La ciudadana francesa Florence Cassez, que pasó siete años encarcelada en México por cargos de secuestro, tuvo una bienvenida de heroína el jueves, a su llegada a París, luego de quedar en libertad por un fallo de la Suprema Corte mexicana.
Cassez fue recibida por el ministro de asuntos exteriores de Francia, Laurent Fabius, en cuanto descendió del avión, y se reuniría el viernes con el presidente Francois Hollande. Tras su detención, juicio y sentencia original de 60 años de prisión, la libertad de Cassez se convirtió en una causa célebre en Francia, donde las principales cadenas televisivas transmitieron su regreso en directo, horas después de que los familiares de víctimas de secuestro le gritaron asesina, mientras un convoy policial la sacaba de una cárcel en la Ciudad de México.
Dos presidentes franceses, Hollande y su antecesor Nicolas Sarkozy , apelaron por la liberación de Cassez. El miércoles, la Suprema Corte de Justicia de México ordenó que la ciudadana francesa saliera de la cárcel por irregularidades en su proceso. El caso había tensado las relaciones binacionales.
Los cinco ministros de la Corte Suprema coincidieron en que hubo violaciones a los derechos humanos de Cassez, aunque discreparon sobre si eso debería obligar a un nuevo juicio o a su liberación.
VÍCTIMAS La esposa de una víctima de secuestro se presentó el miércoles en las inmediaciones de la cárcel en la Ciudad de México, donde se arremolinaban los reporteros a la espera de que saliera Cassez. La mujer, Michelle Valadez, de 34 años, dijo que su esposo Ignacio fue secuestrado y mantenido cautivo por tres meses durante 2005. Aseguró que fue víctima del grupo encabezado por el novio de Cassez.
Pagamos su rescate, pero igual lo mataron, dijo la mujer a The Associated Press, entre sollozos. No se vale que nos hayan hecho eso, no se vale que la liberen.
Cassez, de 38 años, a quien los mexicanos ya consideraban una celebridad o, como su abogado describió, la villana más conocida del sistema judicial mexicano, se declaró inocente desde su arresto en diciembre de 2005. En 2008 fue sentenciada por ayudar a su entonces novio Israel Vallarta y su banda en varios secuestros.
Nunca vamos a saber si Florence es culpable o inocente, pero sí sabemos que hay personas con nombre y apellido que son responsables de haber corrompido el proceso.
El fallo del miércoles constituye otro episodio en que se exhibe la corrupción histórica del sistema de justicia en México. La liberación generó reacciones por parte de los presidentes de los dos países.