PAMELA MONTES El Comercio
Históricamente, cuando en una pareja no llegaban los hijos, se atribuía a la mujer la condición de infertilidad. Pero hoy en día es de conocimiento general que los factores de infertilidad pueden provenir también del varón.
Existen distintas patologías por las que un hombre no puede engendrar hijos. El descenso de la calidad espermática es una importante preocupación para la medicina reproductiva actualmente por ser un proceso progresivo.
Se calcula que casi el 20% de la población peruana masculina sufre de poca y baja calidad espermática (oligozoospermia) o ausencia de espermatozoides (azoospermia); es decir, que al momento de eyacular el semen tiene una serie de compuestos pero ningún espermatozoide.
“Según la Organización Mundial de la Salud, este es un fenómeno mundial y se debe principalmente a los hábitos poco saludables que adoptan los hombres en la vida moderna: mala dieta, consumo de alcohol o tabaquismo por ejemplo”, explica a El Comercio el doctor Fernando Peña, biólogo del Instituto de Ginecología y Fertilidad de la Clínica Miraflores.
Una serie de investigaciones, como la realizada por la Universidad del Estado de Nueva York, concluye que apoyar la laptop sobre las piernas, incluso con una almohada debajo del equipo, eleva la temperatura del escroto y afecta la calidad del semen.
HERRAMIENTA DE EXACTITUD Hace cerca de una década que en el Perú se realizan pruebas de alta tecnología para encontrar en tiempo récord el origen de la infertilidad masculina y evaluar la cantidad, motilidad y calidad del esperma.
“Cuando este estudio arroja anomalías no quiere decir que no se pueda procrear. Lo importante del espermatograma es que su alta precisión permite a los médicos encontrar la ruta para llegar a la raíz del problema. Años atrás, los resultados de la prueba variaban de un biólogo a otro porque dependían mucho de la opinión subjetiva de cada uno, pero el método computarizado es exacto”, comenta la ginecóloga Rosario Villarán, del mencionado centro de fertilidad.
¿Qué mide la prueba? Luego de la toma de la muestra, los biólogos hacen un análisis físico visual por el que determinan si el pH es alcalino o ácido, pues la acidez elevada mata a los espermatozoides y puede indicar la existencia de patologías. También analiza el grado de viscosidad, si existen aglutinaciones de espermatozoides, el volumen de la muestra y la presencia de leucocitos o hematíes, que indican presencia de sangre o de inflamación.
PRUEBAS DEFINITIVAS La muestra tomada se coloca en una plataforma donde un software especializado realiza un análisis. Los resultados se obtienen en un lapso de 10 a 60 minutos. Los rangos de normalidad están estipulados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la lista de análisis figuran la concentración de espermatozoides, o sea el número por cada mililitro (lo normal son 15 millones), y la motilidad, que es la habilidad para desplazarse. Se hace una captura en video para identificar los tres tipos: en línea recta (el ideal), el que se mueve pero no progresa y el inmóvil o muerto. El valor normal indica que el 32% debería moverse en línea recta, mientras que solo un 4% de espermatozoides bien formados es suficiente para alcanzar el rango esperado.
“Un espermatograma nos dice mucho. Pero si la prueba arroja valores alterados solemos esperar dos meses y medio para realizan un segundo análisis para otorgar recién un diagnóstico definitivo”, aclara Villarán. Según explica la especialista, ciertas circunstancias como una infección, elevado estrés, algunos medicamentos o la fiebre podrían alterar los resultados.
Esta prueba forma parte del grupo de estudios que se hace a una pareja que presenta incapacidad de lograr un embarazo naturalmente.