Con paciencia, extremo cuidado y refinada técnica, un experimentado equipo de arqueólogos y conservadores del Museo Regional de Ica inició la restauración y registro de más de 1.200 piezas arqueológicas de la cultura Paracas . Entre estas tenemos enigmáticos fardos funerarios, bellos textiles confeccionados con fibra de camélido y cuero de lobo marino, además de ceramios e inéditas herramientas de labranza y caza elaboradas con piedra y hueso de ballena.
Los trabajos se iniciaron hace algunas semanas como parte del Proyecto de Registro, Conservación Preventiva y Acondicionamiento de la Colección del Museo de Sitio de Paracas Julio C. Tello. Este proyecto obtuvo el primer lugar en todo el Perú, entre 98 de conservación de monumentos, iglesias y museos que se presentaron al concurso Fondo del Embajador de Estados Unidos para la Preservación de la Herencia Cultural.
Anualmente y desde el 2001, este concurso es organizado por la Embajada de EE.UU. para ayudar a la preservación y conservación de nuestro legado histórico. El premio es de US$44.600.
El director del proyecto, el arqueólogo Rubén García Soto, explicó que las más de 1.200 piezas arqueológicas, gran parte de ellas de elaboración única, forman parte de la valiosa colección del Museo de Sitio de Paracas. Esta colección fue descubierta y recuperada en la década de 1950 por el investigador suizo Fréderic Engel, en 110 sitios arqueológicos (Cerro Colorado, Cabezas Largas, Santo Domingo, Puerto Nuevo), que abarcaron gran parte del territorio de la civilización Paracas.
“Se trata de la más importante colección de objetos arqueológicos Paracas, algunos de ellos con casi 7 mil años de antigüedad que, por primera vez y después de su descubrimiento y estudio inicial realizado por Engel, se vuelven a retirar de su envoltorio original, para poder restaurarlos, realizar su conservación preventiva e inscribirlos en el Registro Nacional de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura”, precisó García.
Entre los especímenes que son restaurados figuran dos redes de pescar confeccionadas con fibra de camélido, otra con cuero de lobo marino, así como una impresionante pieza casi completa de la piel de un gran puma (león andino), que muestra inclusive la cabeza desafiante del felino.
Nuevos aportes “Estos trabajos han permitido determinar, mediante un paciente estudio e investigación, que una de las redes de pescar fue elaborada con fibra de camélido, probablemente de alpaca, descartando la hipótesis que teníamos hasta hace poco, que se trataba de cabello humano.
Asimismo, ha quedado plenamente confirmado que se trata de una pieza única, de uso ceremonial y que fue utilizada como ofrenda por algún pescador importante, sin ningún uso utilitario”, reveló García Soto.
EN PERÍODO PARACAS-CAVERNAS El caso de las cunas para deformaciones La conservadora del proyecto y especialista en conservación textil, Lourdes Chocano Mena, explicó que se ha hallado una red que está confeccionada con fibra de camélido en la que se empleó hilos de hasta siete colores y la refinada técnica del anudado.
Además muestra diseños e iconografías vinculadas al mar, con olas marinas, peces, cabezas y un sol radiante.“Se trata de una pieza de uso especial, probablemente para alguna ceremonia u ofrenda”, detalla Chocano.
Del mismo modo, su equipo restaura un conjunto de las llamadas cunas deformadoras, pertenecientes al período Paracas-Cavernas (300 años a.C.), en las que se aprecia, con sorprendente nitidez, la pequeña tarima hecha con varillas de madera o caña brava con diversos y complicados arreglos; y sobre la cual se ataba con bandas textiles al bebe enfardelado antes de empezar el proceso de deformación craneana.