Cuando el presidente de EE.UU. lo nominó como secretario de Trabajo, lo hizo resaltando que su historia nos hace recordar la promesa de este país. Que si trabajas duro, sin importar quién eres, de dónde vienes o cuál es tu apellido, puedes triunfar si lo intentas.

Estas alegoría del sueño americano era para Thomas Tom Perez, y en específico, para los orígenes de este abogado neoyorquino que este jueves finalmente fue ratificado por el Senado.

Es hijo de inmigrantes dominicanos. Ayudó a pagar su universidad como recolector de basura y trabajando en una bodega. Es el primer abogado de su familia, hizo énfasis Obama.

Por su historial, parece evidente que el trabajo del único latino en el gabinete del segundo periodo de gobierno de Obama se centrará no sólo en los esfuerzos por elevar el salario mínimo uno de los principales objetivos del mandatario estadounidense si no sobre todo en la intención del gobierno de reformar las leyes de inmigración.

Sin embargo, su trabajo no estará exento de críticas. Ya desde el momento de su nominación, los republicanos criticaron duramente su desempeño en el pasado y –dicen- tiene algunas cuentas pendientes.

EUFORIA HISPANA Tras la nominación de Pérez, los halagos no se hicieron esperar. Los grupos de hispanos vieron en él una mayor representación en el gabinete y la posibilidad de apresurar el paso a una reforma migratoria. E incluso lo ungieron con títulos poco comunes para un funcionario público.

Tom es un héroe para muchos en la comunidad hispana, tanto en su estado Maryland como en el resto del país. Felicitamos al presidente por su elección estelar, dijo Janet Murguía, presidenta del Consejo nacional de la Raza (NCLR) en un comunicado hecho llegar a BBC Mundo.

El agradecimiento a Obama en el momento de su nominación en su idioma materno pareció dejar claro su intención de abanderarse con sus orígenes.

Le agradezco, señor presidente, el gran honor de ser nominado para servir en esta posición, dijo en un perfecto español.

Basta decir que uno de los episodios que más puso los reflectores sobre él fue el del informe que se hizo bajo su mando en la división de Derechos Civiles del Departamento de Justicia. Ahí denunciaban las políticas discriminatorias y prácticas racistas en las detenciones de conductores latinos en el condado de Maricopa, en Arizona.

Una pelea que lo enfrentó directamente al alguacil Arpaio asegurando que mostraba un patrón de discriminación generalizada en contra de los latinos.

La pelea contra Arpaio –que éste último llamó una cacería de brujas- tuvo un fuerte eco en los medios y dividió la opinión.

Pero más allá del apoyo hispano, la nominación de Pérez también fue recibida con entusiasmo por grupos liberales y líderes sindicales.

Como por Richard L. Trumka, presidente de la mayor central sindical del país, AFL-CIO, quien dijo que en momentos en que nuestra política se inclina fuertemente a favor de las corporaciones y los muy ricos, nuestro país necesita líderes como Tom Pérez para defender la causa de la clase trabajadora.

Y es que, las históricas peleas de Pérez no tienen que ver sólo con los hispanos. En 2010 que enfrentó a unos terratenientes que intentaban evitar la construcción de una mezquita en Tennessee.

CRÍTICAS Las pugnas en favor de los discapacitados, homosexuales e inmigrantes indocumentados han marcado su vida laboral, siempre en el servicio público. Además, su conexión con los temas laborales es reconocida aún antes de su ingreso al Departamento de Justicia en 2009.

Pero justo las formas de su férrea defensa de los derechos civiles, inmigración y contra la discriminación durante su gestión han sido cuestionadas, sobre todo por las fuerzas republicanas.

Lo tachan de activista radical, insisten en que ha generado una brecha ideológica en el Departamento de Justicia y en ayudar a inmigrantes indocumentados a obtener beneficios públicos.

Justo días antes del anuncio hecho por Obama, se presentó un informe de Michael E. Horowitz, el inspector general del Departamento de Justicia, que asegura que el departamento que Pérez dirigía estaba profundamente polarizado ideológicamente.

El senador Jeff Sessions de Alabama en su momento dijo que era una desafortunada e innecesaria nominación divisoria.

Entre otras cosas, al abogado egresado de Harvard se le cuestiona el rol que representó en la negociación de un acuerdo que hizo que la ciudad de St. Paul, en Minnesota, accediera a renunciar a llevar un caso a la Suprema Corte de Justicia, de ser el responsable del bloqueo a las leyes de identificación de votantes propuestas en 2011 en el estado de Carolina del Sur y en 2012 en Texas, y de haber sido muy agresivo al ayudar a inmigrantes indocumentados a encontrar trabajo como parte de un grupo proinmigrantes llamado Casa de Maryland.

Por todo esto, el senador Chuck Grassley, de Iowa, dijo en un comunicado que Pérez tendría que enfrentar cuestionamientos serios sobre su trabajo.

Incluso la conocida bloguera conservadora, Michelle Malkin, lo llamó el secretario de Trabajo de los ilegales.

HISTORIA PERSONAL Pero, aún frente a los fuertes cuestionamientos republicanos en el Senado, Pérez consiguió ser confirmado como secretario de Trabajo de EE.UU., sustituyendo a Hilda Solís y convirtiéndose así en el único hispano en el gabinete.

Su historia laboral respalda su nuevo cargo al frente de la secretaría. Además de su trabajo en el Departamento de Justicia, Pérez se desempeñó en el Departamento de Trabajo en Maryland en donde se concentró en proteger los derechos de los trabajadores y consumidores –según indica el sitio de internet. Perteneció de 2002 a 2005 al Consejo del Condado de Montgomery. Y antes, trabajó como ayudante del senador demócrata Ted Kennedy en Maryland y asistente de la exfiscal general Janet Reno.

Pero la historia personal de Pérez, de 51 años, también es parte de su curriculum. Nacido en el seno de una familia dominicana en Nueva York, se vio obligado a salir adelante junto a sus cuatro hermanos tras la muerte de su padre. Tenía 12 años.

Gracias a subsidios para la educación y becas, Pérez estudió Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en la Universidad de Brown, en Rhode Island y posteriormente se graduó de derecho y administración pública en la Universidad de Harvard.

Como muchos estadounidenses, Tom sabe lo que es ir subiendo la escalera de la oportunidad, dijo Obama durante su nominación. Hoy, Pérez conquistó otro peldaño.