Hagamos una película: Que la historia se desarrolle en una realidad de inteligencia artificial y que cuente con el impulso amplificador de las redes sociales. Sumemos una buena dosis de morbo, otro tanto de amarillismo y que los protagonistas sean figuras públicas, o mejor aún, miembros de la realeza británica, herederos de la corona: Kate Middleton y el príncipe William. Sí, sí, los descendientes de Diana de Gales, aquella princesa que murió en 1997 producto de una persecución desmedida de un grupo de paparazzis.
¿Cuál es la trama? La historia empieza en enero, cuando se anunció que Kate sería sometida a una cirugía de abdomen y que debido a su recuperación, retornará a sus labores habituales aún después de Semana Santa, es decir hacia finales de marzo de 2024.
¿Cirugía abdominal? ¿Cómo es eso? Ya que el Palacio de Kensington no da más detalles sobre este procedimiento quirúrgico, todos googlean. “Cirugía abdominal es una cirugía común”, “qué riesgos puede tener frente a otros tipos de cirugía”, etc.
La historia sigue. Tras ser dada de alta, una ola imparable de rumores apunta a Kate. “que no existe una foto donde se le vea saliendo del hospital”, “que la princesa seguramente ya se murió”. Las redes sociales no paran y se acrecienta el bulo de que Kate está muy mal, mientras los medios británicos y mundiales siguen expectantes ante nueva y confiable información.
Una foto mal editada, nuevas imágenes de una Kate que todos dicen que no es Kate invaden el ciberespacio y los rumores parecen salirse de control. Mientras tanto, ningún comunicado aclara nada al respecto. Las fuentes oficiales no hacen comentario alguno.
A estas alturas, en las redes sociales los hashtag “#kategate o #whereiskatemiddleton” marcan la noticia del día.
Kate anuncia que tiene cáncer
Es en medio de esta vorágine de información, a días de Semana Santa y todos algo resignados a esperar el regreso oficial de Kate, que la princesa sorprende al mundo al anunciar que tiene cáncer, a través de un comunicado en video.
“En enero me sometí a una cirugía abdominal importante en Londres y en ese momento se pensó que mi condición no era cancerígena”, dice la princesa de 42 años.
“La cirugía fue exitosa. Sin embargo, las pruebas posteriores a la operación encontraron que había cáncer. Por lo tanto, mi equipo médico me recomendó que me sometiera a un tratamiento de quimioterapia preventiva y ahora me encuentro en las primeras etapas de ese tratamiento. William y yo hemos estado haciendo todo lo posible para procesar y gestionar esto de forma privada por el bien de nuestra joven familia”, agrega Kate.
Y finaliza: “Como pueden imaginar, esto ha llevado tiempo. Me ha tomado tiempo recuperarme de una cirugía mayor para poder iniciar mi tratamiento. Pero, lo más importante, nos ha tomado tiempo explicarles todo a George, Charlotte y Louis de una manera apropiada para ellos, y asegurarles que voy a estar bien”.
En el anuncio, Kate no revela qué tipo de cáncer padece y pide comprensión, tiempo, espacio y privacidad mientras completa su tratamiento.
Segundos después, las redes explotan y los medios rebotan la noticia. Ahora todos parecen adoptar una posición opuesta a la que tenían pero tampoco faltan aquellos que dudan si la Kate del video es real.
Leyendo hasta acá, esta historia fácilmente podría ser la premisa de una película o la temporada 7 de “The Crown” pero es la vida real.
Desde el otro lado de la noticia
Muchas opiniones siguen girando alrededor del tema Kate Middleton tras su cirugía. Algunos han criticado la forma cómo se ha llevado la comunicación desde Kensington, calificándola de torpe o inadecuada mientras que otros como Amadeo Martín Rey, experto en casas reales e historiador, prefiere tomar con pinzas toda esta situación.
“Creo que se le ha dado una importancia excesiva, se ha sobreactuado y se ha exagerado”, sostiene. “Kate Middleton tuvo una cirugía importante y ella misma dijo que estaría en recuperación hasta después de Semana Santa. Y esto seguramente no lo dijo por gusto, sino porque se lo recomendaron los médicos. Dicho esto, ella cumplió con lo anunciado y se suponía que aparecería después del Domingo de Resurrección pero la gente elucubra, inventa y tiene mucho tiempo libre, al parecer”.
¿Kate tenía la obligación de hablar?
Sobre si tenía Kate la obligación de revelar la enfermedad que padecía, Amadeo aclara que no es así. “Por muy princesa que sea, ella no tiene la obligación de comentar qué problema de salud tiene. ‘Que ella vive del erario público y que como receptora de un sueldo por parte del Estado tiene la obligación de contarnos lo que le pasa’ ¡Mentira también!. Acaso un cartero, un policía, un profesor universitario o un funcionario de cualquier rango tiene la obligación de contar qué enfermedad tiene, bueno pues la princesa tampoco”, señala.
En el caso del rey Carlos III, quien semanas antes había revelado públicamente que tiene cáncer, Amadeo aclara que en ese caso el monarca no tiene la misma situación institucional que la la princesa de Gales. “Es el jefe del Estado, y por tanto, lo que a él le pase sí deviene en una consecuencia para el Estado. Si Kate muere, la consecuencia no pasará de un cuadro triste para su esposo e hijos”, agrega.
“Kate Middleton enfrenta a una prensa insaciable”
Entendido el punto de vista de Amadeo, nos preguntamos si el equipo de comunicación de Kate hubiera salido a hablar desde un inicio ante la bola de rumores, esta no hubiera llegado a tanto. El historiador nos dice que “seguramente que sí pero, qué pasa, que la prensa amarillista es insaciable. Le dicen una cosa y cuando ya se han saciado con eso, quieren más morbo y nunca nada les parece suficiente”.
En ese sentido, Miguel Ángel López, presidente de Atrevia Comunicación Perú y experto en crisis comunicacional, sostiene en entrevista con El Comercio, que “un hecho, que podría haberse manejado con sencillez, se ha transformado en un auténtico huracán mediático... Desde un punto de vista comunicacional, la ausencia de comunicación directa se interpreta como una falta de transparencia, lo cual, a su vez, suele alimentar todo tipo de especulaciones. Es fundamental entender y evaluar cada circunstancia; sin embargo, en situaciones como esta, donde el escrutinio público alcanza su máximo nivel, resulta crucial adoptar una estrategia comunicativa proactiva y transparente. La clave no reside en divulgar detalles privados innecesarios, sino en proporcionar la información suficiente para aplacar cualquier tipo de especulación, generando así una percepción de normalidad ante el público”.
Amadeo agrega en este punto que el gran problema en todo este lío mediático es la libertad que sienten tanto medios como el público en general para sentirse con derecho a invadir la intimidad del otro “y eso Guillermo lo sabe perfectamente. Su madre, la princesa Diana, murió por este motivo”.
En esa misma línea, López sostiene que “el silencio en sí mismo no es negativo, especialmente cuando emitir declaraciones podría complicar más la situación o cuando no se dispone de toda la información necesaria. Es crucial evaluar adecuadamente cada situación, porque si es cierto que puede ser una estrategia acertada en determinados contextos. En el caso de figuras públicas, como la Familia Real, donde se espera una cierta transparencia y responsabilidad ante el público, el silencio prolongado puede resultar perjudicial, como hemos visto en esta ocasión”.
Lo que se viene tras el anuncio
Una vez que Kate revelara que padece de cáncer, la nueva temporada de esta historia apunta ya no a dudar si la princesa está viva o no, (bueno algunos sí que se lo preguntan) sino en conocer qué tipo de cáncer tiene. Ella ha pedido comprensión y respeto a su privacidad, algo que le fue ajeno a su suegra Diana de Gales e incluso acabó con su vida. ¿Podrá conseguirlo Kate? Por lo pronto, son varias las voces en favor de la princesa. Un portavoz del Palacio de Buckingham ha hecho saber que el rey Carlos III: “está muy orgulloso de Kate por su valentía al hablar como lo hizo”.
Por su parte, Rishi Sunak, el primer ministro de Reino Unido, dijo que Kate demostró “una tremenda valentía” con su declaración y le deseó una “pronta recuperación”, al igual que Keir Starmer, líder de los Laboristas británicos, quien ha señalado que “sus pensamientos están con la Familia Real y añadió que se siente “animado” por el “tono optimista” de Kate y su mensaje de fe y esperanza.
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