“O se privatiza o se cierra”. El gobierno del presidente argentino, Javier Milei, es claro en su intención de que Aerolíneas Argentinas, la línea aérea de bandera nacional, no dependa más del Estado. La decisión, una de sus principales promesas de campaña del líder libertario, ha provocado fuertes confrontaciones entre su Ejecutivo y la compañía estatal, cuyos trabajadores aumentan la presión sobre el mandatario.
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La tensión se tradujo en varias semanas de paros en los últimos meses a raíz de un conflicto salarial, lo que provocó la suspensión de las negociaciones entre los gremios aeronáuticos y el gobierno y dificultó aún más el diálogo entre las partes.
El paro en ciertos aeropuertos del servicio de rampas provocó que algunos pasajeros quedasen varados en tierra, lo que altos funcionarios del Gobierno consideraron como “terrorismo sindical”.
En medio de la discordia, 15 empleados de Intercargo, la empresa pública que brinda asistencia en tierra a las líneas aéreas, fueron despedidos en noviembre por privar de la libertad a pasajeros durante una medida de protesta.
El secretario de Transporte de Argentina, Franco Mogetta, ha reiterado las intenciones del gobierno de privatizar la compañía estatal. El diario argentino “La Nación” recuerda que el proyecto ya pasó por comisión en la Cámara de Diputados y está listo para llegar al recinto, pero el oficialismo todavía no pidió la sesión porque no tiene los votos para avanzar.
Mogetta ha afirmado que, en caso de que la privatización no camine, la idea será ofrecerle la compañía a los trabajadores, pero que si los empleados no la quieren, la estatal se cerrará.
“Aerolíneas Argentinas no va a tener más el fondeo que tiene del Estado; durante todo el kirchnerismo le costó 8.000 millones de dólares al país (...) Si los trabajadores no la aceptan, se va al proceso que corresponda para cerrar la compañía y dejar de solventarla”, dijo a la prensa el funcionario en noviembre.
Aerolíneas Argentinas es una empresa pública argentina que fue privatizada en 1990 y que volvió a ser de titularidad estatal en el 2008, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
El enfoque económico de Milei incluye traspasar varias empresas públicas a manos privadas. En el caso de Aerolíneas Argentinas, el gobierno tiene como meta que la compañía deje de recibir del Estado los 8.000 millones de dólares que le cuesta anualmente a las arcas públicas.
Además de impulsar la privatización de Aerolíneas Argentinas, en lo que va de su gestión el mandatario libertario ha avanzado en su plan de desregular el mercado aéreo y firmar convenios de cielos abiertos con nueve países.
La propuesta de Kicillof
La delicada situación en torno al futuro de Aerolíneas Argentinas sumó este lunes 9 a un nuevo protagonista, cuando el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el opositor Axel Kicillof, anunció que comprará acciones de Aerolíneas Argentinas y convocará a otras provincias a participar del paquete de acciones de la línea de bandera para evitar que el gobierno la privatice o la cierre.
“El Gobierno nacional dice que nadie quiere a Aerolíneas Argentinas: es mentira, la provincia de Buenos Aires sí la quiere y, en el caso de que finalmente decidan transferirla, expresa su vocación de empezar a dar todos los pasos institucionales necesarios para sostenerla”, anunció en una rueda de prensa Kicillof.
Afirmó que los trabajadores de la compañía y los gobernadores de otras provincias iniciaron un camino de diálogo para evitar que “destruyan una línea de bandera que nos costó tanto recuperar”.
Kicillof, aliado y exministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner, argumenta que el impacto positivo de Aerolíneas Argentinas en la provincia de Buenos Aires es de 2.665 millones de dólares.
“No nos podemos dar el lujo para que (el gobierno) liquide, venda o mal venda a Aerolíneas. Si el Gobierno plantea liquidarla, que sepa que el gobierno de la provincia la va a sostener. Aerolíneas no se vende: hay 21 destinos del interior a los que solo viaja la línea de bandera. Destinos a los que llama no rentables”, precisa.
El gobierno de Milei tuvo respuestas airadas sobre la propuesta de Kicillof.
“Miren lo que cuestan las genialidades de los estatistas y todavía hoy el gobernador de Bs As sigue insistiendo en ese camino, la verdad que deberíamos concretar la idea de Javier Milei: crear el impuesto Kicillof, así lo pagan los adoradores de ideas ridículas que le cuestan fortunas al país”, escribió en X Mogetta.
En la misma línea, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, piensa que el plan de Kicillof es “ridículo” y “no tiene sentido”. “Hacerse cargo de una empresa nacional, ¿una provincia que tiene déficit y que se endeuda? No entiendo la lógica, si es cambiar el foco y creer que puede ser la solución a los problemas. ¿Cuál es el sentido? ¿Hacia dónde quiere llevar la deuda del estado provincial? Nosotros estamos arreglando las cuentas nacionales, pero las de la provincia no las arregla nadie”, dijo a la prensa.
Apoyo de los gremios
Pese al revuelo desatado, este miércoles 11 los gremios aeronáuticos que acumulan meses de tensión con el gobierno de Milei apoyaron la propuesta de Kicillof.
En un comunicado conjunto, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), la Asociación de Personal Aeronáutico (APA) y la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) respaldan que la jurisdicción más grande del país pueda hacerse cargo de la empresa estatal.
“El proyecto esbozado por el mandatario bonaerense, y que por estas horas va ganando adhesión entre otros gobernadores, está absolutamente en línea con los artículos 246, 247 y 248 del DNU 70/23 y con el artículo 4 de la Ley Bases que tanto impulsaron desde el propio Gobierno, ya que determinan de manera explícita la viabilidad del traspaso de acciones a los trabajadores y a los Estados provinciales”, indicaron, según consigna “La Nación”.
También afirman que la iniciativa “justamente le quitaría al Estado nacional lo que ellos mismos definen como deficitario e inviable” luego de haber hecho “del reclamo salarial un circo mediático” y “amenazar con el cierre, la liquidación, la quiebra, el proceso preventivo de crisis, la entrega de acciones a los trabajadores y un enorme abanico de provocaciones”.
Además, defendieron que Aerolíneas Argentinas no es un monopolio, sino “una solución a lo que otros no ofrecen” pues la empresa estatal permite la conectividad aérea del territorio argentino.
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