Una crisis política se vive en el Perú desde hace varios años por presidentes denunciados por corrupción, pero el autogolpe fallido de Pedro Castillo la semana pasada aumentó el malestar de los peruanos, quienes no han dejado de protestar durante los últimos días.
Tras la destitución de Castillo, su vicepresidenta Dina Boluarte asumió el mando de la nación y ha tenido que enfrentar el levantamiento social en varias regiones, declarando el estado de emergencia y el uso de las Fuerzas Armadas en los puntos más críticos de las manifestaciones. Hasta el momento hay siete civiles muertos y más de 100 policías heridos.
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Esta crisis ha generado caos e inconvenientes para muchas personas, como los turistas que llegaron al país en la última semana. Entre estos, EL TIEMPO conoció la historia de una familia que colombiana que no pudo llevar a cabo sus planes y, además, se encuentra varada en la país.
Lizmarly Marín es una joven de Medellín que viajó a Lima el pasado 8 de diciembre para pasar unas vacaciones con su hermana y su madre. Al día siguiente, cuando se iniciaron las protestas, no pudieron realizar el tour por la ciudad, pero la empresa de viajes les ofreció llevarlas al Cusco, donde la situación estaba más tranquila.
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En dicha turística ciudad pudieron disfrutar y conocer los lugares emblemáticos, pero cuando planeaban regresar cerraron el aeropuerto del Cusco y se cancelaron los vuelos.
Las mujeres se contactaron con la aerolínea en la que compraron sus tiquetes y aseguran que les ofrecieron reprogramar el viaje para el 17, pero sin confirmar que el aeropuerto esté habilitado ese día y efectivamente se pueda realizar el vuelo.
Debido a que el viaje se extendió más de lo pensado, ellas pidieron a la aerolínea un auxilio de hospedaje y alimentación, pero se los negaron porque los inconvenientes para llevar a cabo el viaje no se debían a la empresa sino a la situación política en el país.
Así las cosas, estas tres colombianas continúan atrapas en el Cusco y con temor por los actos vandálicos que se registran en medio de las protestas, pues en el hotel donde se están hospedando les han pedido precaución luego de que, al parecer, varios turistas fueran robados en las últimas horas.
Por el momento, las mujeres están buscando ayuda de la Cancillería para regresar a Colombia, pero aseguran que nos le han dado ninguna alternativa. Mientras tanto, los gastos de manutención en la país corren por su cuenta y la alimentación ha sido lo más complejo, pues todos los restaurantes están cerrados por las protestas.
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