Eric Moger, un hombre de 60 años que vive en el Reino Unido se ha convertido en un ejemplo de la aplicación que pueden tener en la medicina las impresoras 3D. Usando una es como los médicos consiguieron reconstruir la mitad de su rostro, que había perdido debido a una operación para extirparle un tumor.
Hace cuatro años, durante la cirugía para extirparle un agresivo tumor del tamaño de una pelota de tenis que crecía debajo de la piel de su rostro, Moger perdió el lado izquierdo de su cara, incluyendo su ojo, el hueso malar y parte de su mandíbula.
Los médicos analizaron su cráneo y lo reconstruyeron usando una impresora 3D, con lo que permitieron que el hombre (que solo se podía alimentar a través de una sonda) probara alimento por primera vez desde su operación. Intentos anteriores de reconstruir su rostro a través de cirugía plástica habían fallado debido a la quimioterapia y radioterapia que había recibido Moger.
El implante fue diseñado por Andrew Dawood, quien reconstruyó los huesos usando titanio y plástico para el rostro. Además, la parte exterior tiene una máscara de silicona que se adhiere con imanes y que puede retirarse para dormir, informó The Telegraph.