Las manifestaciones de noviembre del 2020 contra el gobierno de Manuel Merino, en las que murieron Inti Sotelo (24) y Bryan Pintado (22), provocaron que el presidente de la República Francisco Sagasti anunciara, días después de asumir el mando, la instalación de una comisión de bases para la reorganización de la Policía Nacional. Casi seis meses después de aquel anuncio, se está materializando el fortalecimiento y la modernización de la referida institución.
Un punto de partida para efectuar este importante y necesario cambio es el componente de formación policial, porque es justamente donde se va a ofrecer las herramientas básicas para el desempeño laboral de los suboficiales y oficiales.
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La semana pasada, el Ministerio del Interior (Mininter) dio a conocer que en junio de este año se presentará el diseño del perfil del “policía del futuro” que establecerá los conocimientos y habilidades de los efectivos.
El viceministro de Seguridad Pública del Mininter, Nicolás Zevallos, explicó a El Comercio que a partir del modelo del policía peruano se podrá definir ciertos criterios, como el proceso de admisión, formación y malla curricular, especialización policial, asignación de funciones, así como la evaluación y mejoramiento del desempeño.
“La idea del modelo policial nos da todo el panorama de cómo debe ser nuestra Policía Nacional al futuro. La prioridad es tener un policía preparado, y este debe saber que es importante tener una cercanía muy marcada con su comunidad”, indicó el funcionario.
Zevallos precisó que el proceso educativo que se busca mejorar en la Policía pertenece al primero de los seis ejes que se estableció en las bases para el fortalecimiento y la modernización de la PNP. Estos son: gente, infraestructura, equipamiento, tecnología, imagen e institucionalidad, las cuales permitirán garantizar, eficazmente, el orden interno, la seguridad ciudadana, el respeto de los derechos humanos y el Estado de derecho.
—Educación policial—
El primer eje, denominado ‘nuestra gente’, es una de las piezas claves para el gran cambio en la Policía. Aquí se aborda la reforma educativa que involucra cuatro componentes: admisión, infraestructura, currícula y docencia.
“La malla curricular es importante porque es la formación, es el conocimiento que se va a ofrecer al policía. Estamos dando énfasis a que el agente no solo conozca lo teórico, sino que sepa aplicarlo en la práctica”, asegura Zevallos.
El general PNP Miguel Lostaunau, miembro de la Comisión de Seguimiento para el Fortalecimiento y Modernización de la PNP, señala que la reforma educativa policial permitirá mejorar las capacidades de los efectivos y alinearlos con las demandas de la ciudadanía. “Necesitamos una policía más comunitaria, de cercanía, y que tengan habilidades blandas”, dijo el oficial.
Lostaunau manifestó que, aparte de los requisitos ya establecidos para postular a la PNP, se ha implementado el uso del polígrafo y exámenes toxicológicos durante el proceso de admisión. “Nuestro proceso de selección está buscando captar a lo mejor de la juventud; con valores adecuados que serán reforzados”, comentó a este Diario.
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En cuanto al segundo componente ‘infraestructura’, se ha reducido de 27 a 20 escuelas policiales para garantizar las condiciones mínimas de una calidad de educación. Según los entrevistados, se espera que en dos años el número se reduzca a 10.
De acuerdo con Lostaunau, en este punto también se tiene previsto la construcción de un centro de entrenamiento en Puente Piedra, simuladores para la conducción de vehículos y un polígono virtual.
Sobre el tercer componente, se está trabajando con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para rediseñar la currícula que comprenda el reforzamiento en las técnicas de reducción y control; cursos de formación; especialización y las habilidades blandas que debe poseer un efectivo para tener empatía, por ejemplo, ante los casos de violencia familiar. En tanto, el cuarto punto abarca las competencias que se brindará a los docentes policiales y civiles para una mejor educación a los cadetes.
“Estamos trabajando para que los policías respondan a las necesidades de la ciudadanía. Tenemos el objetivo de ser la mejor policía de Latinoamérica y que nuestro nivel de aceptación mejore cada vez más”, afirmó Lostaunau.
—Derechos Humanos—
Justamente, en los últimos meses una parte de la ciudadanía ha mostrado un rechazo por la institución policial debido a diversas situaciones. Por ejemplo, la desidia de los agentes de la comisaría San Cayetano ante el caso de Jesica Tejeda, quien fue asesinada, junto a sus tres hijos, por su pareja en diciembre del 2019, en El Agustino. La comisaría quedaba a solo 159 metros de distancia del lugar del crimen.
También, el uso excesivo de la fuerza por parte de la PNP durante las manifestaciones de noviembre del 2020, que acabó con la muerte de los dos jóvenes antes mencionados.
Por ello, el sexto eje ‘institucionalidad’ del plan de modernización plantea garantizar el cumplimiento de protocolos de calidad y de respeto a los derechos humanos por parte de los policías durante la interacción directa con la ciudadanía, así como una adecuada atención en las comisarías.
“Se requiere reforzar que los conocimientos de derechos humanos se pongan en práctica”, mencionó el viceministro asegurando que “habrá un continuo entrenamiento en el uso de la fuerza”. Hasta julio de este año se debería formar a 300 instructores que ayuden a que el resto de la policía desarrollen estas habilidades dentro de los estándares. Actualmente, hay aproximadamente 142 mil policías a nivel nacional.
“No se puede usar la fuerza de forma arbitraria, hay mecanismos y protocolos para no vulnerar los derechos de los ciudadanos”, sostuvo.
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Los otros ejes que estableció la PNP y el Mininter, en base al Plan Estratégico ‘Mariano Santos Mateo’, abordan el tema de infraestructura, equipamiento, tecnología e imagen. No obstante, nada de ello —afirmó el viceministro— podrá ser posible sin una buena educación policial.
“No nos va a servir de nada que tengamos mejor equipamiento, mejor infraestructura, incluso, mejores protocolos, sino logramos que las escuela les brinde a los policías las herramientas para poder actuar de forma efectiva”, destacó Nicolás Zevallos.
Si bien el horizonte del plan de reorganización de la Policía es al 2030, Zevallos señaló que cada año se debe definir un plan de acción con un presupuesto concreto. Para este año, el Plan Anual de Medidas Prioritarias 2021, que incluye 131 acciones, contempla S/350 millones.
En julio se propondrá la programación multianual 2022-2026 a fin de garantizar los recursos para que el nuevo gobierno evalué la continuidad y la reforma policial siga en marcha. “Estamos en un proceso de diálogo con el Acuerdo Nacional, porque consideramos que este tema tan importante [reforma policial] debe transformarse en una política de Estado”, sugirió.
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