“Perú es el amor de mi vida” dijo Armando Manzanero en la última entrevista que ofreció a este diario el año 2018. No era una exageración o esas cosas que dicen los artistas cuando están de paso por algún país. Manzanero siempre fue sencillo y sincero en lo que decía, igual que cuando escribía o cantaba: fue en el Perú que al compositor yucateco se le atravesó el sueño de ser un cantautor en lugar de solo un pianista o compositor de canciones. Y algo tuvo que ver en eso nuestra Chabuca Granda.
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“Oiga, Manzanero, ¿por qué no canta usted sus canciones?” le dijo una vez la compositora de La Flor de la Canela a Don Armando, en uno de sus primeros viajes a Perú, cuando solo era conocido como compositor entre sus pares, los compositores. El mexicano concebía entonces su vida tras el bastidor de la escritura o la dirección musical, cargo que cumplía desde 1956 para el sello CBS. Manzanero había conocido nuestro país junto al cantante argentino Daniel Riolobos. Pero el consejo que le dio Chabuca, su amiga, se le quedó marcado hasta que a mediados de esa década decidió seguirlo y se lanzó a los escenarios.
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Manzanero admiraba la música peruana desde niño, cuando nuestras canciones trascendían fronteras. De pequeño recordaba haber escuchado en la radio mexicana “Estrellita del Sur”, de Felipe Coronel Rueda. Admiraba la versión de El Plebeyo que grabó Fernando Fernández, el actor de cine mexicano, que fue un gran éxito. De ahí que su primer suceso como cantautor, Adoro, se inspirara por confesión propia, en la música de nuestro país.
Luego de un viaje a Perú, Manzanero compuso Adoro en clave de vals, como las canciones de Granda, Polo o Luis Abanto Morales, que tanto admiraba. Cuando llegó el momento de grabarla, pensó en hacerla lo más internacional posible y la convirtió en balada para la voz de Carlos Lico en 1966. Ese mismo año la grabó con su propia voz, como un sencillo en su nueva faceta de cantante. El resultado fue un boom no solo en países de habla hispana, sino en Corea y Japón. En 1967 la interpretó en Perú, en un especial para la televisión local como se puede ver abajo.
Manzanero siguió vinculado a la música peruana a través de la amistad y mentoría que ejerció sobre grandes intérpretes locales como Tania Libertad, a quien conoció cuando la invitó a ser su telonera en los años setenta, o al músico Jean Pierre Magnet. Ambos han llorado su partida ayer. En 1987, el autor de Somos novios grabó un disco completo de canciones peruanas al lado de Eva Ayllón. Este incluía canciones como Odiáme, El Puente de los Suspiros, entre otras.
También llegó a grabar, hasta en cuatro oportunidades, la inmortal Cuando llora mi guitarra, de Polo Campos, una de ellas con el maestro Lucho Gonzalez en la guitarra, como lo recordó ayer la ministra Maria Antonieta Alva. Manzanero y Polo Campos tenían una estrecha amistad que se resquebrajó luego de una denuncia que le puso el peruano por apropiación y regalías de la canción Cariño Malo. En el 2017, preguntado por este tema por RPP, el mexicano dijo que no tenía “tiempo ni humor” para reconciliarse con su compadre Polo.
El 2018 Armando Manzanero visitó nuestro país por última vez. Ese mismo año, una efectiva campaña del Banco de Crédito del Perú tomó un tema suyo, Contigo Aprendí, para un spot de TV que buscaba graficar de alguna forma el agradecimiento de nuestro país al capitán de la selección peruana, Paolo Guerrero, cuya presencia en Rusia 2018 peligraba por una sanción de doping.
El comercial fue poderoso, en gran medida, por la sentida letra de Manzanero, sin dudas un genio para entender y para plasmar las muchas caras del amor humano. //