La obesidad es un asunto complejo que va más allá de un simple problema estético. Para la ciencia de la salud, se trata de una enfermedad caracterizada por una acumulación excesiva de grasa que impacta negativamente en la salud y la calidad de vida. Las personas con obesidad pueden enfrentar problemas asociados con enfermedades como la diabetes y la hipertensión, además de un incremento significativo del riesgo cardiovascular.
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“Es fundamental entender que la obesidad es una enfermedad crónica que no es curable, pero sí tratable”, afirma el Dr. Luciano Poggi (@drlucianopoggi), cirujano especializado en el tratamiento de la obesidad y miembro de la directiva de la Asociación de Cirugía Bariátrica. Se considera crónica porque, aunque un paciente logre controlar su peso, la obesidad puede regresar con el tiempo. Esta enfermedad no se debe únicamente a malos hábitos alimenticios, sino a una disfunción neuronal en la forma en que el cerebro regula el apetito y la saciedad. “Dicho de otra manera, uno no es obeso porque come mucho, sino que uno come mucho porque tiene obesidad”.
Este enfoque médico rompe con el paradigma tradicional de que la obesidad es una cuestión de voluntad. En muchos casos, escapa a la decisión del individuo. “No se trata simplemente de ingerir menos calorías”, explica el Dr. Poggi. “Existen desregulaciones neuronales que hacen que las personas con obesidad sientan un apetito desmesurado, lo que a su vez les lleva a consumir más alimentos”.
Tratamientos para la obesidad
Existen diversas formas de abordar el problema, desde la más elemental, como la adecuada nutrición, el ejercicio y un estilo de vida saludable. En estos casos, los tratamientos son integrales y personalizados según las necesidades de cada paciente.
Hoy en día, probablemente, el tratamiento más discutido y destacado consiste en el uso de inyecciones de un grupo de medicamentos conocidos como análogos de GLP-1. Estos permiten a los pacientes controlar el apetito y la saciedad. Se puede complementar con procedimientos endoscópicos y quirúrgicos dentro del campo de la cirugía bariátrica. Antiguamente, se utilizaba una técnica llamada banda gástrica, muy popular en los años 90, pero ha quedado en desuso. En su lugar, se puede optar por el balón gástrico, una terapia menos invasiva que una cirugía, en la que se coloca un balón dentro del estómago.
Este balón, hecho de poliuretano o silicona, ocupa espacio en el organismo, lo que ayuda a reducir la sensación de apetito. De esta forma, los pacientes tienden a consumir menos calorías mientras tienen este elemento en el estómago de manera temporal. Sin embargo, eso no significa que una persona pueda comer sin restricciones. Todo procedimiento debe ir acompañado por un estilo de vida saludable e incluso de terapia psicológica. El seguimiento a largo plazo es fundamental para optimizar los resultados. //
No hay que confundir una liposucción, que es un procedimiento netamente estético (aunque riesgoso), con la cirugía bariátrica. En el primer caso, se trata de retirar el exceso de tejido graso de una persona. En el segundo, es una intervención más compleja que se enfoca en el estómago o el intestino delgado. Técnicas como el ‘by-pass’, el balón gástrico, la gastrectomía en manga y más deben ser aconsejadas y realizadas exclusivamente por un profesional médico calificado.