Para evitar la propagación de las lenguas de fuego que consumen un almacén de calzado ubicado en el jirón Paruro 630, hacia más inmuebles colindantes en esa zona del Cercado de Lima, personal del Cuerpo General de Bomberos y agentes policiales buscan acceder al lugar de donde parten las llamas rompiendo puertas de las viviendas en riesgo.
La principal preocupación de los socorristas es que, además del almacén y otros cinco inmuebles, haya más predios afectados. Ello, debido a que se trata de una zona donde está guardado abundante material para la elaboración de zapatos, es decir, altamente inflamable. Otro temor de los rescatistas es que las paredes, en su mayoría hechas de quincha, cedan ante la extensión del fuego.
Por ello, el trabajo de los bomberos se concentra en refrescar muros y ventanales de las edificaciones. Las altísimas temperaturas en los locales ha generado que las lunas se recalienten y en consecuencia caigan sobre el personal que trabaja en la sofocación del siniestro. La situación es de sumo riesgo para los 120 bomberos que atienden la emergencia y los 700 policías destacados al lugar.
Mientras tanto, cordones policiales han bloqueado los accesos peatonales y vehiculares por los jirones Junín, Huallaga, Paruro y Ayacucho. Hay pegamento, plásticos, espumas y rollos de jebe almacenado. Eso ha generado que el fuego crezca y prenda en casas posteriores, informó un custodio.
Las fuerzas del orden tratan de controlar además a decenas de comerciantes que tratan de ingresar a los predios en riesgo para retirar sus pertenencias.
En medio de la convulsión, representantes de Edelnor llegaron para corroborar si todo se originó a partir de un cortocircuito. Esa es una de las versiones que ha circulado hasta ahora desde que se inició la emergencia.