Yevgeny Prigozhin, el jefe del Grupo Wagner, ya está en Bielorrusia, país donde vivirá exiliado tras la rebelión armada que encabezó el fin de semana en Rusia. Se trata del epílogo de un levantamiento que puso al desnudo la pérdida de poder del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y del que la inteligencia de Estados Unidos estuvo al tanto en todo momento, incluso desde antes de su ejecución el viernes de la semana pasada.
De acuerdo con la cadena CNN, los servicios de inteligencia de Estados Unidos tenían una imagen extremadamente detallada y precisa de los planes de Prigozhin, incluyendo dónde y cómo planeaba marchar con sus combatientes hacia Moscú, el centro del poder en Rusia.
LEE TAMBIÉN: ¿Qué pasará con el Grupo Wagner tras la rebelión contra Putin? (y qué dijo el mercenario Prigozhin en su reaparición)
La información altamente confidencial solo se compartió con ciertos aliados, como altos funcionarios británicos, pero no al nivel más amplio de la OTAN, o del Gobierno Ucraniano, precisó CNN.
En el ámbito interno, las agencias de inteligencia compartieron la información secreta solo a los más altos funcionarios de la administración del presidente Joe Biden y a los miembros del Grupo de los Ocho del Congreso, que tienen acceso a los asuntos de inteligencia más delicados.
El Grupo de los Ocho está formado por los presidentes de la Cámara de Representantes y del Senado y los dos líderes de las minorías en ambas cámaras. Los otros cuatro miembros son el presidente y el vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, el presidente y el vicepresidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
La disputa de Wagner y el ministerio de Defensa de Rusia, un factor clave
Las fuentes de inteligencia le dijeron a CNN que al parecer Prigozhin decidió ejecutar su plan tras la declaración que el 10 de junio hizo el Ministerio de Defensa de Rusia para que todas las empresas militares privadas, incluida Wagner, firmen sus contratos directamente con el Ejército ruso, y les daba un plazo para hacerlo hasta el 1 de julio. De lo contrario, serían absorbidas por el Estado Ruso.
En este punto, Estados Unidos ya llevaba meses analizando la creciente disputa entre el jefe del Grupo Wagner y el Ministerio de Defensa, que se daba básicamente en el contexto de la guerra en Ucrania, donde las tropas rusas sufrían reveses y los mercenarios reivindicaban avances, pero a la vez Wagner se quejaba por la falta de entrega oportuna de municiones por parte del Ejército.
El presidente Vladimir Putin
reveló el martes que Rusia pagó en el último año 1.000 millones de dólares al Grupo Wagner.
Por su parte, el diario The Washington Post también informó que las agencias de inteligencia de Estados Unidos obtuvieron información a mediados de junio por parte de espías dentro de Rusia, que indicaba que Prigozhin estaba planeando una acción armada contra el sector Defensa ruso.
El diario explicó que la razón era el malestar de Wagner contra los militares que estaban al mando de la estrategia rusa en la invasión de Ucrania.
Dos semanas antes de la rebelión, había una “gran preocupación” en el Gobierno de Estados Unidos por lo que pudiera suceder tras la revuelta, según las fuentes del Washington Post. La mayor preocupación era si el plan de Prigozhin incluía sacar a Putin del poder y qué significaría ello para el control del arsenal nuclear ruso.
Washington también tuvo indicios de que el Grupo Wagner estaba almacenando armas y municiones para la rebelión, de acuerdo con CNN.
“Putin está claramente debilitado”
Pero para lo que no estaban preparados los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos es para la poca resistencia a la que se enfrentó el Grupo Wagner en las poco más de 24 horas que duró su asonada.
Entre el viernes y el sábado, las tropas de los mercenarios avanzaron tan rápido desde Rostov que en horas se situaron a solo 200 kilómetros de Moscú, antes de que Prigozhin renunciara a la rebelión tras la mediación del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko.
CNN indicó que los funcionarios estadounidenses y occidentales creen que las acciones de Prigozhin tomaron desprevenido a Putin y que este no tuvo tiempo de desplegar sus fuerzas contra los mercenarios de Wagner antes de que el grupo consiguiera el control del importante cuartel general militar de Rostov, desde donde se coordinan las acciones rusas sobre la cortraofensiva que lleva adelante Ucrania.
Otra razón para la casi nula reacción de las fuerzas rusas es que probablemente Putin no quiso mover unidades que están combatiendo en Ucrania para neutralizar a Wagner.
“El Putin de hace 10 años nunca habría permitido que esto se desarrollara de la forma en que ocurrió”, dijo a CNN el senador demócrata Mark Warner, presidente de la comisión de Inteligencia del Senado y miembro del Grupo de los Ocho. “Putin está claramente debilitado”, agregó.
¿Qué pasaba si Prigozhin no abortaba su operación? De acuerdo con CNN, las autoridades de Estados Unidos creen que al Grupo Wagner le habría sido implsible tomar Moscú o el Kremlin. Los mercenarios iban camino al fracaso si ese era su propósito final.
¿Cuál fue la reacción de los aliados?
Cuando el viernes Prigozhin lanzó su rebelión y llamó a un levantamiento contra el ejército ruso, los altos funcionarios estadounidenses se contactaron con sus aliados para transmitirles un mensaje clave: que Occidente debía permanecer en silencio y no dar a Putin ninguna oportunidad de culpar a Estados Unidos o a la OTAN de la rebelión, precisó CNN.
Pero enterarse de que Estados Unidos estaba al tanto de los planes de Prigozhin y que no había compartido la información con sus aliados causó incomodidad en estos, refirió la cadena de noticias.
Pero las fuentes de CNN explicaron que compartir esa información habría puesto en peligro a sus fuentes y los métodos extremadamente sensibles que usaron para obtenerla.
“Los occidentales no tuvimos nada que ver”
con la rebelión del jefe del Grupo Wagner en Rusia, dijo el lunes el presidente estadounidense Joe Biden.
Estados Unidos tampoco compartió información con las autoridades de Ucrania. Ello porque existe el temor de que las conversaciones entre funcionarios estadounidenses y ucranianos pudieran estar siendo interceptadas por Rusia u otros países.
Finalmente, el presidente Joe Biden habló directamente con los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá, Ucrania, entre otros, para compartir la información de inteligencia que Estados Unidos tenía sobre lo que que estaba haciendo Prigozhin.
Yevgeny Prigozhin fue declarado culpable de robo y agresión en 1981, y sentenciado a 12 años de cárcel. Luego de su liberación, abrió un restaurante en San Petersburgo en la década de 1990. Conoció a Vladimir Putin cuando este era vicealcalde de esa ciudad.
Prigozhin se valió de ese contacto para desarrollar un servicio de banquetes y obtuvo lucrativos contratos del Gobierno Ruso, lo que a la larga derivó en que lo apodaran “el chef de Putin”.
Posteriormente amplió su negocio a otras áreas, incluidos los medios de comunicación y una “granja de trols” en Internet. Estados Unidos lo acusó formalmente de inmiscuirse en los comicios presidenciales de ese país en el 2016.
En enero de este año, Prigozhin reconoció haber fundado y financiado el Grupo Wagner.
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