La canciller Angela Merkel obtuvo- hoy una victoria histórica en unas elecciones alemanas seguidas con gran expectativa por toda Europa. Pero las particularidades del sistema electoral dejan aún abierta su formación de gobierno. Seis claves para interpretar el resultado de los comicios:
¿Quiénes son los ganadores y los perdedores de las elecciones? Es un triunfo extraordinario: celebró hoy Merkel, ganadora excluyente de la noche. La canciller centró la campaña de su Unión Cristianodemócrata (CDU) y la llevó a su mejor resultado en décadas. Las proyecciones provisorias llegaron a darle mayoría absoluta en el Parlamento, una rareza en el sistema alemán que sólo se produjo una vez: con el legendario Konrad Adenauer en 1957.
Los socialdemócratas (SPD) de Peer Steinbrück sufrieron su segundo peor resultado de la historia. El candidato repitió una y otra vez la misma palabra: Decepción. Pero los grandes perdedores de la noche fueron los liberales del FDP, hasta ahora socios de gobierno de Merkel, que quedaron fuera del Parlamento por primera vez desde la fundación de la República Federal de Alemania en 1949.
¿Con quién formará gobierno Merkel? Si el resultado definitivo deja a la CDU de Merkel por debajo de la mayoría absoluta, la canciller tendrá que aliarse con otro partido para formar gobierno. Sin los liberales del FDP, su socio deseado, la opción más probable sería una gran coalición entre CDU y SPD como la del primer gobierno de Merkel (2005-2009).
La canciller también podría formar gobierno con Los Verdes, pero ambos partidos mostraron reticencias a esa coalición. Quiero esperar a que estén disponibles los resultados definitivos, repitió Merkel una y otra vez con cautela. Una cosa es segura: la líder conservadora asume su tercer mandato más poderosa que nunca, como título el diario más leído de Alemania, Bild.
¿Por qué es posible una gran coalición en Alemania? En muchos países parece imposible que los dos principales partidos se alíen para gobernar en conjunto, pero en Alemania una gran coalición entre CDU y SPD no sólo es una opción probable, sino también la más querida por los ciudadanos.
El turbulento pasado de Alemania y las lecciones aprendidas de la República de Weimar, cuyo sistema favoreció el ascenso de Adolf Hitler al poder, hacen del consenso y las alianzas entre partidos un elemento clave de la democracia alemana de hoy.
Steinbrück y Merkel son figuras además afines. El socialdemócrata, ministro de Finanzas de Merkel en la anterior gran coalición (2005-2009), es un economista que representa el ala más conservadora de su partido. La canciller es una política pragmática que no tuvo problemas en apropiarse de causas tradicionalmente de centroizquierda, como el abandono de la energía nuclear.
¿Qué cambiará para Europa con el nuevo gobierno alemán? Poco. En soledad o en coalición, los conservadores de Merkel dominarán el nuevo gabinete. La canciller fue premiada por los votantes en parte por su gestión de la crisis europea. E incluso los socialdemócratas apoyaron en el Parlamento toda decisión clave de Merkel en materia de política europea.
¿Qué significa el éxito de los euroescépticos? Los euroescépticos de Alternativa para Alemania (AfD), una fuerza fundada apenas cinco meses antes de las elecciones, quedó a una décima de entrar en el Parlamento. El éxito de un partido que propone la disolución ordenada de la eurozona y quiere que Alemania salga del euro refleja el descontento de muchos alemanes con los rescates europeos, en los que el país es el mayor contribuyente, y envía una señal preocupante al resto de Europa.
¿Qué ocurre ahora? Las cúpulas de los principales partidos se reunirán a primera hora de mañana lunes para discutir las consecuencias de los comicios y decidir qué coaliciones negociar. Las conversaciones de coalición tendrán lugar más adelante y pueden extenderse durante semanas.
El nuevo Parlamento (Bundestag) debe constituirse a más tardar un mes después de los comicios, es decir, el 22 de octubre. En su primera sesión elegirá presidente de la Cámara. En la segunda, votará al nuevo canciller. En las últimas cinco elecciones generales pasó un mes desde los comicios hasta el nombramiento del nuevo canciller.