Una periodista de TV Perú recibió recientemente una orden de Ninoska Chandía, presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP), para que se reduzca la exposición en pantalla del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), un crítico del gobierno de Dina Boluarte. Tres experiodistas del canal han confirmado la versión a este Diario. Y Jesús Solari, expresidente del IRTP y predecesor de Chandía, reafirma el malestar del gobierno: “Las últimas dos semanas de mi gestión tuve algunos pedidos específicos de no sacar a AMLO en pantalla”. Otras fuentes señalan como origen de la presión a la ministra de Cultura, Leslie Urteaga.
Chandía también habría cuestionado que “se le dé pantalla” a Betssy Chávez en el contexto de su reciente detención, según un experiodista de TV Perú, y habría pedido que se “levante” del aire una entrevista a un analista político que criticaba la gestión del gobierno por la epidemia del dengue. Chandía, antes de ser nombrada hace un mes como presidenta del IRTP, era directora de Comunicación Estratégica e Imagen Institucional de la Presidencia de la República. Previamente ocupó un cargo similar en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social cuando Boluarte ejercía esa cartera. Varias organizaciones han cuestionado el nombramiento de Chandía por su trabajo previo como relacionista pública de la presidenta.
Es en este contexto que en los últimos días se han visto forzados a dejar sus puestos en el IRTP al menos siete periodistas y dos funcionarios de administración. Mónica Vargas, gerente de prensa, renunció. A Alicia López, gerente general; Carlos Fonseca, gerente de Radio Nacional; y a Christian Stein, jefe de la Oficina de Asesoría Jurídica del IRTP, les pidieron sus renuncias. Y a Ximena Carrasco, reportera; Jorge Ballón, conductor; Nely Torres, productora general de TV Perú Noticias; Jorge Urbina, coordinador general; y a Renato Fernández, jefe de edición, no se les renovó su orden de locación de servicios. Vargas ya había firmado la continuidad de algunos de los periodistas para julio, pero de más arriba se decidió no aprobar las órdenes de servicio que se habían emitido. No se ha podido confirmar la fuente del rechazo.
Despidos encubiertos
Las órdenes de locación de servicios son los mecanismos por los cuales se emplea a la mayoría de periodistas en el IRTP. Usualmente se firman en la gerencia de prensa por uno o dos meses y, a su vencimiento, se renuevan. Un periodista del canal del Estado puede laborar durante años bajo ese sistema. Como Nely Torres, quien trabajó tres años y medio en TV Perú hasta esta última semana, cuando se vio obligada a dejar su puesto luego de que no se aprobara la orden de servicio que emitió.
A Mónica Vargas, saliente gerente de prensa del IRTP, le sorprendió encontrar, a su llegada al canal, a redactores y jefes de áreas periodísticas bajo el esquema de locación de servicios. Aproximadamente el 60% del personal de prensa labora bajo esa modalidad. Si bien esta situación respondería a los limitados recursos del IRTP –S/.130 millones de soles de presupuesto este año y unos estimados S/.80 millones para el próximo–, también puede suponer una mordaza para aquellos periodistas que saben que al mes siguiente pueden no ser renovados. “Hay una especie de autocensura en los periodistas del IRTP”, señala Solari, expresidente de la institución. Una experiodista del canal que pidió mantener su nombre en reserva señala que algunos periodistas del canal “se autocensuran” porque “no tienen protección laboral”.
“Esta salida no es una despedida masiva”, responde Suzie Sato, secretaria de prensa de la Presidencia de la República. “Esos periodistas han salido porque no se les ha renovado el contrato. No es un despido arbitrario”. Dice no poder creer que se haya pedido reducir el tiempo en las pantallas de TV Perú del presidente de México. Sato es la única funcionaria del Estado que declaró a este Diario. Ninoska Chandía y el defensor del pueblo, Josué Gutiérrez, no respondieron a llamadas y mensajes. Y la ministra de Cultura Urteaga pidió coordinar la comunicación con su asesor, pero ésta no se concretó.
Jorge Ballón era conductor del noticiero matinal de TV Perú Noticias desde hacía dos años. Solía emitir una orden de servicios cada mes. La última fue la de junio. La de julio fue aceptada inicialmente, pero finalmente se decidió por su no renovación. “Si bien técnicamente no me renuevan el ‘contrato’, es un despido encubierto. Se basan en el formalismo documentario, y sin mayor razón te dicen chau. Es algo arbitrario”, señala. Ballón comenta que no puede afirmar que la orden de su no renovación provenga de Chandía. “Se siente como un despido”, coincide Torres, exproductora general de prensa. A Carlos Fonseca, gerente de Radio Nacional hasta el martes, le habrían pedido su renuncia por encargo de Chandía, según supo este Diario.
A la inestabilidad laboral de los periodistas del IRTP se suman los vaivenes en la dirección del canal, que a su vez obedece a los de la política: cuando cambia el gobierno, se suele reemplazar la cabeza del canal.
Presiones del Ejecutivo
En una reciente ocasión, desde el Ejecutivo se llamó la atención al equipo de prensa de TV Perú por invitar a sus pantallas a Mercedes Aráoz, exvicepresidenta de la República. El motivo serían sus pobres relaciones con el fujimorismo, según una fuente del canal involucrada en la situación, en un contexto en el cual “el gobierno buscaba alianzas” con este grupo parlamentario. Un periodista que dejó el canal esta última semana señala que en el Ejecutivo había malestar cuando se entrevistaba a un personaje polémico o de oposición. Estas acusaciones son consistentes con las llamadas de atención recibidas por periodistas del canal al abordar aspectos noticiosos controvertidos, como los mencionados anteriormente sobre el presidente de México y la respuesta del gobierno frente al dengue.
Ximena Carrasco, reportera no renovada de TV Perú, fue quien preguntó a la presidenta Boluarte sobre el informe de las matanzas ocurridas en las protestas emitido por Human Rights Watch. Pero ya antes había recibido presiones. Cuenta que luego de hacerle en una oportunidad una pregunta puntiaguda al premier Alberto Otárola sobre las repercusiones del ciclón Yaku en el norte del país, un funcionario la jaló a un costado: “me dijo tú estás trabajando no para el canal, sino para aquí. Date cuenta que estás trabajando para Palacio”. Carrasco era la reportera destacada a Palacio de Gobierno. Días después, al regresar de una semana de descanso, fue removida de esa responsabilidad porque, según dice, “en Palacio me habían perdido la confianza”. Carrasco también afirma que había presiones desde el Ejecutivo cuando se cubrían las críticas de AMLO al gobierno de Boluarte.
Las últimas presiones editoriales del Ejecutivo y salidas de periodistas no son nuevas en el IRTP. El expresidente del instituto Hugo Coya fue despedido durante el gobierno de Martín Vizcarra. En el de Pedro Castillo, las cabezas del IRTP de ese entonces, Joseph Dager y Julio Navarro, se reunieron la noche previa a la entrevista con el expresidente y con quien fuera su premier, Aníbal Torres, y un rato antes de la entrevista con el propio Castillo, en dos actos que en su momento no pocos periodistas calificaron como irregulares.
Esas presiones y las actuales van a contramano de lo que establece la Organización de Estados Americanos en el artículo 83 de su documento Estándares de libertad de expresión para una radiodifusión libre e incluyente, preparado por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión: garantizar la independencia de los medios públicos respecto del Poder Ejecutivo. Por su parte, Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa, dice sobre la presidencia ejecutiva del IRTP: “Si va como una comisaria política para que no haya críticas a las posiciones del gobierno, o para que no se refleje a la oposición, ahí sí es preocupante”.
Una periodista actual de TV Perú mostró su preocupación al ser consultada sobre la situación actual: “Estoy segura de que a mí no me queda mucho tiempo tampoco. No puede ser que el IRTP siempre caiga groseramente en las manos de los gobiernos de turno”.
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