- Lee aquí el Editorial de hoy martes 28 de noviembre: “Terremoto en el Ministerio Público”
No es lo mismo saber que poder probar. Como periodistas, por ejemplo, nos enteramos y manejamos mucha información con las diferentes fuentes que consultamos en el día a día. Pero para poder publicar es necesario probar. Desde hace varias semanas, por ejemplo, se hablaba de un pacto de impunidad entre la hasta ahora fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y un sector del Congreso. Existían indicios: visitas de asesores de Benavides a despachos parlamentarios, el inicio de investigaciones exprés a pedido de congresistas como Patricia Chirinos o convenientes archivos de investigación a los llamados ‘niños’ del Congreso, etc. Pero nada como lo que el país atestiguó ayer.
Tal vez lo más importante en este nuevo caso del Equipo Especial contra la Corrupción del Poder, que lidera la fiscal Marita Barreto, es la contundencia con la que supo evidenciar las negociaciones ilícitas entre un emisario de la fiscal de la Nación y miembros del Congreso. Para ello, utilizaron una técnica especial de investigación que es la del agente especial: captaron a un personaje con acceso a la organización criminal y este les compartió información desde adentro. Así se lograron los chats de Jaime Villanueva, principal asesor de Benavides, negociando votos con diferentes parlamentarios para nombrar a Josué Gutiérrez en la Defensoría del Pueblo, destituir a Zoraida Ávalos como fiscal suprema y remover a los miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ).
El operativo Valkiria V (así se nombró el operativo de ayer que terminó con el arresto de Villanueva y el allanamiento de las casas de otros dos asesores de Benavides) es inédito en la historia del Ministerio Público. Nunca antes se había expuesto de esta manera a una fiscal de la Nación vulnerando sin ningún pudor la independencia de poderes a través de su asesor. Es por eso que los colegas de Benavides, Pablo Sánchez y Juan Carlos Villena, le han pedido que renuncie. Su gestión no se puede sostener ni un día más luego de lo expuesto. Y si faltaban motivos también está el intento desesperado por remover del cargo a la fiscal Barreto en la madrugada del lunes para bloquear el operativo.
Benavides no puede seguir como fiscal de la Nación. Su presencia no garantiza una debida investigación a los negociados que tuvo con el Congreso (y vaya uno a saber con qué otras entidades). Además, ha demostrado una intención de obstruir el caso con el poder que aún tiene y que no guarda respeto alguno por la separación de poderes. La llamada a poner orden es la JNJ, que hasta el cierre de este artículo sigue evaluando qué decisión tomar, cuando lo que está más que claro es que Benavides no debe seguir un día más.