Joaquín Rey (Lima, 1986) es economista por la Universidad del Pacífico, estudió una maestría en Harvard, ha trabajado en el sector público, privado y hasta incursionó en el periodismo. “A mí me llama mucho la cosa pública, el servicio público y siempre tuve inquietudes de comunicador por influencia de mi madre (la periodista María Laura Hernández de Agüero). Veo el periodismo como un servicio público y creo que es también una forma de hacer política”, dice.
Acaba de estrenarse como padre y comparte sus días entre atender a su hija, perfeccionarse en la guitarra, y preparar su campaña, pues postula al Congreso con el número 9 del partido Victoria Nacional.
Eres economista, ¿Qué te animó a incursionar en el periodismo, además de la influencia de tu madre?
Veo el periodismo como una cosa de servicio público y creo que es también una forma de hacer política. Por un lado se requiere un trabajo totalmente imparcial, donde uno reporta hechos, pero también hay otro espacio donde se puede opinar, editorializar, empujar las cosas en una dirección positiva y promover la adopción de valores como los valores democráticos. Siempre lo vi como una transición a la opción política y soy totalmente transparente en eso: yo sabía que eventualmente iba a postular. Cuando volví al Perú, después de terminar mi maestría y trabajar en el BID, sabía que iba a postular y consideraba el 2021 como el año para hacerlo. El periodismo me ayudó mucho a entender mejor la política, a conocer mucha gente y también a darme cuenta de si quería seguir ese camino. Por eso me alejé del periodismo con un tiempo bastante prudencial para prepararme para esta elección.
¿Por qué postulas con Victoria Nacional?
El cambio generacional me parece importante. Creo que los jóvenes son siempre los que han encendido la llama del cambio en el Perú y han interpelado a la sociedad en los momentos clave de la historia del país, como ha sucedido por ejemplo en noviembre, con las marchas, como fue también en la Marcha de los Cuatro Suyos o en la de la unión civil, entonces para mí es importante que quien lidere el movimiento sea una persona joven, que tenga ese activo. Y, además, yo creo mucho en George Forsyth.
¿Y cómo tomas las críticas hacia él?
Confío mucho en su capacidad. Es una persona que puede distinguir lo que está bien de lo que está mal. Tiene un compás moral y creo que nadie puede dudar de eso.
Pero lo que se le critica es su falta de experiencia en gestión. Su paso por la alcaldía ha sido breve.
Este discurso de que hay que ser superpreparado para llegar a la presidencia se desmorona con el ejemplo de PPK, probablemente el presidente más preparado que hemos tenido y cuyo gobierno fue un desastre. George tiene capacidad como líder para fortalecer y sostener coaliciones que van a ser importantes para el próximo quinquenio, tiene la visión fresca, es trabajador, es un extraordinario comunicador y sabe escuchar. Las habilidades más técnicas las va a aportar el equipo de gente que rodea esta candidatura y él va a poner su capacidad para inspirar y para congregar a la gente correcta. Además, yo no subestimaría su paso por la alcaldía, teniendo en cuenta que La Victoria es un distrito bastante complejo. No hay que olvidar que cuando George empieza su gestión se enfrentó a las mafias que dominaban, por ejemplo, Gamarra.
Victoria Nacional es un partido reciente. ¿No temen que, de llegar a tener bancada, esta pueda desmoronarse al no existir una asociación de larga data?
Lo raro es que las bancadas se destruyan, eso ha sido un fenómeno del último quinquenio. Vizcarra no tuvo ni le interesó tener apoyo en el Legislativo. PPK tampoco, pero eso no es lo normal, eso ha sido la excepción. Yo creo que la bancada va a mantenerse cohesionada en la medida de que haya un liderazgo interno, que sí hay.
¿Cómo ves la demanda ciudadana de una nueva Constitución?
Si hay algo que caracteriza a nuestra generación es que no tenemos miedo y yo tampoco le temo a la idea de una nueva Constitución. Finalmente, es el reflejo del alma de una nación. Pero no estoy seguro de que sea el momento. Considero que estamos en una etapa destituyente más que constituyente. Nos estamos cuestionando nuestra relación con el Estado y nuestro estatus como ciudadanos. Por otro lado, hay muchos riesgos ahora: imagínate que este Congreso fuera el encargado de hacer la Constitución. Estoy seguro de que sería un desastre. Creo que hay que hacer cambios importantes, que revisar ciertos aspectos, pero no abogo por un cambio total.
Este Congreso ha sido muy cuestionado por emitir normas que terminan en el TC para discutir si son constitucionales, lo cual es bastante triste. ¿Cómo evitar caer en ello?
No solo eso. Hace unas semanas el congreso aprobó una ley que es inviable por muchas razones técnicas, el 6% del PBI a la educación. No se puede amarrar el gasto público al PBI. Este año el PBI va a caer 12% y el próximo año va a subir 9%. No se puede tener una variable tan volátil manejando el gasto en educación. Entonces, hay que dar un incremento pero bien pensado. Un incremento gradual y amarrado a objetivos. Hay que hacer esta apuesta política en el Congreso y también defender el trabajo de la Sunedu. No hay suficientes defensores de esta reforma en el Congreso y yo quiero ser uno de ellos.
¿Cuáles serían tus apuestas específicas en el Congreso? ¿Qué agenda impulsarías?
Hay un montón de temas y uno tiene que priorizar para no diluir esfuerzos. A mí me interesan dos temas para empezar. El primero es la defensa de la reforma universitaria. Yo creo que este quinquenio que ha sido desastroso, y si algo bueno ha dejado, es lo que se ha avanzado con Sunedu. Es terrible que hayan tantos peruanos que por muchos años hayan sido estafados cuando han demandado educación superior. La Sunedu ha hecho un trabajo importante en ese sentido, pero no hay que bajar la guardia, pues hemos visto que en el Congreso hay muchas personas que entran a política para defender intereses subalternos. Está, por ejemplo, y lo podemos decir con todas sus letras, la bancada de Podemos, que trata de petardear permanentemente el trabajo de Sunedu. Entonces, es un trabajo que hay que defender. Y hay otro lado: lo mismo hay que buscar para la educación básica regular, pues hay muchos colegios privados que estafan a los padres de familia.
EL COMPROMISO
Mi compromiso es con los jóvenes que buscan salir adelante a través de una educación de calidad. Defenderé la reforma universitaria, cerrando el paso a universidades estafadoras, y apostando por la universidad pública de calidad y para todos.
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