Las redes que pescadores dejan en el mar podrían causar la muerte a una de las ballenas jorobadas que durante los meses de invierno y primavera llegan hasta la costa norte del Perú para aparearse y dar a luz a sus crías.

El último caso conocido ocurrió el pasado viernes, cuando un equipo de biólogos de la empresa de ecoturismo Pacífico Adventures avistó a un cetáceo envuelto en una red. Se trataba de un ejemplar adulto que se desplazaba lentamente con rumbo norte por la zona costera frente a Los Órganos, en Talara, Piura.

La red tenía aprisionadas las aletas pectorales, cubría la cabeza, boca y parte de la cola del mamífero. Aparentemente, era un enredo reciente. Pero “se notaba que los ‘piojos de ballena’ estaban empezando a colonizar masivamente la parte posterior de los ojos, como suele ocurrir con jorobadas moribundas”, según explicó la directora de la empresa Belén Alcorta, en comunicación con elcomercio.pe.

La ballena jorobada fue vista nuevamente ayer, pero ya en Punta Sal, en Tumbes. De acuerdo a lo que comenta Alcorta, un equipo de cuatro personas –de distintas compañías de ecoturismo– se dirigió a la zona y trabajaron cinco horas cortando la red y tratando de desenredar al cetáceo.

Sebastian Silva (Pacífico Adventures), Fernando Fernandini (Agromar), Juan Pablo Testino (North Shore Expeditions) y Raúl Villaran lograron quitar aproximadamente un 50% de la red, liberando las aletas pectorales, la cabeza y la boca. Sin embargo, la mitad de la red quedó en la cola. “Por lo tanto, es aún incierto que esta ballena pueda sobrevivir”, comentó Alcorta.

BALLENAS VARADAS Ya se han presentado anteriormente casos de ballenas que vararon muertas en la costa peruana. En agosto, fueron dos las que aparecieron en una playa del sector de Tres Puntas de Zorritos, capital de la provincia de Contraalmirante Villar, en Tumbes. Una de ellas tenía marcas de mallas en el vientre.

En julio, otra ballena de unos 15 metros varó a un kilómetro al sur de la caleta Santa Rosa, en Lambayeque. “También se hace un llamado a las autoridades y pescadores para implementar el uso de artes de pesca amigables para ballenas o el uso de un sistema de alarmas para cetáceos en las redes, así como también reducir o prohibir las redes de deriva durante la época de reproducción de la ballena jorobada”, manifestó.

Durante los meses de invierno y primavera, las ballenas jorobadas migran desde la Antártida hasta las costas del norte de Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica. El avistamiento se produce de julio a octubre.