Al principio el anuncio pasó casi inadvertido: un satélite europeo que durante cuatro años estudió en detalle la fuerza de gravedad de la Tierra se quedó sin energía y se desplomará sobre el planeta a principios de noviembre.
Hasta que un detalle puso en alerta a los científicos de la misión: si bien la mayoría de los 1.100 kg de la sonda GOCE (Gravity Field and Steady-state Ocean Circulation Explorer) se incinerarán al atravesar la atmósfera, hasta 50 fragmentos podrían caer en tierra firme o en el mar.
GOCE ha operado a unos 220 kilómetros de la superficie de la Tierra más bajo que cualquier otro satélite, lo que le ha permitido elaborar el mapa de la gravedad terrestre más preciso hasta la fecha.
Pero por el momento la hazaña científica del Ferrari del espacio como fue bautizado el satélite por su diseño elegante parece estar en segundo plano.
Por ahora no podemos predecir cuándo y dónde esas partes pueden caer, pero determinaremos con más precisión el área afectada en el momento del reingreso, advirtió la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), la responsable del satélite.
Según explicó, esta incertidumbre se debe a los constantes cambios en la atmósfera, fuertemente influida por la actividad solar.
La ESA adelantó que actualizará constantemente sus predicciones y emitirá un alerta a la población si es necesario.
Sin embargo, aclaró que los riesgos para la vida humana y la infraestructura son mínimos, ya que dos tercios de la Tierra están cubiertos por agua y vastas áreas del planeta se encuentran despobladas.
Aun así, la pregunta que muchos siguen haciéndose es: ¿qué pasa si, a pesar de los peros, alguno de esos fragmentos termina apuntando hacia nosotros?. ¿Hay algo que podamos hacer?
Para saberlo, BBC Mundo consultó a la mejor persona para responder este tipo de dudas: el Dr. Nicholas Johnson, jefe científico del Programa de Desechos Orbitales de la NASA, un centro pionero en el monitoreo de basura espacial.
Dr. Johnson, ¿existe la posibilidad de que partes del satélite GOCE caigan en áreas pobladas? Sí. GOCE está sobrevolando la Tierra en una órbita que va desde la latitud de 83 grados norte hasta los 83 grados sur. Es decir, sobre una ancha franja horizontal que rodea el planeta entre el Ártico y la Antártica. De modo que los fragmentos que sobrevivan a la atmósfera pueden caer en cualquier parte dentro de esos límites.
Aparte de GOCE, ¿cuán común es la caída de fragmentos de aparatos que orbitan la Tierra? En los últimos 50 años un promedio de un desecho orbital ha caído a la Tierra cada día. Hablo sólo de objetos que fueron rastreados. La información sobre estos elementos es compilada por la Red de Vigilancia del Espacio de EE.UU. y está disponible para todo el mundo.
Entonces, con tantos restos de aparatos que entran a la atmósfera, ¿siempre hay algún riesgo para los seres humanos o la infraestructura? El riesgo es pequeño pero no equivalente a cero. Muchos de los desechos que reingresan son muy pequeños y no sobreviven a la fricción de la atmósfera para alcanzar la superficie de la Tierra.
Una vez a la semana un aparato espacial o un fragmento de un cohete cae al planeta. Estos objetos a menudo contienen elementos que sí logran atravesar la atmósfera. Sin embargo, la mayoría de estas partes terminan en el agua o en una región escasamente poblada.
¿Ha habido algún reporte de heridos, muertes o destrucción de infraestructura desde que el ser humanos comenzó a enviar aparatos a la órbita terrestre? Desde el Sputnik 1 [el primer satélite artificial de la historia, que fue lanzado en 1957 y cayó a Tierra un año después] no se ha reportado un solo herido debido al reingreso de desechos orbitales al planeta.
En caso de que haya riesgo para una zona poblada, ¿qué medidas se pueden tomar para proteger a las personas y qué debe hacer la gente por su cuenta? Como es imposible predecir la trayectoria exacta de los desechos que reingresan a la atmósfera, no puede tomarse ninguna medida preventiva. Sin embargo, insisto en que el riesgo de lesiones y daños es extremadamente pequeño.
¿Cuántos desechos orbitan la Tierra en este momento? Más de 16.000 objetos están siendo rastreados actualmente. Muchos más, millones, se encuentran también en órbita pero son muy pequeños para que podamos monitorearlos.
Con tantos objetos girando a nuestro alrededor y muchos más que vendrán, ¿se puede esperar que aumente el peligro de que nos caiga encima basura espacial? Con una tasa de reingreso constante (1 por día), el riesgo existente aunque muy pequeño de lesiones aumentará a medida que se incremente la población mundial.
La mejor manera de evitar que esto suceda es controlar la entrada de los objetos para que caigan en áreas oceánicas amplias.
Esta técnica ya se utiliza para los vehículos logísticos que completan sus misiones a la Estación Espacial Internacional, pero sólo puede aplicarse en casos en que los aparatos cuentan con cohetes que pueden activarse para dirigirlos.
Cuando no existe esta posibilidad, no hay nada que hacer más que monitorear los desechos que logran cruzar la atmósfera, tratar de precisar dónde pueden caer y alertar sobre ello.