JOHNNY AURAZO MURRUGARRA

En el corazón de Machacala ya no se siembra papa ni trigo. Sus tierras ahora son infértiles. Ya no se hacen surcos, sino pozas de cianuración para separar el oro o la plata del desecho, y lo que no sirve se bota, contaminando el medio ambiente.

Tanto ha cambiado este pequeño pueblo ubicado a más de 3.227 m.s.n.m., que llegar a él es una amenaza para cualquier foráneo. “Prohibido el ingreso a personas extrañas. Propiedad en litigio”, se advierte en un cartel colocado a 15 m de la tranca que los pobladores han puesto en el único ingreso al lugar, para cuidar su ilícito negocio.

La devastadora minería ilegal que se practica en este caserío del distrito de Carabamba, en la provincia de Julcán, data de setiembre del 2011, según documentos que obran en la Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental de La Libertad.

La enorme plataforma de unas dos hectáreas, donde se ubican estas canchas de relave, pertenece a la empresa Minera Santa Isabel S.A., pero pretende ser expropiada por un clan familiar presuntamente encabezado por Miguel Nieves Rivera y los hermanos Santos, Felipe, Carlos y Segundo Ferrel Flores.

Los cinco sujetos y otras 12 personas de la misma familia han sido denunciados ante el Ministerio Público. El Comercio pudo conocer que estas personas son investigadas por los delitos de contaminación ambiental y minería ilegal. “[En el lugar] se utilizan reactivos como cianuro y se realizan descargas de residuos tóxicos en el suelo, lo que afecta las fuentes superficiales de agua y el suelo”, se indica en uno de los expedientes.

SE ROBAN EL AGUA Pero la minería ilegal en Carabamba no solo convirtió los campos de cultivo en enormes montículos de tierra de desechos tóxicos. El agua que se utiliza para procesar el oro y la plata se extrae con motobombas del río Carabamba, afluente que abastece a un dique del mismo nombre y riega los campos de cultivo de cinco caseríos.

“Se está dañando al pueblo. Ahora hay agua porque acaba de terminar la época de lluvias, pero qué pasará después. Vivimos de la agricultura, no de la minería”, comenta el alcalde de este distrito, Segundo Vega.

Jaime Carranza Lucas, fiscal del Frente de Defensa de los Intereses y Desarrollo de Carabamba, asegura que al menos 12 camiones llegan hasta el río diariamente para extraer agua y trasladarla a las canchas de relave en Machacala.

“Cada camión carga 25 cilindros de al menos 216 litros de agua cada uno, lo que suma 78.400 litros que suben a la mina ilegalmente todos los días”, denuncia Carranza Lucas.

Otra dirigente, que prefirió el anonimato, cuenta que cada cilindro es vendido a S/.9 a los mineros ilegales.

Al respecto, el jefe de la Administración Local de Agua Moche-Virú-Chao, Jorge Albújar Peche, dice que sí conoce de esta práctica, pero que no se hace nada para sancionar a los responsables porque se sigue investigando. “Hay un acta que confirma la venta de agua a estos mineros”, refiere Albújar.

El funcionario dice también que ha intentado llegar a Machacala, en varias oportunidades, pero siempre fue impedido por sujetos armados.