Perú encabeza la lista de países de América con mayor número de consultas de revocación en su historia, al registrar 5.303 desde 1993, año de introducción de este mecanismo, según estadísticas consignadas en un boletín del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Le siguen Estados Unidos con más de 4.000, con la salvedad de que la revocación fue implementada en 1903; Ecuador con 78, que instauró dicha consulta popular hace 15 años; y Colombia con 33, que tiene ese tipo de procesos desde 1991.
La lista la completan Venezuela con 10 desde 1999, y Argentina con media docena de revocaciones desde 1933.
ARMA DE DOBLE FILO Para la especialista argentina-suiza Yanina Welp, citada en el boletín Revocatoria en Debate, la existencia del mecanismo y su adecuada regulación contribuye a generar válvulas para preservar el sistema político. Sin embargo, advirtió, su uso intensivo provoca más problemas de los que resuelve.
En su opinión hay cuatro factores que activan la revocación: primero, la insatisfacción de la ciudadanía con la gestión de la autoridad; y segundo, la facilidad para impulsar ese mecanismo dado que los porcentajes de firmas requeridos son fáciles de obtener.
Igualmente, los incentivos para su empleo, a los cuales calificó de perversos, al referir que muchos promotores poseen un fuerte interés por apurar el final de un gobierno regional o local y propiciar nuevas elecciones.
En último lugar figuran las garantías institucionales para su activación, que se relaciona con la confianza que la ciudadanía tiene en sus organismos electorales.