Un año después de abandonar su profesión por problemas médicos, el abogado Mickey Haller (Manuel García-Rulfo) es llamado por una jueza superior en Los Ángeles. La razón: Jerry Vincent, un abogado y colega suyo, acaba de ser asesinado, y en una especie de ‘testamento’ le heredó los casos de su prestigioso buffet. Se trata de una oportunidad inmejorable para ‘volver al ruedo’.
En líneas generales, esta es la idea principal de “El abogado del Lincoln”, la nueva serie criminal que acaba de estrenar Netflix para sus más de 200 millones de sunoscriptores. Se trata de una adaptación televisiva de la novela del mismo nombre (“El veredicto” en su versión al castellano), uno de los bestsellers publicados por el escritor y periodista Michael Connelly en el año 2005.
Con un interesante paso por la televisión y cine en español e inglés, el actor mexicano Manuel García-Rulfo tiene esta vez la tarea de interpretar a un letrado apasionado por su oficio. El origen de esta entrega casi total al Derecho tiene que ver con que Mickey, nuestro protagonista, tuvo a un exitoso padre abogado, que lo llevaba a las salas judiciales para que siga atentamente cada uno de sus movimientos.
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Esta alusión a la infancia de Haller es solo una arista de su perfil. Además de esto, el ‘abogado del Lincoln’ (apelativo cuyo origen está en la marca de autos que suele usar este abogado) es una especie de ‘latin lover’ venido a menos. En la serie recibe frecuentes llamadas telefónicas de dos personas: su “primera ex esposa” y su “segunda ex esposa”. La primera, Maggie McPherson (Neve Campbell) es una fiscal con la que tuvo a su única hija Hayley (Krista Warner). Mientras que la segunda es Lorna (Becki Newton), una carismática mujer que, junto a su nuevo novio Cisco (Angus Sampson) realizarán las veces de asistente e investigador de Haller, respectivamente.
Los diez capítulos de esta serie creada por Ted Humphrey y David E. Kelley tienen una estructura bastante similar: mientras Haller va conociendo los nuevos casos ‘heredados’ de Vincent, buscará dejar completamente atrás su pasado de adicción. ¿Cómo cayó en esta? El propio Mickey asegura que –tras sufrir un accidente surfeando—requirió medicina para el dolor, sin embargo, en algún momento esto se convirtió en una indeseable dependencia. Todo esto, como dijimos líneas arriba, se interrumpió con la llamada de la jueza superior para la ‘oferta’ de trabajo.
No exageramos si decimos que “El abogado del Lincoln” es una serie para fanáticos de los crímenes sin resolver. Abogados, fiscales y estudiantes de Derecho podrían sentirse absolutamente identificados con una propuesta en la que abundan cortes, salas, manifestaciones, interrogatorios y enfrentamientos entre equipos legales. Ciertamente, aunque a veces las sesiones se tornan algo largas, Mickey sale al rescate derrochando efectivas estrategias e ideas frescas para salvar a cada uno de sus clientes.
Bajo el lema de “Todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario”, nuestro protagonista parece otorgar la misma atención al defendido más humilde que al más adinerado. Esto último muy probablemente se note más nítidamente en un tema que ocupa casi el 50% del argumento de esta serie: el caso sobre Trevor Elliot (Christopher Gorham). Se trata de un millonario creador de videojuegos acusado del crimen de su esposa y del amante de esta.
Con una personalidad inmadura y en ocasiones sumamente déspota, Elliot trata con desdén a Haller pues es consciente de que su abogado originalmente fue Vincent (”ojalá no hubiera muerto porque él sí sabría qué hacer). Del otro lado, aunque inicialmente Haller toma este caso en específico como una forma de catapultar su nombre a la gran prensa, lo cierto que pronto nuestro protagonista irá asumiendo este reto más como algo personal, que lo haría sentir bien.
Existen en “El abogado del Lincoln” una serie de pintorescos personajes secundarios que sostienen gran parte de la trama. Desde Izzy Letts, mujer salvada por Haller de ir a prisión y que, a manera de retribución terminó convirtiéndose en su chofer, hasta el detective Griggs (Ntare Guma Mbhaho), pasando, indudablemente, por Cisco, un investigador de barriga pronunciada y cabello largo que es capaz de conseguir cualquier cosa que se proponga, aunque esto implique meterse por completo en un tacho de basura y extraer evidencia a la luz de la noche.
Lo dijimos líneas arriba, si algo de leyes dominas, esta serie te dará en la yema del gusto. Conforme avanzan los minutos de cada episodio, Haller aprovechará la curiosidad de la joven Izzy para darle verdaderas clases de Derecho Penal. El interior de una de sus camionetas Lincoln se convertirá en un aula universitaria sobre ruedas, en la cual el abogado confirmará su amor por esta profesión, tan respetada como vilipendiada según la latitud donde se ejerza.
“El abogado de Lincoln” puede leerse desde distintas formas. Como una serie sobre el mundillo judicial estadounidense, caracterizado por instituciones que, aunque imperfectas, existen y se sostienen, primero con un presupuesto decoroso, y segundo con legitimidad social, a diferencia de lo que ocurre en países de Latinoamérica, Centroamérica y el Caribe. Por otro lado, también podemos asumir esta producción de Netflix como una inmersión bastante humana al típico ‘workaholic’, es decir, a alguien que hace mucho dejó de lado su vida personal por priorizar su éxito laboral.
Conforme la serie avanza sus diez episodios, entre espionajes, disparos y la posibilidad de afinar estrategias legales para convencer a jurados y jueces, vemos cómo todo se resume a dos temáticas: la solución del crimen de la esposa de Elliot, cliente exasperante incluso para el habitualmente calmo Haller, y el desarrollo del vínculo afectivo entre este último y su primera exesposa, la fiscal McPherson. A veces ni siquiera los deseos de reconciliación que muestra su hija resultan suficientes para propiciar que la chispa del amor se encienda de forma permanente. Más allá de esto, estamos frente a una serie que cumple su propósito de captar la atención de los televidentes. Adrenalina pura entre jueces, fiscales, expedientes y demás.
El abogado del Lincoln/ Netflix
Sinopsis: Tras un accidente, el abogado de L. Á. Mickey Haller vuelve a poner en marcha su carrera —y su icónico Lincoln— con un caso de homicidio.
Duración: 10 episodios
Clasificación: 16 años
Género: Thriller
Calificación: ★★★
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