Ya en su casa de San Isidro y junto a su padre, la faz de Eva Bracamonte era más tranquila, muy distinta a la que tenía ayer tras abandonar el Penal de Mujeres de Chorrillos.
Ese talante se aprecia en una entrevista con el programa “Cuarto Poder”. En un adelanto, se escucha a Eva hablar de sus primeros años en prisión.
“Para mí, los tres primeros años fueron –a pesar de la injusticia– encontrar un hogar que yo aquí afuera no tenía. Obviamente, fue un proceso acostumbrarme a estar encerrada, pero como cualquier ser humano, me acostumbré”, refirió.
La joven recordó que en la cárcel conoció a gente valiosa que le permitió enriquecerse como persona y crear fuertes vínculos: “Yo sentía que afuera no había nadie esperándome, que yo afuera no tenía nada realmente valioso”.
Sostuvo además que cuando ya se estaba acostumbrando al arresto domiciliario, llegó la condena en su contra como una “absoluta sorpresa”.
“Confiaba en que el juicio se había llevado como debía ser, confiaba en que yo me había defendido bien, en que había demostrado mi inocencia. Y de hecho, la condena me cayó como un baldazo de agua helada”, manifestó.
La Corte Suprema de Justicia decidió el viernes declarar nula la sentencia de 30 años en contra de Eva Bracamonte y ordenó su libertad inmediata y el inicio de un nuevo juicio por el crimen de su madre, la empresaria Myriam Fefer, en octubre del 2006.