De la lucha en las canchas de fútbol, a la lucha entre rebeldes sirios. Una de las promesas de la selección alemana, Burak Karan, falleció el pasado 11 de octubre durante un ataque aéreo en medio de revueltas sirias.
El día de su muerte, Karan no era más fútbolista. Desde hace seis años, el ex deportista, se había convertido al Islam. El ex seleccionado alemán deseaba ser activo colaborador de los rebeldes sirios, quienes aún luchan contra los el régimen de Bashar Al Assad.
De acuerdo a la agencia AFP, Karan fue convocado siete veces como parte de las selecciones germanas Sub-16 y Sub-17. En estas ligas compartió espacio con, los ahora astros del fútbol, Sami Khedira y Kevin-Prince Boateng.
De acuerdo a su último entrenador, Thomas Hengen, el ex futbolista podría haber vivido muy bien del fútbol. Sin embargo, a la edad de 20 años Karan decidió cambiar abruptamente su destino.
Nacido en la ciudad de Wuppertal, Alemania, el centrocampista decidió convertirse al islam y apoyar activamente a los rebeldes sobre todo a partir del 2011. El hermano del que hubiera podido ser figura del fútbol alemán, señaló que al estallar la lucha contra el presidente de Siria Bashar Al Assad, Karan decidió recoger fondos y enviar medicamentos a los rebeldes.
Pero, como algunos paquetes no llegaban, decidió partir con su mujer e hijo hacia la frontera turco-siria para organizar la distribución, reveló Mustafá.
Una vez en el corazón de los conflictos sirios, el ex seleccionado alemán intensificó su fanatismo. Antes de partir ya lo había hecho. Solo hablaba de Yihad, señaló su hermana Zuhal a la publicación alemana Focus.
La familia de Burak Karan asegura que no quería luchar, solo colaborar. La vida del ex jugador terminó durante un ataque aéreo a dos kilómetros de la frontera de Turquía.