Más de cuarenta series de televisión se han ambientado en Nueva York, pero ninguna con excepción de “Sex and the City” ha logrado que soñemos con enamorarnos en “La Gran Manzana” o beber un Cosmopolitan en compañía de nuestras amigas en algún club de moda en Manhattan. Esta ficción inspirada en el libro homónimo de Candace Bushnell tendrá un spin-off, que bajo el nombre de “And Just Like That” se estrenará este 10 de diciembre en HBO Max.
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La trama de “Sex and the City” gira alrededor de cuatro mujeres en sus treintas y cuarentas que viven en Nueva York. Esta ficción tiene un punto de vista femenino de la vida, del amor y de la relaciones. Las historias de Charlotte York (Kristin Davis), Samantha Jones (Kim Cattrall), Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) y Miranda Hobbes (Cynthia Nixon) son contadas desde la perspectiva de Carrie, una escritora que tiene una columna de opinión sobre sexo en un diario local.
Carrie se autodenomina una “antropóloga sexual” ya que a través de las vivencias de sus amigas y suyas conoce cómo es la vida sexual de un ciudadana promedio de Nueva York. La ficción creada por Wilson Alzuru para HBO tuvo mucho éxito. Se emitió por primera vez el 6 de junio de 1998 y concluyó el 22 de febrero del 2004, con 94 episodios transmitidos en seis temporadas. Estos capítulos fueron traducidos al español y francés, por mencionar algunos idiomas y se proyectaron en todo América Latina y Europa.
Cada episodio iniciaba con una pregunta que Carrie se hacía antes de iniciar a escribir sus columnas semanales para el diario ficticio New York Star. La autora de los libros en los que se basa esta ficción, Bushnell escribía en la vida real una columna para el diario New York Observer. La protagonista respondía la pregunta al culmino del episodio, tras narrar alguna vivencia suya o de alguna amiga cercana. Los temas eran variados, iban desde sexo, amor, maternidad hasta cáncer y adicciones.
Este grupo de amigas era muy diferente entre sí. Mientras Charlotte York era una mujer conservadora, Samantha Jones vivía su libertad sexual a flor de piel. Mientras Miranda Hobbes era muy estricta con su rutina, Carrie Bradshaw se dejaba llevar por la corriente. Al haber personalidades variadas, los televidentes podían identificarse con alguna de ellas, o por qué no mezclar un poco de las cuatro.
PERSONAJES
Charlotte era una joven de 30 años que quería encontrar a su príncipe azul aunque para eso tuviera que besar a muchos sapos, muchos. Ella era una romántica e idealista, tenía muy claro que quería ser madre, formar una familia y vivir con su esposo para toda la eternidad. Pero, gracias a sus amigas, en ocasiones se dejaba llevar y se divertía.
Samantha es quizás uno de los personajes que logró el despegue de la ficción. Esta publirrelacionista vivía su sexualidad sin temor al que dirán. Ella era la mayor del grupo, con 40 años no tenía interés alguno en casarse y menos formar una familia. Ella ya tenía una: sus amigas. Este rol mostró abiertamente la libertad sexual de una mujer, en una década en la que aún el machismo no estaba mal visto y la palabra feminista aún generaba miedo o esa sinónimo de extremismo.
Miranda era una abogada de 30 años que vivía para su trabajo. Era feliz a su manera, y de vez en cuando salía con hombres para divertirse; y si valía la pena su cita, enamorarse. Ella era la más racional de las amigas, o aparentemente lo era. En el fondo, era un algodón dulce con momentos dinamita.
Finalmente, pero no menos importante, Carrie. Ella era la voz en off que narraba las historias y todo se veía desde su interpretación. Esta escritora/periodista buscaba el amor pero no con tanta desesperación como Charlotte. Era ‘workaholic’ pero no al extremo de Miranda, su objetivo era otro. Ganar mucho dinero para gastarlo en zapatos. Aunque suena superficial, esa adicción a los zapatos caros la hacía muy feliz. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? Además, también vivía su sexualidad, pero de forma más discreta que su mejor amiga Samantha.
LO QUE SIGUE FUNCIONANDO💪
A finales de los noventas, el empoderamiento femenino y el feminismo no eran términos que se usarán. Pero estas mujeres, lo mostraban en pantallas. Sí, aún la conservadora Charlotte y la tóxica Carrie lo eran. Charlotte decidió dejar su trabajo y dedicarse a formar una familia. El objetivo del feminismo es que tengamos igualdad de oportunidades y podamos decidir que hacer con nuestras vidas: ser grandes profesionales o ser amas de casa. Carrie, a pesar de a veces mostrar conductas tóxicas hacia sus parejas, al final siempre se ponía a ella como prioridad.
Samantha, por su parte, fue un personaje que liberó el hablar de sexo, el no sentir pudor ni vergüenza por su sexualidad. Antes de 1998, esto era algo impensable. Las escenas de sexo en la televisión, estaban más enfocadas en complacer al público masculino.
Esta serie original de HBO fue un buen drama que abordó temas que son vigentes aún para las mujeres de Nueva York o de Lima; tales como el éxito profesional, la infertilidad, el envejecimiento, la maternidad, la moda, el divorcio, la experiencia sexual, entre otros.
El amor y el desamor siempre funcionan. Las mariposas en el estómago y las largas noches de llanto tras terminar una relación de los personajes principales siempre genera impacto en los televidentes. En “Sex and the City” hay mucho amor, mucho llanto, mucho drama y mucho sexo también. La relación entre Carrie con Mr Big (Chris Noth) hizo suspirar en los noventas y lo sigue haciendo en el 2021. Todos (o casi todos) buscamos a alguien que nos entienda y nos quiera.
Las protagonistas de esta ficción buscaban el amor, pero no desesperación o con la idea de que se les pasa el tren. Ellas eran independientes con una vida más o menos arreglada y que tenían claro que sus almas gemelas eran ellas mismas. Esto fue un giro que mejoró la ficción ya que rompía el molde de las clásicas series románticas y dramáticas de la época. Otro acierto del guión es que ellas nunca competían entre ellas, siempre estuvieron como un apoyo incondicional, a pesar de muchas veces no estar de acuerdo con las decisiones que tomaban. Las amigas están para alentar no para competir.
LO QUE YA NO FUNCIONA😕
Al ver todas las temporadas de “Sex and the City” y las dos películas que se proyectaron como secuela en el 2008 y 2010, puedo concluir que hay cosas que en el 2021 están fuera de contexto y son muy políticamente incorrectas. Sobre todo las temporadas del 98 y 99, aunque algunas cosas las han seguido arrastrando. Por ejemplo, no hay mucha diversidad en esta ficción y los personajes gays fueron estereotipados. Se les veía como expertos en moda y chismosos.
Se debe entender que esta ficción se debe a su época, a finales de los noventas aún el mundo era machista, racista, clasista y homofóbico. Aún lo es, pero queremos crecer que ya no tanto. Entonces es algunas escenas y diálogos entre los actores principales y secundarios tienen comentarios que actualmente significarían una carta de denuncia al servicio de streaming o un hashtag siendo tendencia en las redes sociales.
Otra cosa que quizás mejore en “And Just Like That” es la diversidad del cuerpo femenino, ya que esta serie exponía varios intereses de las mujeres, pero los personajes principales eran delgadas y blancas, generando la idea que solo un tipo de mujer triunfa en Nueva York o en la ciudad que sea. Había un culto a la delgadez. Por poner algunos ejemplos, Charlotte odiaba sus caderas y Miranda se metió en un plan estricto para perder el peso post su embarazo y celebró que entrara en unos jeans después de días de no almorzar por falta de tiempo. En general, hubo algún comentario gordofóbico que actualmente con las altas tasas de trastornos de la conducta alimentaria, seria un crimen volver hacerlo.
BUENA SERIE
Esta ficción es grandiosa. Es ideal para verla sola o en compañía. Es perfecta para una maratón, para sanar un corazón roto, para reír y olvidar que existe una pandemia, para aprender a amar, para aprender algo de la gran Samantha, para entender que todos tenemos diferentes maneras de vivir la vida y ser felices. Es una gran idea que “Sex and the City” regrese, aunque sabemos que no será igual sin nuestra querida Samantha.