Los cuatro petroglifos que hace casi un año fueron removidos sin permiso en el distrito de Ite, Tacna, fueron restituidos en el punto exacto de donde los sacaron sin autorización. El trabajo, que no tiene precedentes en el Perú, lo realizó Bertha Flores, arqueóloga de la Dirección Regional de Cultura, y contó con el asesoramiento del presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR), Gori Tumi Echevarría.
Para ubicar las improntas originales, los arqueólogos recorrieron la zona en busca de las huellas dejadas por los petroglifos que habían sido cubiertas por arena, tierra y excremento de animales.
“Lo que se ha hecho ahora no salva la destrucción realizada, solo restituye la imagen del monumento. Los petroglifos han sufrido un trauma físico por el traslado que se hará evidente en algunos años: se aceleró en miles de años su proceso de deterioro”, refirió Echevarría.
Ingrid Cafferata, directora de Cultura de Tacna, dijo que la intención es poner en valor el sitio arqueológico. El daño al patrimonio se inició con el traslado que hizo el arqueólogo Manuel García Márquez, quien laboraba en dicha comuna y no realizó registro fotográfico, ni georreferencial de la ubicación original. Al ser interrogado por el personal de Cultura, confirmó que el trabajo lo hizo con equipo de Ite y con conocimiento del alcalde distrital, Adán Vargas.
A pesar de la denuncia presentada al Ministerio de Cultura en febrero de este año, esta entidad aún no formaliza acusación ante la autoridad competente contra los responsables de este hecho. El Código Penal señala penas de 3 a 8 años para los responsables del daño.