Estados Unidos acude este martes a las urnas en un ambiente de nervios, recelo y esperanza con centros de votación blindados y el objetivo de elegir entre la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, y su rival, el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021). Según pudo comprobar EFE en los estados de Pensilvania, Míchigan, Arizona, Virginia, Texas y Nueva York, el flujo de votantes fue constante desde la apertura de los centros. Los primeros en recibir votantes fueron los de Vermont, a las 5.00 hora local (10.00 GMT), seguidos del resto de estados de manera escalonada. En Filadelfia, la ciudad la más poblada del estado clave de Pensilvania, decenas de personas aguardaban en fila antes de la apertura del colegio electoral de Cook-Wissahickon a las 7.00 hora local (12.00 GMT).
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En ese centro de Filadelfia, ciudad predominantemente demócrata, pocos eran los que recogían las papeletas republicanas ofrecidas por voluntarios en la entrada.
Evangeline, de 58 años, y Abraham, de 59, un matrimonio de origen africano, votaron por la candidata demócrata, expresando preocupación por el futuro de la democracia, el derecho al aborto y la retórica antiinmigración de Trump.
“La contienda está muy ajustada, pero esperamos que gane la candidata correcta porque parece que nos hayamos olvidado de los cuatro años anteriores (del mandato de Trump)”, afirmó Evangeline a EFE.
Abraham, por su parte, explicó que sus padres emigraron desde África y que no quiere vivir en un “país donde se odie a la gente por su origen”.
En el mismo centro, Roger, un hombre blanco de 60 años, mostraba su apoyo a Trump con una camiseta conmemorativa del atentado fallido que sufrió el expresidente.
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“Los demócratas han estado destruyendo nuestras ciudades y nuestro país durante muchos años. Trump es el único con sentido común”, dijo a EFE. Sobre sus vecinos, la mayoría demócratas, agregó: “Son unos idiotas”.
La incertidumbre se adueña de los votantes
La tensión también se percibía en la escuela primaria de Sibley, en Grand Rapids (Míchigan), donde Trump celebró el lunes por la noche su último acto de campaña.
Entre los electores estaba Lea, una estudiante de 21 años quien ejerció por primera vez su derecho al voto y, aunque no quiso decir por quién se había decantado, expresó dudas sobre la transparencia del proceso haciéndose eco de las acusaciones de Trump.
Tampoco reveló su voto Yolanda, colombiana que reside en EE.UU. desde hace 42 años y quien subrayó la importancia de votar: “Es nuestro futuro. Si nosotros no decidimos por quién queremos votar alguien más va a decidir por nosotros. Y además al votar estamos diciéndole al gobierno que nosotros (como latinos) somos importantes”, señaló a EFE.
La esperanza y los nervios también se repitieron en centros electorales de Nueva York, donde votantes como Karen Rieger y su hija Sarah Amoye mantuvieron su tradición de acudir juntas el día de la jornada electoral.
En Alexandria (Virginia) algunos ciudadanos confesaron estar abrumados por la incertidumbre. Margot, de 30 años, comentó que se siente “emocionada y esperanzada” por una eventual victoria demócrata, pero también “nerviosa” ante la posibilidad de un triunfo de Trump.
Centros blindados por guardias y vallas de púas
En Arizona, un estado donde en 2020 se registraron incidentes con seguidores de Trump pidiendo un recuento, la seguridad se había reforzado en algunos edificios, como un centro de conteo del condado de Maricopa, en el que reside el 60 % de la población estatal.
EFE pudo ver en ese centro cómo una fortaleza se erigía alrededor del edificio de votación, con grupos de policías aguardando en la entrada para dirigir a los votantes hacia las urnas.
Además, el edificio estaba rodeado por una valla de muros con púas y custodiado por camiones de seguridad. En ese centro solo había dos puertas, una de entrada y otra de salida, que habilitaron para que los votantes acudieran con sus vehículos.
Los primeros colegios electorales de EE.UU. cerrarán a las 18.00 hora local (23:00 GMT) en Indiana y Kentucky, y el resto seguirá de manera escalonada.
A partir de ese momento, comenzarán a conocerse los primeros indicios sobre la voluntad de los ciudadanos tras un año de campaña y cientos de sondeos. En total, 244 millones de estadounidenses están llamados a las urnas.
Las encuestas anticipan una carrera muy ajustada entre Trump y Harris en los siete estados clave que decidirán la elección: Georgia, Carolina del Norte, Míchigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Nevada. EFE
La mirada en los estados clave
Según las encuestas agregadas de los últimos días, la demócrata supera al republicano solo en los estados de Wisconsin (que envían 10 compromisarios al Colegio Electoral) y Míchigan (15 compromisarios) por apenas una décima en ambos: 48,3 % de Harris frente a 47,3 % en Wisconsin, y 48 % frente a 47 % de Trump en Míchigan.
Mientras que el expresidente republicano lleva la ventaja en Carolina del Norte (que envía 16 compromisarios), Georgia (otros 16 compromisarios) y Arizona (11 compromisarios) también con una distancia muy corta de entre uno y dos puntos.
Así, los sondeos le dan a Trump 48,3 % frente al 47,3 % de Harris en Carolina del Norte; 48,4 % frente al 47,2 % en Georgia; y 48,9 % frente al 46,6 % en Arizona, el estado con más margen de victoria para el expresidente.
Pensilvania, el estado con más compromisarios (19), y Nevada (6 compromisarios) son las dos incógnitas mayores, pues ambos candidatos están empatados con menos de medio punto de margen.
Sin embargo, mientras hace unos meses la ventaja en estos dos territorios la tenía Harris, ahora la balanza parece decantarse, dentro de los márgenes de error, por Trump, que se lleva el 47,9 % frente al 47,8 % en Pensilvania y el 47,8 % frente al 47,4 % en Nevada. El margen, sin embargo, básicamente les deja empatados.
Los cinco temas cruciales de la campaña presidencial
Todo parece oponer a los dos candidatos para la elección presidencial del 5 de noviembre, desde los impuestos hasta el aborto. ¿Pero, qué está en juego en términos políticos en esta campaña descrita como histórica?
Economía
Después de tres años de una fuerte inflación, el poder de compra es un tema de preocupación para muchos estadounidenses.
Donald Trump, que en su gestión redujo los impuestos a los más ricos y a las empresas, prometió elevar los aranceles a más del 10% en todas las importaciones, lo que, según él, le permitirá financiar una amplia reducción de impuestos.
El candidato republicano también se comprometió a hacer de Estados Unidos “la capital mundial del bitcoin y las criptomonedas”.
De su lado, la demócrata Kamala Harris se presentó como la candidata de la clase media y quiere crear una “economía de posibilidades”. Aunque ha asumido algunos de los compromisos de Joe Biden sobre los impuestos a las grandes fortunas, también los ha moderado.
Harris promete desgravaciones fiscales por el nacimiento de un hijo, ayudas para dar acceso a la vivienda e incentivos a la creación de empresas.
Inmigración
Para Trump es prioritaria la situación en la frontera con México. Y también es un tema sensible en la campaña, cuando se ha registrado un pico de ingresos ilegales durante la administración de Biden.
El republicano, que en su campaña de 2016 prometió construir un muro a lo largo de la frontera, ha ido más lejos esta vez, al plantear la mayor operación de expulsión de migrantes ilegales de la historia de Estados Unidos.
Su retórica xenófoba y deshumanizante sobre los migrantes se repite en sus discursos. Ha usado términos como “invasión”, “hordas” y “el envenenamiento de la sangre estadounidense”.
A la defensiva sobre el asunto, Harris ofrece aplicar una política dura. Considera que las personas que ingresan al país de forma ilegal tienen que enfrentar “consecuencias”.
También respaldó un proyecto de Biden de invertir en barreras físicas en las fronteras.
Aborto
El derecho al aborto podría motivar a más estadounidenses tradicionalmente menos politizados a acudir a las urnas, en particular a las mujeres, lo que podría favorecer a los demócratas, porque en paralelo a las presidenciales se celebrarán referendos sobre el tema en diez estados.
Es la primera elección presidencial desde que la Corte Suprema, en la que Trump nombró nuevos jueces, revirtió en junio de 2022 la protección federal al aborto, al revocar la sentencia “Roe contra Wade”, que desde 1973 garantizaba el derecho al aborto a las estadounidenses.
Harris hizo de este un tema fundamental en su campaña y responsabiliza a su rival de la situación actual, que describe como “horrible y desgarradora”.
La demócrata quiere una ley federal que reanude las disposiciones de la sentencia “Roe contra Wade”.
Trump vacila sobre el tema. El expresidente defiende haber dejado el asunto en manos de los estados gracias a la decisión de la Corte Suprema, pero considera que algunos “fueron demasiado lejos”.
Según el candidato, su administración será “excelente para las mujeres, pero ha dejado entender que podría usar su poder como presidente para limitar el acceso a los medicamentos para abortar.
Relaciones internacionales
Con una campaña desarrollada en un contexto de guerras en Oriente Medio y en Ucrania, la postura de ambos candidatos está bajo el escrutinio de ciertos grupos de votantes.
El republicano, que cree que Estados Unidos nunca fue tan poco respetado en el mundo, asegura que resolverá estos conflicto sin demora, pero nunca explica cómo.
Trump también ha criticado el enorme financiamiento de Washington a Kiev desde 2022.
A la inversa, Harris prometió que se mantendrá “firmemente del lado de Ucrania” y que no será “amiga de dictadores”, contrariamente a su rival.
Aunque ambos expresan su apoyo al “derecho a la defensa” de Israel, la vicepresidenta intentó equilibrar su discurso insistiendo en el sufrimiento de los palestinos.
Clima
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases efecto invernadero en el mundo después de China, pero el tema casi no ha sido abordado por los candidatos, que tienen visiones completamente opuestas.
Trump es un escéptico del cambio climático y quiere eliminar las subvenciones a las energías renovables y los autos eléctricos, que, en su opinión, perjudican a las empresas.
También ha prometido “perforar a toda costa” y prevé salir de nuevo del Acuerdo de París.
Harris, en cambio, esta comprometida a “continuar y desarrollar el liderazgo internacional de Estados Unidos sobre el clima” y ha respaldado gran parte del plan de transición energética de Biden.
Como senadora por el estado de California apoyó el “Nuevo Pacto Verde”, una resolución que busca reducir drásticamente las emisiones de gases efecto invernadero.
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