(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Mayte Morales Arce

Hace un año, las probabilidades porcentuales del equipo peruano para llegar al no eran alentadoras. En marzo del 2017, para ESPN teníamos una probabilidad de 9% de clasificar.

Todos nos emocionamos por volver a un Mundial después de 36 años. Ha sido una tarea que necesitó una visión de largo plazo, años de planificación, decisiones y acciones. Es evidente que nuestra presencia en el Mundial no fue cuestión de suerte.

Todos nos emocionamos por volver a un Mundial después de 36 años. Ha sido una tarea que necesitó una visión de largo plazo, años de planificación, decisiones y acciones. Es evidente que nuestra presencia en el Mundial no fue cuestión de suerte.

El enfoque STEAM (por las siglas en inglés de ciencias, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) está diseñado para inculcar este tipo de educación. Este enfoque promueve el trabajo interdisciplinario y permite acercar la complejidad de las matemáticas y de las ciencias a la vida cotidiana para hacerla comprensible y amigable. Hoy en día, para un niño educado con este enfoque, las matemáticas y las áreas STEAM en general no son un dolor de cabeza. Todo lo contrario: les gustan, las entienden y, sobre todo, las aplican en su día a día de manera integrada, para resolver problemas y diseñar soluciones para el contexto de hoy, en un siglo tan incierto de cambios tan rápidos. El enfoque STEAM se aplica en miles de escuelas de Europa y Estados Unidos –donde es parte de la política pública de estas naciones–, y varios países de América Latina lo han adaptado a su contexto.

¿Cómo se logra aplicar en el aula? Todo gira en torno a la relación docente-alumno. Durante el proceso de aprendizaje, el profesor acompaña al estudiante en su proceso de indagación y descubrimiento. Al estudiante no se le dictan las respuestas ni extensos conceptos para que los memoricen, y mucho menos se castiga el error. Son los mismos niños quienes descubren las soluciones a los problemas que se les plantean a través de metodologías activas como la indagación y, así, se implementa la capacidad de manejar con facilidad las áreas STEAM de manera integrada.

El fútbol es un claro ejemplo de cómo podríamos aplicar este enfoque. En este deporte, después de todo, se viven las disciplinas STEAM. Podemos, por ejemplo, estudiar las probabilidades porcentuales de ganar, perder o empatar en los encuentros. O enfocarnos en los ángulos perfectos que terminan en gol. Incluso en el rol protagónico de la tecnología en el análisis de data para prever el desempeño de jugadores y combinaciones de jugadores a partir de su récord histórico.

Queremos que nuestros niños puedan competir en un mundo donde la innovación tecnológica se acelera cada vez más. Por tanto, es importante que los escolares de todo el Perú reciban la educación de calidad que ofrece el enfoque STEAM, para que, de grandes, sean capaces de meter golazos. O, lo que es lo mismo, para que sean ciudadanos que estén preparados emocionalmente y con las competencias para tomar decisiones difíciles, aprender de los errores, ser resilientes y afrontar con nuevas soluciones los graves problemas con que la humanidad se encuentra en este siglo.

Hemos demostrado que podemos ser uno por el fútbol. Ahora está en manos de cada uno tomar la decisión de que esta unión trascienda el tiempo del Mundial Rusia 2018. El verdadero campeonato mundial es enfrentar un mundo cada vez más innovador y tecnológico, donde las habilidades matemáticas, científicas, cognitivas y socioemocionales son esenciales. Tenemos que lograr que nuestros niños puedan competir y ganar en ese campeonato mundial que se mantiene vigente y lo jugamos hoy. ¡Juguemos por el Perú siempre!