El 31 de agosto la Comisión de Ética decidió abrir tres procesos contra el presidente del Congreso, Alejandro Soto, por presuntamente haber vulnerado la ética parlamentaria al a) haber tenido contratada en su despacho a la tía de su hijo, b) haber sido favorecido en un proceso judicial gracias a una ley por la que votó y c) haberse beneficiado del dinero de sus trabajadores que le costeaban un servicio de publicidad en Facebook y quienes, además, se dedicaban a defenderlo en las redes sociales utilizando cuentas falsas (troles).
Más de un mes después, este lunes, el referido grupo de trabajo finalmente revisó y votó los informes de calificación respectivos de cada una de estas denuncias. Pero si antes se tomaron cuatro semanas en elaborar los expedientes, esta vez los evaluaron en tiempo récord: los tres se presentaron y se discutieron en menos de una hora. El resultado, por otro lado, fue un vergonzoso blindaje que ‘limpió’ al titular del Parlamento de dos de las tres imputaciones con las que cargaba.
En un primer turno, con los votos a favor de los legisladores Rosangella Barbarán (Fuerza Popular), Nelcy Heidinger (Alianza para el Progreso), David Jiménez (Fuerza Popular), Jorge Marticorena (Perú Bicentenario), Alex Paredes (Bloque Magisterial), Cheryl Trigozo (Alianza para el Progreso), Cruz Zeta (Fuerza Popular) y el titular de la comisión, Diego Bazán (Avanza País), se aprobó el informe que recomendaba archivar la denuncia contra Soto por haber tenido contratada en su despacho a Yeshira Peralta entre julio del 2021 y julio pasado, pese a que tiene un hijo con la hermana de esta, Lizeth Peralta, desde agosto del 2022.
El informe de calificación concluía que Soto no había cometido delito de nepotismo, porque la contratación de Yeshira se dio previamente al nacimiento del hijo del presidente del Congreso; sin embargo, como bien apuntó durante la sesión la legisladora Ruth Luque (Cambio Democrático-Juntos por el Perú), la evaluación que cabía hacerle a Soto era de naturaleza ética y no penal. Peor aún, el informe sostiene que no existe “convicción sobre una relación de pareja” entre Soto y Lizeth Peralta, pese a que la prensa ha difundido posts en Facebook de esta última, por ejemplo, felicitando al presidente del Parlamento por el Día del Padre con palabras bastante cariñosas o asistiendo a la ceremonia de juramentación del primero como titular de la Mesa Directiva el 26 de julio con el hijo de ambos en brazos.
En un segundo turno, la Comisión de Ética logró aprobar el informe que recomendaba investigar a Soto por haberse beneficiado de la ley que acorta los plazos de suspensión de la prescripción y así mandar al archivo un proceso que tenía abierto en Cusco por el delito de estafa. No obstante, esta decisión tampoco estuvo exenta de polémica, pues el resultado inicial fue un empate a siete que tuvo que dirimirse con el voto de Bazán.
Por último, nuevamente con el apoyo de Barbarán, Heidinger, Jiménez, Paredes, Trigozo y Cruz, sumados a los de Margot Palacios (Perú Libre) y Héctor Valer (Somos Perú), Soto se salvó de ser investigado por los aportes de sus trabajadores que le subvencionan la publicidad en Facebook –una forma soterrada de ‘mochar el sueldo’– y por el uso que estos hacen de cuentas falsas para defenderlo en las redes sociales incluso durante el horario laboral del Legislativo. Ello, pese a que el informe de calificación sí recomendaba abrirle investigación por este caso.
En declaraciones a la prensa, parlamentarios como Bazán o Palacios han dicho que no se trata de un blindaje, aunque la jugada resulta evidente a la distancia. No olvidemos que, a pesar de que la Comisión de Ética ha refrescado a sus integrantes, se sigue comportando exactamente como aquella que, en los últimos dos años, por ejemplo, blindó a Magaly Ruiz y Heidi Juárez en sus denuncias por mochasueldos y a ‘Niños’ como Darwin Espinoza o Raúl Doroteo.
Parece que, así como el presidente del Congreso tiene troles que lo defienden en las redes sociales, también cuenta con chalecos que lo blindan en la Comisión de Ética.