Nos cuesta hacerlo. Podemos buscar mil y una excusas para justificar por qué no delegamos en el trabajo. Si bien pueden ser válidas, detrás de estas se esconden razones más profundas por las cuales no nos animamos a hacerlo. El primer paso está en identificarlas y nombrar ese miedo que posiblemente nos esté dificultando aprender a delegar.
Se trata de un proceso a largo plazo, que además requiere práctica, confianza en los demás y compromiso por parte de cada uno. ¿Por qué no empezar ahora? Los beneficios de delegar son bastos, empezando porque tendremos mayor tiempo para enfocarnos en otro tipo de actividades, que además permitirán nuestro continuo desarrollo. Recordemos que no nos quita responsabilidades, sino más bien nos abre nuevas oportunidades.
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A continuación les compartimos algunos ejemplos que podrían servirles como base:
- “Me gustan que las cosas salgan sin errores”: Mirando en retrospectiva y haciendo un proceso de autoconocimiento, coincidimos en que detrás de estas excusas había algo más profundo. Algo que nos pasaba continuamente era que caíamos en la trampa del perfeccionismo.
- “Queremos asegurarnos de que salga todo bien y sin errores”: Ese perfeccionismo era realmente la excusa para no delegar, pero al ir más profundo encontramos que lo que nos frenaba no era el perfeccionismo si no más bien el miedo a equivocarnos, a quedar mal, a no tener el control. Si realmente queremos aprender y desarrollar otras habilidades, debemos empezar por aceptar que habrá errores. Apliquemos nuestra mentalidad de crecimiento y recordemos que los errores no son fracasos, sino aprendizajes. Demos espacio para que estos sucedan y más bien estemos listos para poder resolverlos.
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- “No tengo el equipo adecuado”: Es una razón frecuente. Si nos animamos a indagar qué hay atrás de esta razón, nuevamente puede aparecer el miedo a quedar mal con nuestros colegas o líderes, a equivocarnos y no tener el control total. Esto también puede resultar de una falta de confianza hacia nuestros equipos. ¿Qué podemos hacer? Hay que asegurar que nuestro equipo tenga o desarrolle las habilidades necesarias para realizar el trabajo. Es importante transmitir confianza y animarlos a levantar la mano para tomar mayores responsabilidades. La comunicación, el establecer las expectativas que tenemos y los objetivos a alcanzar es crucial. No olvidemos que, para lograr buenos resultados, es importante estar disponibles para resolver dudas y revisar en tiempo y forma los avances de los proyectos.
- “No muchos tienen experiencia en este tema” o “me toma más tiempo enseñar que hacerlo yo mismo”: El hecho de contar con la mayor experiencia o habilidades necesarias para determinada situación muchas veces nos frena a delegar. Quizás lo que está realmente detrás de esto es el miedo a soltar, a compartir nuestro conocimiento, a pensar que alguien lo pueda hacer mejor que nosotros e incluso a sentir, erróneamente, que no somos necesarios para el trabajo. Controla lo que puedes controlar y trabaja en fortalecer tu autoconfianza y mentalidad de crecimiento.
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El delegar es una oportunidad para compartir nuestro conocimiento, tener tiempo para desarrollar otras habilidades y así seguir creciendo. No debe verse como una tarea más, sino más bien como parte de un proceso importante que ayuda a desarrollar a nuestros equipos.
Raphaela Berckemeyer y Claudia Vallejo son coaches ejecutivas certificadas por la Universidad de Columbia en NY / MotusV2B es su empresa de Coaching y Consultoría de Liderazgo / Motusv2b.com @motusv2b