La reina Isabel II regresó el lunes a casa tras recibir tratamiento por una infección estomacal que la obligó a una corta hospitalización, experiencia que ha vivido en muy contadas ocasiones.

Sonriente, Isabel II, de 86 años, salió caminando sin ayuda del hospital Rey Eduardo VII, donde se despidió del personal que se reunió en el exterior.

La reina ha salido del hospital Rey Eduardo VII donde se le internó por breve tiempo como parte de una evaluación de síntomas de gastroenteritis, dijo el palacio en un comunicado breve emitido tras el alta de la monarca.

La gastroenteritis es una condición en la que se inflama el estómago, el intestino o ambos órganos. Generalmente se debe a intoxicación con alimentos o el norovirus, un bicho ordinario que causa vómito, afecta a cientos de miles de británicos cada año durante el invierno y es remotamente peligroso.

La reina canceló sus compromisos para esta semana debido a la enfermedad, aunque podría reanudar sus actividades la semana entrante. Médicos ajenos a la atención de la reina creen que la hospitalización de ésta pudor ser una medida de precaución.

Aunque la hospitalización fue la primera de la monarca en 10 años, sonó las alarmas en Gran Bretaña porque ha exhibido una salud excelente. Aunque ya no es tan activa físicamente como antes, la reina conserva un itinerario exigente.

Según cifras no oficiales de la corte, la reina cumplió en 2012 aproximadamente 400 compromisos oficiales, desde reuniones directas semanales con el primer ministro hasta reuniones con 100 o más personas.