ROSA AQUINO ROJAS

En el 2014, por Lima deberían circular buses patrón en cinco corredores complementarios, con los que se espera cubrir el 40% de los viajes del transporte público en la ciudad. Este es el principal compromiso de la municipalidad de Lima y que, aunque está en etapa de transición, nos está costando miles de soles.

Este año se concretó la participación de 22 empresas postoras para transitar por los cinco corredores y se espera que el primero –Tacna, Garcilaso de la Vega y Arequipa– esté libre de combis en junio próximo. Empero, Pro Transporte cambió hasta tres veces el cronograma de la licitación y, por ello, los ganadores se conocerán recién el próximo 14 de enero.

Hubo también promesas que no se cumplieron. Los 120 mil taxistas empadronados en el 2012 aún esperan el fotocheck que los haga formales. El Metropolitano no extendió su recorrido hasta Comas y estaciones saturadas como Canaval y Moreyra, en San Isidro, no fueron ampliadas.

El concejo de Lima solo descongestionó algunas cuadras de las avenidas Benavides y Javier Prado, tres vías menos que en el 2012. La Gerencia de Transporte Urbano tampoco mejoró su capacidad de fiscalización del transporte informal: esperaba contratar mil inspectores para la ciudad, pero cerró el año solo con 700 más.

El 2013 también deja un sinsabor a los conductores. Desde junio la tarifa del peaje cuesta entre S/.0,50 y S/.1 más. Además, tras el reclamo popular, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) reconoció que impuso de forma errada 115 mil papeletas y tuvo que devolver S/.2 millones.

El 2013 también tuvo buenas noticias para los usuarios del Metropolitano y del metro de Lima: en setiembre se concretó la interconexión de los sistemas en la estación Gamarra y en agosto se incorporaron cinco trenes más al sistema, lo que redujo a 8 minutos el tiempo de espera para los pasajeros.