![“Según el gremio de la pequeña empresa de la Cámara de Comercio de Lima, de cada diez empresas que nacen, ocho dejan de existir al primer año y, de las dos que quedan, solo una sobrevive luego de cinco años de funcionamiento”.](https://elcomercio.pe/resizer/v2/3VPDAPR2TJBPXCUTXAI3L27WZQ.jpeg?auth=d8a80513764bc18d47de70f8d8db1f9cfeaeb871b0d19a17ffeb3ca5e24acaf6&width=420&height=280&quality=75&smart=true 420w)
![“Según el gremio de la pequeña empresa de la Cámara de Comercio de Lima, de cada diez empresas que nacen, ocho dejan de existir al primer año y, de las dos que quedan, solo una sobrevive luego de cinco años de funcionamiento”.](https://elcomercio.pe/resizer/v2/3VPDAPR2TJBPXCUTXAI3L27WZQ.jpeg?auth=d8a80513764bc18d47de70f8d8db1f9cfeaeb871b0d19a17ffeb3ca5e24acaf6&width=420&height=280&quality=75&smart=true 420w)
“Los peruanos somos chamba”, solemos escuchar todo el tiempo. Y razones no faltan. Según la última encuesta de Ipsos Global Advisor, el Perú figura como el tercer país a nivel mundial con mayor espíritu emprendedor, con aproximadamente 5,5 millones de personas que desarrollan sus propios negocios. Pero ¿cuántos de estos emprendimientos son constituidos pensando en que hoy se necesitan soluciones innovadoras y sostenibles? ¿Existe un propósito en estos nuevos negocios?
Nos encontramos en plena década de la acción, en un contexto de urgencia en el que los emprendedores tienen la gran oportunidad de colaborar y sumar esfuerzos para hacer frente a los retos sociales y medioambientales que marcarán el futuro del planeta. Debemos dejar de hablar de la innovación y la sostenibilidad como dos fundamentos independientes bajo los que deben formarse los emprendimientos del mañana, y ver a la innovación sostenible como un pilar sólido, cuyo desarrollo de procesos es vital para que estas empresas aseguren mercados y garanticen su permanencia en la economía.
Pero ¿qué es exactamente la innovación sostenible? Esta práctica implica desarrollar y promover soluciones creativas y efectivas que cumplan las necesidades del presente sin comprometer las del futuro, como la lucha contra el cambio climático, la preservación de la biodiversidad, la escasez de recursos naturales, la desigualdad social, entre otros desafíos. Sin lugar a duda, un enfoque innovador termina siendo un principio clave para integrar estrategias sostenibles en los negocios.
Para impulsar esta práctica en las nuevas empresas, es importante que revaloricemos el papel de la educación y del emprendimiento, dos factores y cimientos claves para la construcción de una cultura que nos lleve a la creación de soluciones innovadoras que reduzcan el impacto de los problemas que enfrenta el mundo. Además, está también el rol de la colaboración global, que aparece para abordar estos desafíos a gran escala y de forma conjunta con otros actores, ya que hablamos de problemáticas que no solo involucran al sector privado.
Es evidente que la innovación sostenible es esencial e indispensable para abordar los desafíos ambientales y sociales que enfrenta el Perú y el mundo en general, desde la pobreza y la igualdad de género, hasta el cambio climático, la desigualdad y el cierre de la brecha financiera. No obstante, el contexto actual nos pone en una situación en la que los emprendedores priorizan otros temas, sobre todo teniendo en cuenta que se lucha contra desafíos como la informalidad, la falta de infraestructura tecnológica y la inestabilidad de nuestros mercados.
Según el gremio de la pequeña empresa de la Cámara de Comercio de Lima, de cada diez empresas que nacen, ocho dejan de existir al primer año y, de las dos que quedan, solo una sobrevive luego de cinco años de funcionamiento, dejando claro que la sostenibilidad no es necesariamente una prioridad en la constitución de nuestros emprendimientos locales, sino más bien la supervivencia en los primeros años.
Pese a que los procesos de innovación buscan generar una ventaja competitiva para las empresas, aún no existe una total claridad en los beneficios de implementar estrategias empresariales sostenibles y, por ende, no hay una cadena de valor o cultura organizacional de sostenibilidad que impulse la implementación de estas soluciones.
Esta ausencia de claridad es originada en parte por una falta de educación para el desarrollo sostenible y la innovación, y también por la polarización que se ha creado alrededor de la sostenibilidad durante los últimos años. Mientras sigan existiendo voces que continúen priorizando el ahora y no el futuro, tendremos que lidiar con la mala fama que esto implica.
Además, también hay otras piedras en el camino con las que lidiamos y los números no me dejan mentir. De acuerdo con una encuesta de KPMG del 2023, solo el 10% de las empresas peruanas cree que la tecnología puede ayudarlos a medir sus iniciativas de sostenibilidad ambiental. Además, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Perú invierte en tecnología menos que otros países de la región; solo el 1% de nuestro PBI en comparación con más del 4,5% en países como Chile y Colombia.
Lo importante es que los emprendedores peruanos cambien de chip o ‘mindset’. La innovación no se trata únicamente de tecnología, sino que también incluye nuevas formas de pensar para alcanzar objetivos y solucionar problemas que, al mismo tiempo, aseguren un futuro más sostenible para todos. En el Perú, sobre todo en sus distintas regiones, se necesita continuar desarrollando un ecosistema y una cultura de innovación que impacte en nuestro futuro.