El 4 de octubre de 2012, la policía de México hizo público el anuncio de una captura importante: había logrado detener a José Enrique Jiménez Zavala, conocido como “Wicked”, asesino que tiene más de 200 crímenes de sangre en su haber. Precisamente el más importante de ellos es el que hace que todavía sea uno de los reos más famosos de Chihuahua.
Era el 17 de diciembre de 2010 cuando “Wicked” decidió asesinar, junto a otras tres personas, a Marisela Escobedo Ruiz. ¿Por qué? Tenía la misión de asesinarla. Marisela había pasado meses protestando contra la justicia por dejar libre al asesino de su hija menor de edad. Para los empleadores de Jiménez, esa protesta debía ser eliminada.
Han pasado tres años desde aquel crimen, uno desde que fue apresado, y ahora “Wicked” se dedica a dar mensajes de paz y de lucha contra el crimen en diversos colegios.
LA BÚSQUEDA DE LA REDENCIÓN “Esto que estoy haciendo es una forma de disculparme. No gano nada, yo voy a estar encerrado para siempre”, cuenta Jiménez en una entrevista para El País. La cadena perpetua le llegó por ser culpable del asesinato de 16 personas dentro del bar El Colorado.
El discurso que entrega junto a otros reos en diversos colegios lleva una sola moraleja: de seguir el camino del crimen, terminarán muertos o en la cárcel. “Hay que acabar con esa cultura de la violencia que tanto daño hace”, comenta.
El asesinato de Marisela Escobedo sacudió los cimientos del sistema de justicia y, más allá de eso, de una población que estaba acostumbrada a ver decenas de muertos todas las mañanas. Se dedicó a protestar ya que la justicia decidió dejar libre a Sergio Barraza Bocanegra, quien no solo confesó que mató a la hija de Marisela, sino que llevó a la policía al vertedero donde echó el cuerpo de la menor de edad.
Le pidió disculpas a la madre de su víctima, pero salió libre y, antes que se declare nula la sentencia, desapareció del mapa. Se dijo que se unió a Los Zetas, situación que complicaba su captura, pero Marisela no tuvo temor. “Si me van a asesinar por protestar, tendrá que venir aquí”, dijo. Una semana después, “Wicked” llegaría a cumplir esas palabras.
“Llegué, apunté a Marisela y jalé el gatillo, pero se me encasquilló. Nunca me había pasado () Ella corrió hacia el Palacio de Gobierno. Corrí y le disparé () La había visto por televisión. Era noble lo que hacía, pero nunca pensé que iba a tener tanta repercusión que la matara. Me lo tomé como una muerte más”, relata Jiménez.
PROGRAMA CONTRA EL CRIMEN Aunque ninguno de sus compañeros alcanza los niveles de brutalidad de “Wicked”, él y otros homicidas forman parte del programa “Libre de prisiones”, ideado por la fiscalía de Chihuahua y por el cual han pasado más de 16.500 alumnos, quienes escuchan advertencias de parte de quienes ya cayeron en el mundo del crimen.