LOURDES FERNÁNDEZ
Era la madrugada del domingo 10 de mayo de 1943. Lo que parecía ser un simple amago de incendio, siete horas después pasó a la historia como una de las tragedias más grandes para la memoria del país. La Biblioteca Nacional, ubicada entonces en la avenida Abancay, había sido consumida por las llamas.
Un día después del hecho, El Comercio informó que más de 100 mil volúmenes empastados, 4 mil sin empaste y 40 mil manuscritos, incluyendo grandes colecciones e incunables (primeros escritos hechos en imprenta) se habían convertido en cenizas.
Entre los textos más valiosos que se perdieron estaban la colección íntegra del Mercurio Peruano y la “Geografía” de Juan Glave, uno de los pocos ejemplares en el mundo y que estaba valorizado en millones de soles.
“Esto constituye un desastre nacional”, exclamó el entonces director de la biblioteca, Carlos Romero, al encontrar el recinto en ruinas.
La mayoría de los muros que sostenían la estructura de la biblioteca se vino abajo. Lo único que no sufrió gran daño fue la sala de la dirección. Allí, inexplicablemente yacía intacto un retrato al óleo de Ricardo Palma, quien fuera el restaurador de la Biblioteca Nacional luego del saqueo sufrido en la Guerra del Pacífico.
Felipe da Fieno Villa, uno de los bomberos que ayudó a controlar el siniestro que duró hasta las siete de la mañana, contó que ese domingo todos durmieron en el cuartel y con el uniforme puesto “por si revivía el incendio”. Este testimonio fue recogido por unos investigadores como parte de un proyecto de revaloración de la sede antigua de la Av. Abancay, ahora llamada Gran Biblioteca Pública de Lima.
Frente al desastre de 1943, el presidente Manuel Prado nombró al historiador tacneño Jorge Basadre nuevo director de la Biblioteca Nacional y el próximo restaurador de esta. Enterado de la solicitud, Basadre envió una carta a la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, en la que anunciaba el término de su cátedra en esa casa de estudios para iniciar el proceso de recuperación de la biblioteca.
Según informó este Diario, la policía señaló que la causa oficial del siniestro fue un cortocircuito.
Setenta años después, la actual Biblioteca Nacional del Perú (BNP), ubicada en San Borja, ha logrado restaurar en promedio un 10% del total de libros y documentos dañados.
Conmemorando esta fecha, la actual gestión exhibirá los manuscritos que se han podido recuperar, pese al tiempo, al fuego y a la cantidad de agua que cayó sobre ellos. Estos documentos son considerados como parte del patrimonio nacional y muchos otros serán expuestos en el estado en el que fueron hallados.
Mercedes Romero Carcelén, directora general del Centro de Servicios Bibliotecarios Especializados de la BNP, señaló que el proceso de rehabilitar cada uno de los libros tarda entre tres a cuatro meses.
Explicó que este material bibliográfico es el más antiguo que se encuentra en esa sede y que está al servicio de los investigadores. En el Centro de Lima, en cambio, se ha establecido la Gran Biblioteca Pública de Lima en donde se almacenan colecciones actuales para el público.
VIVO HOMENAJE Se expondrán cinco libros recuperados del incendio Han pasado 70 años y aún no se tiene una cifra exacta de los manuscritos recuperados del incendio de 1943. En la actual Biblioteca Nacional del Perú (BNP) quedan miles de documentos en espera de ser restaurados.
Cinco de los libros que ya han pasado por el proceso de recuperación serán mostrados hoy en una exhibición que estará abierta de lunes a sábado desde las 8:30 a.m. a 8 p.m. Los textos datan de los siglos XV, XVI y XVII. Entre ellos está la “Crónica troyana” y “De Consolatione Philosophica”. La muestra estará abierta al público de manera gratuita hasta el próximo 12 de julio en la Sala de Exposiciones de la nueva sede, en San Borja.