De la casona señorial de Lampa y Miró Quesada, con escaleras de mármol y el eco de una Remington, al edificio que sobresale en el barrio de Santa Catalina, con oficinas y burbujas de vidrio al estilo Google. Del viejo y querido papel de todos los domingos, guia para la semana que viene, a los podcast y streaming que caben en un celular. De 1839 al 2024. Hoy, 185 años después de su fundación, el diario El Comercio tiene motivos para recordar su independencia y veracidad, su espíritu de testigo y su valentía para encarar los cambios en la industria, que hoy exigen, más que ser print o digital, una forma distinta de nacer cada mañana, en la reunión editorial de todos los días a las 8 a.m.: los periodistas de El Comercio son hoy, decididamente, productores de contenidos. La plataforma desde donde nos lean, nos escuchen o nos vean, depende de usted.
Sin embargo, no habríamos llegado hasta aquí sin la historia. Ese pesado legado que se convierte en el segundo apellido de todos los reporteros que se presentan así, en cualquier comisión: “Soy Miguel Villegas, periodista de El Comercio”. A propósito de ello, en Somos decidimos bucear en esas historias que han marcado a fuego los 185 del diario más influyente del país, y contarlas, otra vez.
Y entonces usted podrá encontrar en la revista, por ejemplo, historias como “El pato a la naranja y otras delicias que se sirvieron en la inauguración de la sede de El Comercio” o “Vestidos “para la playa”, la Casa Welsch, 1160 y la Más Más de Panamericana: ¿cómo eran los primeros avisos que se publicaron en el diario?”, reflexiones sobre la presencia del Decano en la sociedad, resumida en el artículo “¿Por qué quiero a El Comercio? Cinco figuras nacionales revelan el impacto que el diario ha tenido en sus vidas profesionales” y, por supuesto, una nota ancla para entender quiénes somos hoy, 185 años después y hacia dónde vamos: ¿Qué prepara El Comercio? La nueva oferta digital, audiovisual y de redes que alista el Decano”.
Que esta breve reseña haya llegado a sus teléfonos es un signo de estos tiempos: El Comercio está en nuestras vidas más allá de lo que creemos. Una forma de redescubrirlo será este sábado, leyendo Somos.