Nos recibe en el despacho de la presidencia del Congreso. Quiere impulsar la vuelta a la nueva normalidad presencial, aunque esta venga con incidentes enojosos. El primero no ha sido con el gobierno de Pedro Castillo, sino con el de Francisco Sagasti. Mientras se alista para la entrevista, reitera sus argumentos de ley, tradición y protocolo, por los que piensa que mejor hubiera sido que Sagasti enviara la banda y se ahorrara la caminata. También nos cuenta de su fastidio con las leyes declarativas, en lo que sí coincide con Sagasti, que ha enviado un paquete de estas al Tribunal Constitucional. Hace el gesto de despabilarse, pues viene de estar horas en el desfile militar y la noche anterior, otras tantas horas esperando la juramentación del gabinete.
—¿Qué impresión le causa el nombramiento de un primer ministro controversial, Guido Bellido?
Es facultad del presidente nombrar a sus ministros y nosotros tenemos que ser respetuosos de la voluntad del presidente. Esperaremos que el gabinete venga al Congreso y escucharemos la exposición, pero es facultad del presidente elegir a los hombres de confianza con los que cree que puede trabajar.
—¿Ayudará a calmar las aguas que Pedro Francke haya por fin juramentado?
Es importante que hayan juramentado por fin todos los ministros. Queda la incertidumbre de por qué Pedro Francke no lo haya hecho el día anterior junto con el gabinete. En su caso no es una sorpresa porque ya estaba voceado, pero creo que el gobierno tendrá que dar muestras claras con respecto a lo que vendrá y ver cómo funciona un gabinete con Bellido de premier y Francke en Economía.
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—¿Le parecen suficientes un tuit y un comunicado de PCM para borrar las declaraciones ambiguas sobre Sendero Luminoso, y las expresiones machistas y homofóbicas de Bellido?
‘Por sus actos los conoceréis’. Creo que todo el país estará más atento a los actos que a las expresiones.
—En estos días ha coincidido en varios actos con el presidente. Sin que sea infidente, ¿algo han conversado que se pueda compartir?
No, ha sido muy cordial y cortés. Nos hemos saludado e identificado nuestros orígenes cajamarquinos; hemos hablado de mi familia de Cajamarca. En algún momento ha conocido a alguien de mi familia, sabe de mi tío Javier [Alva Orlandini], de mi padre [Miguel Alva Orlandini]. Es todo lo que hemos conversado.
—Hay hipótesis que se tejen sobre la controversial designación de Bellido, sobre la posibilidad de que el presidente busque un enfrentamiento con el Congreso y que se activen las armas letales. ¿Frente a esa posibilidad cuál es su espíritu?
Bueno, yo me quedo con su mensaje del día que vino, que tuve la oportunidad de juramentarlo. Se pronunció sobre que iba a trabajar con el Congreso e iba a buscar consensos y diálogo. Es lo mismo que yo dije en mi discurso cuando asumí la presidencia. Ese es el objetivo que debemos tener los dos poderes para sacar adelante la democracia. Si hacemos un trabajo articulado y de consenso, la población se va a beneficiar.
—¿Qué espíritu debe primar en el Congreso si el gabinete protagoniza algunas acciones polémicas?
El Congreso debe esperar la exposición del premier y una vez que escuchemos la política general de gobierno tomaremos una decisión. No podemos adelantarnos a hacer suposiciones si no la hemos escuchado. Espero por el bien del país –no quiero pensar otra cosa- que va a haber una voluntad de diálogo democrático y trabajar sin enfrentamiento. La población está cansada de enfrentamiento. Hemos vivido 5 años con eso. Hay muchos problemas que tiene el país y no podemos pensar solo en golpearnos.
—O sea, hay lecciones que sacar de los últimos años. ¿Qué lecciones ha sacado su partido y su bancada?
Dialogar, escuchar, actuar pensando en la población y no en intereses particulares y dar gobernabilidad al Perú.
—El gobierno efímero de su correligionario [de Acción Popular] Manuel Merino, ¿qué recuerdo le genera? ¿Apoyó esa aventura?
Yo me había pronunciado antes de la vacancia. Consideraba que no era oportuna por la coyuntura que se vivía. La vacancia se dio, era un hecho y era constitucional. Con el mismo procedimiento que se nombró al presidente Merino se nombró al presidente Sagasti; de eso no hay duda. Fue legal y constitucional. No era oportuno en el momento en que se dio, pero sí era legal y constitucional. Más adelante ya sabemos lo que ha pasado, mucha gente en el camino ha cambiado de opinión y ya la historia lo analizará.
—No era el momento oportuno, ¿y Merino no era la persona indicada?
En ese momento era el presidente del Congreso y tenía que asumir esa función. Podría haberse dado que él diera un paso al costado y se nombrara a otra persona, pero no era una exigencia y el Congreso en ese momento apoyaba a Manuel Merino; así que era la persona indicada.
—Hay una lección que, presumo, ha sacado su bancada: Negociar unidos, porque la bancada que se ha despedido tuvo varias divisiones internas. Se decía, ‘son impredecibles’, ‘no se puede negociar con ellos’.
Sí, hay que aprender de la experiencia. Efectivamente, uno de nuestros compromisos como bancada, que somos 16, es votar todos igual. Siempre va a haber excepciones en algunos momentos, pero vamos a tratar de votar todos igual y en estos momentos estamos más unidos que nunca.
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—¿Esa unión se hace sobre la admisión de que existen alas distintas?
En esta bancada respetamos a todos los dirigentes del comité político. Ahorita, no tenemos dirigencia. En setiembre son las elecciones [internas], pero funciona el comité político que es formado por los ex secretarios generales, el presidente; pero cada congresista es individual y respetamos a todos los dirigentes. Podemos conversar con Mesías Guevara como con Víctor Andrés García Belaunde, Edmundo del Águila, Yohny Lescano, escucharlos y aprender de ellos. Porque en AP valoramos mucho la trayectoria política y partidaria. Tengo la suerte de que he trabajado con todos como asesora de la bancada, del 2002 al 2016, así que mis jefes eran García Belaunde, Merino, Lescano, Guevara y ‘Chacho’ [Leonardo] Inga. A los cinco los considero mis amigos.
—Que haya estado en una plancha, que luego se retiró, con Alfredo Barnechea para las elecciones internas, ¿implicó una división con quienes apoyaron a Yonhy Lescano?
Efectivamente, estaba en una plancha con Alfredo Barnechea y al final no nos presentamos. Ganó Yonhy Lescano y fui candidata al Congreso e hicimos la campaña juntos. En AP, una vez que pasan las elecciones internas apoyamos la candidatura.
—Barnechea casi ha llamado a una insurrección popular, ¿lo oyó?
Sí, lo escuché; es una opinión personal de él, la respeto. Todos los correligionarios nos respetamos y ha habido opiniones distintas. Mesías y Yonhy Lescano pensaban distinto. En la segunda vuelta hubo distintas posiciones y se respetan. El acuerdo del plenario fue dejar libre a los correligionarios.
—¿En la segunda vuelta manifestó una posición favorable hacia alguno de los dos candidatos?
Yo dije que iba a votar por la libertad y la democracia, y que no estaba de acuerdo con las expresiones de Castillo que en algún momento dijo que iba a eliminar el TC, la Defensoría del Pueblo; porque en AP respetamos la institucionalidad, que es la base de la democracia.
—Sé que asume a AP como partido de centro, ¿qué otras etiquetas le caben?
Belaunde siempre decía ‘ni izquierda ni derecha, adelante’, y siempre definió a AP como un partido de centro.
—Castillo dijo en su mensaje a la nación que iba a presentar un proyecto de ley para una reforma constitucional que permita realizar una asamblea constituyente. ¿Cómo debiera recibir ese proyecto si llega?
Dijo en su discurso que enviará un proyecto de ley con una modificación para que se cree una asamblea constituyente. Ese proyecto llegará al Congreso, se enviará a la Comisión de Constitución para su respectivo análisis, pre dictamen y debate; ahí se aprobará, se archivará o se modificará y, si lo deciden, entrará a debate en el pleno del Congreso.
—¿No le dará cierta prioridad?
Normalmente, los proyectos que llegan del poder Ejecutivo, llegan con carácter de urgencia, se les da prioridad.
—¿Cree que la Constitución tiene aspectos dignos de ser modificados que debieran estar en la agenda legislativa?
La Constitución siempre se puede mejorar. De hecho, la Constitución del 93 ya se ha reformado en 45 artículos. Hoy día no creo que es una prioridad reformar la Constitución. He escuchado a todas las bancadas y coincidimos en que hay tres temas fundamentales en esta coyuntura: salud, reactivación económica y empleo, y educación. Ahí tenemos que concentrarnos y apoyar al Ejecutivo en todos los proyectos de ley y normas que requieran que se aprueben. Si bien siempre se pide reformar la Constitución, eso puede ser más adelante.
—¿No van a trabajar en temas como la bicameralidad?
Sí, es un tema de mi bancada, creo que ahí va a haber consenso.
—¿Está a favor de volver a la reelección de congresistas?
Sí, estoy a favor de la reelección de congresistas; de alcaldes también, cuatro años quedan muy cortos.
—¿Indefinida en congresistas y solo una vez para autoridades locales?
Sí, ese es el espíritu que ya estaba en el Congreso pasado.
—Hablemos de calidad legislativa que tiene mucho que ver con la mala percepción del Congreso. Hay leyes observadas, algunas en el TC, leyes sin doble votación, bancadas que dicen ‘te apruebo las tuyas si apruebas las mías’.
La bicameralidad resolvería muchos de esos aspectos. El tema de que haya una segunda cámara, que revise los proyectos de ley, mejoraría la calidad de las leyes. En este último Congreso, por la coyuntura que se ha vivido, se han hecho proyectos de ley que la población pedía, pero lamentablemente no eran viables y se pueden tildar de populistas. Eso ha hecho que se declaren inconstitucionales. Tenemos que tratar de ser más responsables en ese aspecto y tener en cuenta que los congresistas no tienen iniciativa de gasto. El artículo 79 de la Constitución establece claramente ese tema. Lo que tenemos que hacer es aprender de lo que ha pasado estos últimos años y exhortar a los congresistas y a las bancadas de que se cumpla con este principio. Ya este Congreso ha aprobado una modificación al reglamento para que no se exonere a los proyectos del paso por comisiones ni de doble votación. Lo que voy a tratar de evitar es que se vote y ahí mismo se vuelva a votar por segunda vez.
—También pasa que en el pleno se cambia totalmente el dictamen y se vota algo distinto, que no ha pasado por comisiones.
Un dictamen que se aprueba en comisión llega al pleno y en el debate se puede modificar, pero no se debe modificar totalmente. Hay que tener en cuenta que estos plenos virtuales han sido bien difíciles de trabajar, no se estaba presencialmente.
—¿Está a favor de que todo sea presencial ahora?
Sí, seguiremos los protocolos, pero he conversado con distintas bancadas y todo el mundo quiere que sea presencial. El Congreso es un foro político y todos tienen que conversar, llegar a consenso y no por WhastApp y llamadas telefónicas. Los plenos virtuales han hecho que la calidad haya bajado. No culpo tanto a los congresistas; el problema que han tenido es lo virtual.
—¿No más plenos de madrugada con sonambulismo?
Lo virtual ha hecho que trabajen de esa manera. Está comprobado que nadie puede trabajar a las 3 o 4 de la mañana; por lo menos, yo no.
—Hay temas pendientes del Congreso anterior. ¿El TC debe abordarse?
Sí, es una de las cosas que hay que hacer y llegar a consenso con otras bancadas para tener los 87 votos. Creo que no podemos seguir con un TC que ya venció su mandato por más de dos años.
—¿No está de acuerdo, previa modificación de la normativa, en que esa elección la asuma la Junta Nacional de Justicia?
No. Es una competencia del Congreso, está en el reglamento, tiene que estar dentro del fuero parlamentario.
—Ahora que es presidenta del Congreso no quiere perder ninguna competencia.
No, siempre lo he pensado así. Defiendo al Congreso como presidenta, pero en AP la formación que tenemos siempre ha sido defender y respetar el fuero parlamentario y la división de poderes.
—Vuelvo a preguntar: ¿qué espíritu primará en el Congreso si el Ejecutivo los confronta o protagoniza algo que merezca una fiscalización agresiva? ¿Cómo contraponer eso con el trauma de no querer ser obstruccionistas hasta la disolución?
En mi discurso señalé claramente que esta Mesa Directiva quería dialogar y trabajar en consenso, dar gobernabilidad, apoyar en todo lo que estemos de acuerdo y sea en beneficio de la población. No tenemos ningún ánimo obstruccionista. El Perú no quiere ni requiere de un Congreso obstruccionista. Lo que queremos es trabajar para el país. Trabajaremos con la Constitución en la mano y con el reglamento del Congreso que tiene fuerza de ley.
—¿Y si, a pesar de ese espíritu, hubiera una provocadora cuestión de confianza?
Veremos en su momento. Tenemos que reunirnos con todas las bancadas. Todavía no tenemos junta de portavoces, recién nos hemos instalado; pero de lo que he conversado con algunas bancadas, todas están en la misma línea. Como decía Belaunde: trabajar y dejar trabajar.
—¿Le hubiera gustado que alguien de PL esté en su Mesa Directiva?
En algún momento sí lo pensamos, y como AP hemos estado en conversaciones con todas las bancadas y grupos políticos, incluyendo Perú Libre. Pero, como es público, PL siempre quiso presidir y nosotros teníamos clarísimo que se necesitaba equilibrio de poderes y PL no podía tener el Congreso ni el Ejecutivo al mismo tiempo. Lo mejor que pudo pasar es que nos hayamos puesto de acuerdo todas las bancadas de centro y hayamos formado esta lista más neutral y más en beneficio de esta coyuntura.
—¿Participó en las conversaciones?
No, los voceros participaron en las conversaciones con PL. Algunos grupos me buscaron a mí, yo coordiné las reuniones con los voceros y estuve presente.
—¿Tiene en su agenda algunos temas prioritarios, algunas ideas para que se recuerde su gestión?
Bueno, lo que quedó pendiente el Congreso pasado, el tema de las reformas sobre la cuestión de confianza, la vacancia, la bicameralidad, la reelección de congresistas y alcaldes, la elección del TC, el voto voluntario que siempre ha sido un tema de AP. Mi agenda personal, mi especialidad son los temas de pensiones y AFP, y el empleo juvenil. La reforma previsional también ha quedado pendiente. Tenemos que abordarla sí o sí.
—¿Abordar la cuestión de confianza y la vacancia para que esas armas sean menos letales?
Sí, aclarar más las causales [de vacancia]. Sobre la cuestión de confianza hay que actualizar el proyecto de ley.
—¿Usted no quiere ser la presidenta de un Congreso que sea disuelto o vaque a alguien?
No, por supuesto. Lo que queremos es dar gobernabilidad, que siga la democracia y que prospere el Perú.