JOSÉ ROSALES VARGAS
Desde hace tres años las cuatro lagunas de oxidación que concentran las aguas residuales de Ica están colapsadas. Mientras las autoridades evalúan la solución más rápida, la contaminación sigue poniendo en peligro la salud de los pobladores.
Ica. La falta de tratamiento de los desagües que generan los casi 200 mil pobladores de Ica y el colapso de las lagunas de oxidación de esta ciudad han ocasionado que los límites máximos de contaminación superen hasta seis veces los parámetros permisibles. Esto fue advertido ayer por la Dirección Regional de Salud Ambiental (Diresa) de Ica.
Tras el recojo de muestras y una nueva inspección a las cuatro lagunas ubicadas en el sector de Cachiche –al sur de la ciudad–, los especialistas de la Diresa confirmaron que el tratamiento que se da a las aguas residuales y desechos que aquí derivan no alcanza, en lo absoluto, los parámetros mínimos aceptables.
“Durante estas mediciones hemos observado que estos valores se encuentran entre 4,5 y 6 veces por encima de los límites máximos permitidos. Esto representa un riesgo potencial de propagación de enfermedades infecciosas entre la población si la Empresa Municipal de Agua Potable de Ica (Emapica) no realiza medidas correctivas urgentes”, advirtió el director de esta dependencia, Miguel Luna Pineda.
En vista de que el colapso de las lagunas ya lleva tres años, y mientras se concreta el proceso de implementación de las nuevas estructuras, Luna planteó emprender algunas medidas para mitigar la contaminación.
SÓLIDO ACUMULADO 20 AÑOS “Es necesario comenzar a drenar las cuatro lagunas para iniciar su limpieza, absorbiendo todos los sólidos y fangos acumulados en los últimos 20 años. Hay que dejarlas rehabilitadas aplicando algunos métodos biotecnológicos, como microorganismos y biocatalizadores que ayudarían a disminuir significativamente la capa microbiana y parasitaria, además de eliminar los malos olores que son trasladados por los vientos a la ciudad”, agregó.
Luna también invocó a Emapica a incrementar el personal asignado a esta planta de tratamiento. “Una sola persona, aparentemente sin preparación adecuada, tiene a su cargo no solo este seudosistema de tratamiento y mantenimiento, sino también la vigilancia y seguridad de esta planta”, reveló.
El jefe de la Diresa sugirió que Emapica designe un equipo de seis técnicos y especialistas como mínimo, para encargarse del tratamiento riguroso de las aguas que llegan a cada laguna, al sistema de rejillas y filtrado, así como al mantenimiento de la planta.
“Paralelamente, y en tanto se construyen las nuevas instalaciones, esta empresa de servicios debe implementar un programa de adecuación y manejo ambiental que mitigue los impactos negativos que ocasiona esta planta”, sugirió.
“Trabajamos para evitar los riesgos” ENTREVISTA. JOSÉ MIGUEL RAMOS LEGUA. GERENTE GENERAL DE EMAPICA
Las lagunas de oxidación de Cachiche están colapsadas desde hace tres años. ¿Existe riesgo de contaminación por esto? El riesgo de contaminación es permanente. Sin embargo, puedo asegurar a la población que la Empresa Municipal de Agua Potable de Ica (Emapica) trabaja técnicamente para evitar estos riesgos y atenuar drásticamente algún impacto ambiental que se ocasione.
— ¿Qué medidas ha dispuesto Emapica ante el colapso de las lagunas de oxidación? Mediante el sistema de rebose tratamos estas aguas para derivarlas al canal San Jacinto y de allí a varios campos agrícolas solo para el riego de cultivos de tallo alto, a solicitud de los propios agricultores que han remitido pedidos para seguir atendiéndolos con estas aguas tratadas. No tenemos, por el momento, otra alternativa, ya que las lagunas superaron los límites máximos de recepción de aguas residuales. Su capacidad es de 200 litros por segundo, pero recibimos entre 600 y 700 litros por segundo. Además se tiene que hacer una limpieza de lodo y arena de las lagunas y garantizar que, durante el tiempo que demande la construcción de la planta, las pozas sigan recibiendo las aguas residuales.
— ¿Diresa emitió nuevas observaciones contra Emapica, como evitar el vertimiento al cauce del río Ica? Hemos decidido trabajar de manera conjunta con los técnicos de Salud Ambiental para evitar un eventual daño ambiental. Estamos elaborando un nuevo programa de adecuación y manejo ambiental para los tres próximos años que debe demandar la construcción de la nueva planta de tratamiento de aguas servidas de Ica. Ya no estamos derivando estas aguas al cauce del río Ica por el alto riesgo de contaminación que podía ocasionar esta medida.
— ¿Qué es lo que falta para construir la nueva planta? ¿Por qué se ha generado la demora? Aunque el proyecto para la construcción está aprobado hace tres años, la demora surge por la negativa de mudanza de los propietarios que están en los terrenos adyacentes a las actuales lagunas. Sin embargo, tanto el municipio provincial como el gobierno regional nos han comunicado que se está evaluando expropiar los terrenos por la urgencia de este problema. Calculamos un tiempo de tres años para que podamos iniciar esta construcción.