El tifón Haiyan, el más fuerte en tres décadas que azota Filipinas, tocó tierra hoy en varios puntos del país, dejando al menos tres muertos y forzando la evacuación de 718.000 personas, según las últimas cifras comunicadas por las autoridades.
El tifón Haiyan registraba vientos sostenidos de hasta 235 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 275 kph al tocar tierra en cinco puntos en las provincias orientales y centrales de Samar Oriental, Leyte, Cebu y Iloilo, informó la oficina de meteorología nacional PAGASA. Otras fuentes hablaron de vientos de hasta 315 kilómetros hora y ráfagas de hasta 380.
DE LOS MÁS INTENSOS Los expertos han alertado de que en base a las mediciones de la velocidad del viento elaboradas por los satélites se trata de uno de los tifones más fuertes registrados en la historia del país y por ello lo han bautizado como supertifón, nombre que recibe cuando sus vientos superan los 240 kilómetros por hora. Además, tiene un gran alcande de unos 600 kilómetros de diámetro.
Más de 718.000 personas fueron evacuadas de sus hogares en comunidades de la costa y zonas propensas a las inundaciones o desprendimientos de tierras en 29 provincias antes de que el tifón tocara tierra, informó la agencia.
LAS VÍCTIMAS Un hombre de 56 años murió al electrocutarse cuando le cayó encima un póster eléctrico en la ciudad de Linging, en la provincia de Surigao del Sur, en el sur del país, informó Eduardo del Rosario, jefe de la agencia nacional de gestión de desastres.
Otro joven de 15 años murió también electrocutado en la provincia de Masbate, en el centro del país, mientras un niño de dos años murió golpeado por un rayo en la sureña Zamboanga.
Del Rosario dijo que la agencia no fue capaz de contactar a gente sobre el terreno ante los daños sufridos por las líneas eléctricas y de comunicaciones. La falta de comunicación es realmente un problema, así que realmente no sabemos cómo es la situación ahora, dijo. Pero esperamos recibir informes alentadores cuando se restablezcan las comunicaciones.
Escuelas, negocios y oficinas del gobierno fueron cerradas en las áreas afectadas, mientras se cancelaron viajes por aire y por mar, dejando a casi 3.000 pasajeros varados.
El área afectada en Filipinas incluye también la isla de Bohol, que hace tres semanas sufrió un fuerte terremoto, donde 36.000 familias siguen viviendo en refugios de emergencia y tiendas de campaña. Además, muchas de las viviendas dañadas por el terremoto se vinieron abajo al paso del tifón. Según Aaron Aspi, de la organización humanitaria Wordvision, el tifón no fue perdiendo fuerza al alcanzar la costa, como es normal, sino que mantuvo constante su intensidad.