¡Buenos días, querido lector! Últimamente estoy siendo más consciente de los estímulos que le doy a mi mente y la música no es la excepción, pues es de los estímulos sensoriales más omnipresentes y poderosos, que influye significativamente en nuestra psique.
Daniel J. Levitin, psicólogo y autor de “This is Your Brain on Music”, explica que la música puede activar casi todas las regiones del cerebro que hemos mapeado hasta ahora. Esta activación incluye áreas asociadas con las emociones, la memoria, y la cognición motora, lo que explica por qué la música puede evocar recuerdos tan vívidos, influir en nuestro estado de ánimo y hasta mejorar nuestro rendimiento físico. Por ejemplo, así impactan ciertos estilos musicales:
Música clásica: Puede reducir el estrés y la ansiedad. Investigaciones indican que puede disminuir la presión arterial, reducir los niveles de cortisol y mejorar el estado general de bienestar.
Jazz y Blues: Ayudan a la introspección y el manejo de sentimientos de soledad. Su estructura estimula áreas cerebrales vinculadas con el procesamiento emocional y la creatividad.
Rock y Metal: Brindan un escape saludable para la frustración y la ira, facilitando un proceso catártico que muchos encuentran revitalizante y liberador.
Electrónica: Excelente para la estimulación durante el ejercicio o tareas que requieren energía sostenida; puede ayudar a aumentar la concentración y la resistencia física.
Pop: Puede levantar el ánimo rápidamente. Su ritmo y melodías fáciles de seguir fomentan la dopamina, elevando la felicidad y la motivación.
Esto si solo consideramos los géneros musicales, pero ¿qué hay de las letras de las canciones que escuchamos? Según un estudio publicado en el “Journal of Music Therapy”, las letras que resuenan con experiencias personales pueden promover la comprensión y el crecimiento emocional, y hasta facilitar el procesamiento de eventos traumáticos. Este estudio explora cómo las narrativas en la música pueden influir en nuestra percepción y emociones, permitiendo una forma de catarsis y expresión emocional que puede ser esencial para la terapia emocional.
Con esto no digo que dejemos de consumir música popular que suelen ponen en las fiestas. ¡A mí me encanta! En realidad te brindo un cuestionamiento: ¿cada cuánto le doy buenos estímulos a mi cerebro? ¿Qué tipo de ideas estoy sedimentando en mi cabeza, mediante la música que consumo?
Si quieres profundizar un poco más en el tema, te comparto esta nota que escribí a inicio de año sobre los conciertos meditativos, una actividad que recomiendo para hacer una pausa y restablecer la mente. Aquí te comparto también una de mis canciones favoritas últimamente: Me lo merezco. Está llena de afirmaciones sobre amor propio. Ojalá te guste y conectes con ella, tanto como yo.
¿Tienes canciones que te ayuden a conectar contigo? ¿Algún playlist que te gustaría compartir? Escríbeme a samanta.alva@comercio.com.pe para compartir tus experiencias y conocimiento, para seguir conversando. ¡Nos leemos en la próxima!
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