“La vejez es mucho más divertida de lo que esperaba”, dijo David Bowie, uno de los artistas más camaleónicos, a El Mundo en 2002. Él, con su desmedida fama, pudo combatir hasta sus 69 años la crítica de los medios a su apariencia y darle la vuelta al asunto. ¿Pero qué tan “divertida” es la vejez cuando el público la observa? “¿Qué le sucedió a su cara?”, dice un usuario de Twitter en respuesta a una fotografía publicada en junio por Cynthia Nixon. En la imagen, aparece Sarah Jessica Parker y el elenco de la serie “And Just Like That”, el remake de “Sex and the City”. Y el comentario continuaba: “Me hace acordar a Mónica de ‘Friends’ o Meg Ryan. Haz lo que quieras con tus senos o trasero, pero no toques tu cara”.
MIRA: “And just like that”: la historia de la disputa entre Sarah Jessica Parker y Kim Cattrall
“En ocasiones, parece que la gente no querría que estuviéramos perfectamente bien con lo que somos. Como si desearan que nos doliera nuestra apariencia de hoy, tanto si decidimos envejecer de manera natural y no vernos totalmente perfectas como si nos hacemos o no algo que nos haga sentirnos mejor. (…) ¿Qué esperan que hagamos? ¿Que dejemos de envejecer? ¿Que desaparezcamos?”, reclamó Sarah Jessica Parker en una entrevista para “Vogue“, luego de saber de varias publicaciones de videos y comentarios burlones sobre su aspecto físico y el de las actrices de “And Just Like That”.
Lo curioso es que hay estudios de cómo el cine y la televisión atesoran y al mismo tiempo menosprecian el envejecimiento, ya sea un tema que inspira los dramas más melancólicos o sino una especie de acto (la vejez) insoportable e irritante para el público. Según el psicólogo clínico Carlos Reyes García y la psicóloga clínica y blogger de salud mental en Instagram Almudena Pérez Tello, los métodos estéticos en Hollywood, como la cirugía plástica y la liposucción, son mecanismos innegables para retrasar el paso de los años: eliminar arrugas, reducir la cintura, esculpir cada vez más el cuerpo; pero también “ir contracorriente al proceso natural de vida”.
EL PAPEL Y LOS AÑOS
La serie de “Los Ángeles de Charlie” (1976-1981) no fue un remake con las mismas actrices, porque solo quedaba una en vida después de la muerte de Farrah Fawcett y Kate Jackson. Por eso, vemos en la película “Ángeles de Charlie: al límite” (2003) un cameo de Jacklyn Smith, el tercer ángel de la serie clásica, más no a ella como protagonista. Por ejemplo, la película de “Cleopatra” se grabó en 1960, cuando su protagonista, Elizabeth Taylor, tenía 28 años. “Una mujer extraordinariamente guapa, pero a sus 80 años, habría sido imposible que siga haciendo el mismo papel para el que se necesita una mujer en sus años veintes”, apunta Reyes García, para quien la vejez en el cine es una cuestión de decisión: da o no da para el papel.
Hay un 50 % de sentido común al arriesgarse a interpretar un papel joven siendo mucho mayor. Más aún cuando, según la investigación “La imagen de la vejez en el cine”, el cine muestra “cómo se ha representado el hecho de ‘ser viejo’ en los últimos cien años”, además “representa categorías diferenciales de vejez (masculina y femenina, en función del status socioeconómico...)”. Y Sarah Jessica Parker lo ha dicho, al criticar por qué sus canas son menos sexys que las de su compañero Chris Noth o el presentador Andy Cohen. “Hay tal cantidad de conversaciones misóginas sobre nosotras las mujeres que nunca ocurrirían con un hombre”, apuntó la actriz.
“La mujer normalmente tiene un shock cuando va envejeciendo. Botox, implantes, cremas, delineadores. Entran en troncos (conflictos). Otras buscan ser bellas, pero no entran en eso”, comenta Reyes García. “La sociedad nos inculca una serie de conceptos: tengo que ser musculoso, guapo, cabello rubio, lentes de contacto azules o verdes, implantarse senos, glúteos, piernas preciosas, cintura de avispa. Eso manda. Si yo no tengo cierto nivel de espiritualidad, entonces no tendré la fuerza suficiente como para tener una autovaloración. Por eso, hay personas que se hacen miles de cirugías para sentirse mejor”, agrega.
En el cine japonés, dice en el citado artículo académico, el envejecimiento es “un objeto de representación privilegiado”, mientras que en Hollywood, “los productores han detectado que los adolescentes consumen mucho cine (Deleyto, 2003) y tienen una cierta gerontofobia”. De acuerdo con la psicóloga clínica Almudena Pérez Tello, aunque este término no está en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, los psicólogos lo usan para definir el “miedo a envejecer y, por ende, a los signos y síntomas del envejecimiento”.
“En la historia de Buda, si has llegado a la vejez es porque eres una persona afortunada, pues no te pasó nada en el camino. La mejor manera de transitar la vejez es que, en términos de sabiduría, uno es mucho más. Si nos damos cuenta, la línea de vida parece una media luna, que va en descenso, pero la vida es siempre hacia arriba, ascendente en crecimiento espiritual. Lo que pasa es que nos dejamos influenciar por esa línea estética, física y por el ego”, dice Pérez Tello.
¿Y SI SER ‘VIEJA’ ESTÁ DE MODA?
Una nota de “El Periódico” de España habla del “grey blending”, “la técnica para presumir las canas que ha puesto de moda Sarah Jessica Parker”. Antes, las canas eran consideradas como sinónimo de sabiduría, experiencia y respeto, pero hoy son rechazadas, “sobre todo, en mujeres”, sostiene Pérez Tello. “Dependiendo del hombre, se termina quedando como una especie de sex symbol, como George Clooney o Richard Gere”.
Así como Salma Hayek fue rechazada para el papel de María Félix por ser “muy grande (mayor)”, también tuvo la valentía de mostrar sus canas en Instagram más de una vez. Lo mismo ocurrió con Megan Markle, cuando mostró las suyas en una foto por el cumpleaños de Archie Harrison, su hijo. El mundo fue educado, con el paso de los años, a sentir repulsión por la vejez, pero hoy, en tiempos más tecnológicos, así como se escuchan críticas, algunos artistas también quieren buscan desmitificar la cuestión de la vejez.
Kristin Davis (Charlotte), Cynthia Nixon (Miranda) y Sarah Jessica Parker (Carrie Bradshaw), con excepción de Kim Cattrall, quien desistió se seguir interpretando a Samantha Jones, han lidiado con los comentarios en la previa al estreno de “And Just Like That”. La expectativa es grande por su lanzamiento en HBO Max. ¿Será un nuevo capítulo de “Sex and the City”? ¿Seguirá la trama de hablar de cómo es el sexo en Nueva York? Las últimas veces, los romances terminaron en matrimonio, los problemas acabaron en paz, lo sexualidad nunca se agotó y vivieron felices para siempre. Después de una serie que duró seis años y dos películas que la continuaron, ¿qué otra parte de la historia necesitamos saber? Tal vez, aquí, el tema de la vejez sea la clave de la serie.
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