Esta semana se estrenó Godzilla vs Kong, el promocionado enfrentamiento entre los dos monstruos gigantes del cine, y aunque los peruanos no la veremos aún en salas -en la medida en que nuestros cines siguen cerrados- ya se han podido conocer las primeras reacciones. Y estás han sido, al menos hasta el momento, sorprendentemente entusiastas.
LEE: ‘Godzilla vs Kong’: ¿cuándo se verá la esperada película en Estados Unidos y México?
No es lo común, tratándose de un género casi sicodélico que a primera vista parece incompatible con la seriedad con la que se suele desenvolver la crítica cinematográfica. Dicho esto, queda la pregunta rugiendo en el aire: ¿Existe alguna película sobre un hombre disfrazado de monstruo que sea buena, además de solo entretenida o disparatada? La respuesta breve es sí.
MIRA: Godzilla vs Kong: ¿quién tiene más chances de ganar la batalla de los monstruos? | ANÁLISIS
Tratándose de una saga de más de treinta películas y sesenta años de antigüedad como Godzilla, hay algunos títulos que destacan notoriamente por encima del resto. Las más interesantes suelen ser entretenidas y cargadas de alegoría social o crítica política en medio de tramas alucinadas. Algunas pocas encierra una poesía visual singular. Y otras, las más gruesas, son ciencia ficción para niños y rescatables solo por su sentido del humor, muchas veces involuntario.
El catálogo godzilliano es vasto y ha atravesado varias etapas: la showa, que va desde sus inicios en 1954 hasta su decadencia en 1975. Luego está la etapa heisei, que va desde su renacimiento en los 80s como antihéroe hasta mediados de los 90s. En el nuevo siglo se inaugura la etapa Millenium, que no dura mucho, hasta su actual estado: las etapas Toho y Legendary.
Las mejores películas de Godzilla
10. King Kong contra Godzilla (1962)
El primer enfrentamiento entre las dos bestias del cine. Dejando del lado el ridículo cachascán de monstruos de dunlopillo, que por supuesto valen las carcajadas, contiene algunas críticas al capitalismo y a la cultura del consumo. La gran villana es una empresa farmacéutica que busca promoción en televisión a como de lugar y para ello trae a Japón a un mono gigante. Las cosas salen mal, lógicamente, y empeoran cuando Godzilla despierta. El equipo de la película original están al mando: Honda en la dirección, Tsuburaya en los efectos especiales y maquetas y Ifukube aportando sus aportes marciales a la partitura.
9. Godzilla, Mothra y King Ghidorah: el ataque total (2001)
La tercera película de la era Millenium trajo de vuelta el clásico enfrentamiento entre los tres grandes kaijus del cine japonés pero con una vuelta de tuerca que sorprendió a todos. La Toho contrató a Shusuke Kaneko, que venía de filmar el fantástico reboot de la tortuga gigante Gamera para la productora rival Daei, y le dio la carta blanca para que llévase a cabo su visión. Godzilla acá no es solo un animal malhumorado, es cruel y un ente realmente maligno, encarnación de los espíritus de la Segunda Guerra que buscan venganza. Por el contrario, el archivillano King Ghidorah se vuelve un guardián mitológico que opera a favor de la humanidad.
8. Invasión extraterrestre (1968)
Para los fans del kaiju, Invasión Extraterrestre es el equivalente a la Liga de la Justicia y a los Avengers pero en versión de monstruos. Ishiro Honda vuelve a la dirección para presentarnos este monster mash que junta a Godzilla, Mothra, King Gidorah, Rodán, Anguirus, Gorosaurus, Baragón, Varán y varios más en un todos contra todos muy divertido. La humanidad ha llevado a nuestros amigos a una isla, para que dejen Tokyo en paz, pero unos alienígenas aplican un arma de control mental para convertir a cada bestia en un agente de destrucción. Invasión Extraterrestre es el punto de no retorno de la saga en lo que a descontrol y absurdo se refiere. Hasta la reciente Godzilla: King of Monsters, hecha en Hollywood, la tributa un poco.
7. El Hijo de Godzilla (1967)
A Jun Fukuda se lo suele citar como el responsable de la prematura decadencia de Godzilla en los años sesenta, cuando las tramas se hicieron sencillamente estúpidas y cada vez más reñidas con la lógica. Si se le tuviera que perdonar alguna obra, esa sería El hijo de Godzilla, vapuleada fantasía infantil que cuenta con momentos de singular ternura. Esta es la película en que vemos a Godzilla como un padre de la época, que solo quiere dormir y su retoño no lo deja, y hasta amenaza con golpearlo si no aprende a disparar su rayo. Fukuda araña un encanto indefinible que se reviste de cierta poesía, como en la escena final, cuando padre e hijo se funden en un abrazo mientras la nieve los empieza a cubrir. Enojarse con El Hijo de Godzilla es no tener corazón.
6. Godzilla (2014)
Gareth Edwards hizo un trabajo decente en el reboot americano de Godzilla para Legendary. Como buen émulo de Spielberg, jugó con el punto de vista de su cámara hasta la exasperación, ocultándonos al monstruo de marras durante al menos una hora, un efecto que recordó mucho a Tiburón. En la versión de Edwards, Godzilla es una criatura milenaria y ecológica que defiende la Tierra y procura mantener el balance en la naturaleza, una salida candelejona de guion pero consonante con el tono de muchas películas. Actúan Bryan Cranston (Breaking Bad), que intenta aportar solvencia interpretativa. Intenta.
5. Godzilla vs Destroyah (1995)
El final de la era Heisei culmina con un Godzilla muy distinto al que conocíamos. Es rojo y está a punto de estallar. Nuestro héroe se enfrenta contra su némesis, el monstruo Destroyah, que nace del destructor de oxigeno, la única arma que pudo matar a Godzilla en los cincuentas. Como en una tragedia griega, el espectador sabe lo que va a ocurrir de antemano: Godzilla debe morir y lo hace de forma una forma digna, ante el mejor rival que pudo tener (con el perdón de King Gidorah). La saga entraría en pausa por algunos años hasta la llegada de la fase Millenium.
4. Godzilla vs Mechagodzilla II (1993)
Una de las grandes favoritas de los fans, frecuentemente citada entre las mejores de la saga. El por qué de ellos radica en el tono. Siendo muchas de las películas de Godzilla, valgan verdades, muy similares entre sí, suelen destacar aquellas que van más allá, imprimen personalidad e invierten en el desarrollo de una trama inteligible y personajes que se pueden llegar a seguir sin sonrojo. Esta pertenece a la era Heisei, cuando el monstruo gozaba de una nuevo aire en Japón, lejos del sci fi para niños. No es la primera vez que el rey de los monstruos se enfrenta a su contraparte robótica pero si es la más lograda y memorable.
3. Godzilla vs Mothra (1964)
Cuando el lagarto todavía era un villano que arrasaba Tokyo de pura mala onda, el director Inoshiro Honda lo enfrentó con un enemigo singular: una polilla gigante de característica heroicas. Godzilla contra Mothra fue filmada con gran presupuesto, en un hermoso formato panorámico y a color, y marca la primera incursión fuerte de la saga en la ciencia ficción. Honda quiso apelar al público infantil por primera vez, algo que sería un lastre a futuro, pero su ritmo vertiginoso, personajes entrañables, imágenes casi surreales, las maquetas de Eiji Tsuburaya y sentido del humor la convierten en una delicia para los fans del género.
2. Shin Godzilla (2017)
De lejos la más extraña y fascinante de la saga. El director de Evangelion, Hideaki Anno, entregó una visión de lo más personal del monstruo, al que vemos evolucionar físicamente en varios estados. Es sangrienta, es CGI y cuenta con momentos perturbadores como cuando se ve cadáveres humanos fusionados en su cola. Shin Godzilla desconcierta también: concentra la mayor parte de su metraje en mostrar el gran enemigo del Japón: la burocracia, incapaz de ponerse de acuerdo para hacer frente a la amenaza de la bestia. Que sus interminables escenas de diálogos en ministerios y bases militares no engañen. Sigue siendo la película de Godzilla más taquillera en su país.
1. Godzilla (1954)
La madre del cordero. La Godzilla original del director Inoshiro Honda conjuga de manera admirable elementos de terror con alegoría social y hasta epifanias poéticas como en la inolvidable escena en que un grupo de niños de colegio canta una canción de consuelo a los muertos. Es una película en blanco y negro granulado que resulta mucho más seria que sus secuelas desopilantes. La bestia es una metáfora del horror nuclear y sus víctimas son gente humilde, pescadores, gente de la villa que se ve atrapada bajo el terror del monstruo. Es una crítica a la Segunda Guerra Mundial y a las condiciones a las que quedó reducido Japón, sin un ejército para poder defenderse. La música de Akira Ifukube se convertiría en un totem a imitar, igual que las elaboradas maquetas del genial Eiji Tsuburaya.