Adquirí el arma exclusivamente para esta acción, confesó Gerson Urrutia Machuca, autor de una balacera en la Catedral de Lima el pasado fin de semana.

Planificó paso a paso su ataque, sabía por dónde entrar y cómo llegar al altar sin levantar sospechas. Confesó a la policía que unos amigos lo ayudarían a desatar el pánico en plena boda en la capilla de la Catedral de Lima. Según dijo, estas dos personas no se presentaron el momento del acto.

Antes de retener al sacerdote, escuchó dos misas. Esperó la hora del beso de los novios para sacar su arma. Aseguró que nadie sospechaba de él porque los trabajadores de la Iglesia ya lo conocían. Los ayudé a arreglar algunas cosas antes, sostuvo.

Dijo que quería llamar la atención de Ollanta Humala, Cipriani, los dos líderes de las dos casas más grandes del Perú.

Si bien su hermano asegura que él no quería lastimar a nadie sino solo asustar, el juez consideró que es un peligro para la sociedad. Por ello, lo enviaron al penal Castro Castro.

DENUNCIARÁN A MÉDICOS QUE LO DECLARARON CUERDO El Ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, instruyó al procurador de esta cartera ministerial a formular una denuncia penal contra el personal de la clínica Ortega que otorgó el certificado de salud mental a Gerson Urrutia Machuca el cual le permitió tramitar su licencia para portar arma de fuego, pese a que sufre de esquizofrenia.

Pedraza Sierra manifestó que hubo una irregularidad en el otorgamiento del certificado que declaró a Urrutia como apto para portar armas pese a que presenta alteraciones mentales, situación que expuso al peligro a toda la sociedad.