El ex ministro de Justicia Fernando Olivera sostuvo hoy que con su muerte el legislador Javier Diez Canseco “deja un vacío muy difícil de llenar no solo en la izquierda sino en la defensa de los valores democráticos, en defensa de los derechos humanos y en la lucha contra la corrupción”.
“En medio del dolor y la pena, que nos tiene tristes a quienes lo hemos conocido, hay satisfacción en ver que el pueblo masivamente lo está acompañando, lo está despidiendo como debe ser, un reconocimiento a la vida dedicada a ser consecuente con los principios”, manifestó a la prensa a su salida de la Casona de San Marcos, donde son velados los restos del socialista.
Olivera calificó a Diez Canseco como “un hombre justo y un luchador, que deja el mensaje de que hay que trabajar unidos por el Perú”.
“Hemos compartido muchas luchas, en especial en la época del fujimontesinismo. Y en los años terribles del terrorismo defendió los derechos humanos y siempre combatió a la corrupción. Javier era una garantía que no se le iba a comprar ni doblegar”, añadió.
En esa línea, el ex ministro dijo que le causó indignación la suspensión de 90 días que le impuso el Congreso, la cual consideró “una venganza baja” para manchar su nombre.
Para concluir, señaló que “le parece muy consecuente” que la familia de Diez Canseco haya optado por no velar sus restos en el Parlamento.
“Quienes conocemos a Javier Diez Canseco de toda la vida sabemos que no merecía esa sanción. Definitivamente, su caso deja en evidencia cómo se mide con diferente vara a los legisladores. Veo a congresistas vinculados al narcotráfico que están muy bien sentados y muy bien protegidos. Sin embargo, a Javier se le ha querido manchar”, concluyó.