de que el Perú realmente es mágico.
— Desde su fundación en 1880, se ha conocido al Rosey como “la escuela de los reyes”. ¿Cree que ese nombre sigue siendo apropiado? A través de la evolución del colegio ha disminuido la concentración de monarcas. Hoy tenemos muchos más hijos de empresarios. Nosotros buscamos tener estudiantes talentosos. Si tuviera que elegir otro nombre, lo llamaría el colegio de Perú, así sería el colegio mágico.
— ¿Qué personalidades figuran entre sus alumnos por estos días? No tengo derecho a revelar la identidad de los alumnos actuales, pero sí los nombres de los que ya no están. Por ejemplo, el hijo del rey de Bután se acaba de graduar. También estudió ahí el hijo de Alain Delon, el de John Lennon. El colegio es muy popular en el mundo artístico.
— ¿Cómo le gustaría que el mundo reconozca a los alumnos? Como alumnos responsables, tolerantes, que no se toman a sí mismos tan en serio y que son modestos. Quiero que sean sencillos, que tengan esa confianza de saber quién eres y que no necesitas ser prepotente para tratar de impresionar. Eres simplemente tú.