A pesar de las diferencias en personalidad y habilidades cognitivas, los cerebros humanos son más parecidos de lo que se pensaba y esconden una gran complejidad bioquímica, informa hoy la revista científica Nature.
Los cerebros de las personas comparten la misma estructura molecular básica, pese a pertenecer a personas muy diferentes, y poseen una enorme complejidad bioquímica, explicó Ed Lein, neurobiólogo y coautor del artículo.
Estas conclusiones proceden del primer análisis a gran escala de los datos obtenidos por el proyecto Allen Human Brain Atlas, el primer mapa en alta resolución del cerebro humano que integra tanto su anatomía como su información genética.
Aunque el atlas fue presentado el año pasado, la publicación británica divulga hoy las primeras conclusiones del estudio, llevado a cabo por un equipo de científicos del Allen Institute for Brain Atlas de Seattle (EE.UU.), liderados por el matemático Michael Hawrylycz.
El mapa, diseñado a partir del cerebro completo de dos hombres sanos y de un solo hemisferio de un tercero, abarca alrededor de 900 subdivisiones de este órgano y permite visualizar en tres dimensiones la actividad de los genes en distintas partes del cerebro.
Así, los científicos observaron que el 84% de los genes se expresan en algún lugar del cerebro humano, en patrones que se parecen mucho en distintos cerebros.
Además, según Lein, el hemisferio derecho e izquierdo no muestran grandes diferencias en cuanto a arquitectura molecular.
Estos resultados solo arañan la superficie de lo que podemos aprender a partir de este inmenso conjunto de datos. Estamos impacientes por ver lo que otros (investigadores) pueden descubrir, afirmó Lein.
Los científicos continuarán añadiendo datos al atlas durante este año, y con ellos esperan obtener nueva información sobre el impacto de enfermedades como el alzhéimer, la epilepsia, el párkinson, el autismo o la esquizofrenia sobre distintas regiones cerebrales.
Desde hace varios años existen mapas de alta resolución que muestran la expresión de los genes en el cerebro de los ratones, pero hasta ahora solo se habían elaborado atlas muy toscos del cerebro humano debido, entre otros factores, a que es mil veces mayor que el de los roedores.