El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, informó este viernes en sus redes sociales de un nuevo ataque ruso contra una zona residencial de la ciudad de Járkov en el que una bomba aérea provocó un incendio en un edificio de viviendas.
Zelensky insistió en que este ataque -tras el que los servicios de rescate trabajan para rescatar a posibles víctimas- “podría haberse evitado si las Fuerzas Armadas (de Ucrania) tuvieran la capacidad de destruir a los aviones rusos en sus bases”.
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“Necesitamos decisiones contundentes por parte de nuestros aliados para detener este terror”, agregó el presidente ucraniano, que lleva pidiendo sin éxito desde hace meses que sus aliados occidentales le permitan golpear con el armamento de largo alcance que envían a Ucrania las bases desde las que despegan los aviones rusos que lanzan bombas aéreas.
“Es una necesidad absolutamente legítima. No hay ninguna razón racional para limitar la defensa de Ucrania. Necesitamos capacidades de largo alcance y que se implementen plenamente los acuerdos para la defensa aérea de Ucrania”, señaló Zelensky en referencia a los retrasos en el envío de algunos sistemas de defensa prometidos por sus socios.
Rusia lanza a diario contra Ucrania decenas de bombas aéreas guiadas, explosivos de gran potencia dotados de sistemas de navegación propia que permiten a los aviones lanzarlas desde decenas de kilómetros de distancia del objetivo y sin entrar, por tanto, en el radio de alcance de la mayoría de medios antiaéreos enemigos.
Ucrania implora a Occidente que le permita utilizar sus misiles de largo alcance para destruir los aviones que las lanzan mientras están estacionados en bases situadas en la Federación Rusa.
Los socios occidentales de Kiev rechazan permitir estas acciones por miedo a la reacción de Moscú.
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