Unos 6,4 millones de zimbabuenses acudirán mañana a las urnas para votar en unas elecciones presidenciales, senatoriales, parlamentarias y locales, en las que está en juego la continuidad del presidente, Robert Mugabe, que acumula 33 años al frente del país africano.
En unos comicios de los que depende en buena medida el reinicio de las relaciones con la comunidad internacional, Mugabe y el primer ministro de un gobierno de unidad nacional, Morgan Tsvangirai, se enfrentarán por tercera vez, en la que se presenta como una carrera presidencial muy ajustada.
Salvo sorpresa, uno de los dos será el vencedor, aunque concurren otros dos candidatos, después de que se retirara un quinto aspirante a última hora.
De ganar Tsvangirai, líder del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC, por sus siglas en inglés), el primer ministro ha prometido retomar contacto con Occidente, ya que las reformas iniciadas por Mugabe desde principios de siglo ahuyentaron las inversiones extranjeras que tanto anhela Zimbabue.
En caso de continuar Mugabe (de la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico, ZANU-PF) en la jefatura del Estado, seguiría con la polémica reforma de indigenización, una apropiación a veces sin compensación de tierras y empresas de blancos por parte de negros.
LAS POLÉMICAS PROPUESTAS DE MUGABE Durante un acto de campaña, Mugabe consideró que los homosexuales merecen ser castrados y los describió como “peores que los cerdos, cabras y aves”. “La Iglesia dice que la homosexualidad es una abominación. Lo es incluso en nuestra propia cultura. Los hombres que participen en ese tipo de prácticas merecen ser castrados”, aseguró ante miles de seguidores en localidad de Gweru. Si fuera por mí, me aseguraría de que (los homosexuales) vayan derechos al infierno y se pudran, agregó Mugabe, de 89 años y al frente de Zimbabue desde su independencia del Reino Unido, en 1980.
Si usted toma a dos hombres y los encierra en una casa durante cinco años y les dice que podrían salir solo junto con dos hijos, ellos no van a ser capaces de hacerlo. Entonces vamos a cortar sus cabezas, agregó.